CUPO
JOSU AIZPURUA
Los ricos vascos en el Feudalismo reinante
entraron en conflictos banderizos por lo de siempre; los repartos de tributos.
Oñacinos y Ganboinos se pelearon con sus respectivos señores, “jauntxos”, que
se lanzaban los Fueros a la cabeza.
Los Fueros Vascos eran los restos de su
Independencia que los distinguía de sus vecinos Castilla y Galia en versión
Aquitana. La independencia que los Fueros conferían eran de tal calibre que su
“pase foral” les daba potestad para no cumplir las Leyes vecinas. “Se acata,
pero no se cumple”.
Pero los tiempos cambiaban y los Reynos se imponían y derivaban en Imperios. Todo Rey buscaba ser Imperio. Con bodas o invasiones, el crecimiento Real daba medida de su Poder.
Los Jauntxos vascos, ante la invasión castellana,
se aprestaron a pasar a la nueva época postfeudal, protegiendo sus intereses y
dejando a sus súbditos sin su Independencia. Para ello llegaron a acuerdos con
los monarcas castellanos, que dieron con un Fuero que sin independencia ya no
era su Fuero. Lo revistieron de sacralidad y poco a poco se fue
desnaturalizando para ser un Pacto entre Notables, que evitaba la opinión
popular. Era y es cosa de poseedores con sus impuestos. El Pueblo independiente
fue perdiendo los beneficios de su diferencia nacional, y por ejemplo perdieron
su exención de servir en el Ejercito, lo que explica las huidas de
Francia-España al llegar a los mozos la edad militar.
Nunca se produjo la integración democrática,
con Referendum de los vascos en el Proyecto Estatal de los reyes
castellano-españolistas. El nuevo Fuero con su Cupo, era su cortina de humo.
En 1978, ante el colapso del Franquismo y la
entrada en la UE tampoco se produjo una integración democrática y por la
virulencia de las calles y ETA, se adoptó la tradicional fórmula del Cupo
Vasco, ya nada que ver con la antigua soberanía Foral, pero sirvió para que el
PNV diera su aprobación a la trampa Constitucional que substituyó a la
Transición; la lucha entre Reforma o Ruptura.
Ese Cupo Vasco actual tiene mucho de señuelo y
engaño popular que hace al declarante fiscal obviar el Poder Soberano que el
Cupo y el Fuero debieran poseer. Leizaola el viejo nos daba enormes
conferencias clandestinas para que su gran erudición foral no se perdiera, pero los jóvenes estábamos más
por el Ché que por su Historia.
Ya hoy se cae entre las grietas lo que de
engaño tuvo el 1978. Ante el colapso no se puede continuar con parches y
Canarias necesita una descolonización y nuevos relatos de dignidad e Historia
real. Y las demás naciones del Estado78; lo mismo.
Se necesita el Sistema con base democrática,
que evite a Illa decir la butade de “España; un espacio para actuar las
Naciones”. Ese espacio lo pretenden nación preeminente y es el eterno castellano-españolista,
prepotente y origen de toda la imposibilidad “española” de crear un Estado para
el s. XXI; sin las bases democráticas de aceptación y pertenencia; nada es
posible, real y democrático.
No hay “cupo catalán”, pues no hay libertad
nacional catalana para concertar con la libertad españolista de La Casta,
inexistente y falsa. Hablemos de territorialidad y qué y cómo se gestionan las
naciones peninsulares y soltemos a las colonias que en Canarias es su única
posibilidad de sobrevivir al kilombo que en Sahel se prepara.
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