CRÓNICA DE UNA JORNADA
DE ESCAPISMO
JUANJO
CHICA
Carles Puigdemont interviene en el acto
organizado en el paseo Lluís Companys —
David Zorrakino / Europa Press
Anadie se le escapa que el jueves se
trató de un día para el recuerdo, primero, por la jornada de investidura en
Catalunya con un PSC que había salido victorioso en las últimas elecciones y
segundo, un Puigdemont que había avisado de su vuelta al país. Lo que nadie se
esperaba es que fuera un viaje de ida y vuelta.
Para empezar, hay que retroceder a cuando el Tribunal Supremo, debido a declaraciones del propio Puigdemont y ante la negativa de aplicarle la amnistía, decidió cursar una orden de detención a pesar de que este se encontraba aún en el extranjero. La estrategia detrás de esta decisión según escribió Ernesto Ekaizer en El Periódico era que, ante su vuelta a territorio español este sería capturado, el juez Llarena reabriría la pieza que tiene contra él, tomándole declaración y, sabiendo que Vox solicitaría la prisión provisional, este la autorizaría en detrimento del criterio de la abogacía del Estado y de la Fiscalía que siempre se han posicionado a favor de la Amnistía para Puigdemont.
Sabiendo este criterio y pasando a los
hechos del jueves, lo que encontramos es que ya horas antes del inicio de ese
mini discurso en Arc de Triomf (duró poco más de seis minutos), y dando
por hecho todo el mundo que Puigdemont volvería a Catalunya, se vieron los
primeros videos de Puigdemont ya en Barcelona y caminando por las calles hacia
el sitio, escoltado por Jordi Turull, Secretario General de Junts y Gonzalo
Boye, su abogado.
Además, poco antes de subir al escenario
se le pudo ver llegando al Arc de Triomf, en medio de un gran pasillo con sus
acompañantes personales y simpatizantes del expresident.
Y subió a ese sobrio escenario, desde el
cual saludaría a aquellos que acudieron al acto convocado por Junts. Según
Ekaizer, los concurrentes serían más bien mayores en edad y no habría jóvenes
en general. Leyó un papel que tenía en el bolsillo durante poco más de seis
minutos y una de sus frases fue: “Mirad, hoy muchos piensan festejar que yo sea
arrestado y pensarán que el escarnio nos disuadirá, que para escarmentar vale
la pena incumplir incluso una ley aprobada por su parlamento. Pero se
equivocan”, la cual anticipaba la situación que se presentaría.
En su despedida entonaría un ‘Visca
Catalunya lliure’, asegurando que pase lo que pase ojalá cuando reaparezca en
el panorama, puedan volver a entonar este canto, para después marcharse
rápidamente, también se viralizó un video donde aseguran que se le vio entrando
en un coche Honda blanco.
Con el final de su pequeño discurso, los
ojos empezaron a ver hacia las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, en
concreto, los Mossos d’Esquadra. Según Ekaizer en El Periódico, el jefe de este
cuerpo, Eduard Sallent había tomado la decisión de que la detención de
Puigdemont no la practicaran los comisarios, es decir, aquellos con más
autoridad dentro del cuerpo, sino el departamento de información. Una fuente
próxima a los Mossos señaló incluso que este tipo de agentes no tienen la
autoridad requerida para enfrentarse a alguien como Puigdemont y le genera
dudas a la hora de cómo actuar correctamente.
Sallent no participaría en la detención
porque estaba de vacaciones, con lo cual, según habían acordado, esta recaería
sobre Rosa Bosch, comisaria encargada de Barcelona, sin embargo, Sallent si
estuvo al frente de la operación y se le pudo ver a ambos en el parque de la
Ciutadella la mañana del jueves. A parte de esto, se activó la ‘Operación
Jaula’, por esto se vieron bloqueos a las salidas y entradas de Barcelona por
parte de los Mossos buscando a Puigdemont, inspeccionando a los ocupantes de
los vehículos que pasaban y generando atascos con el fin de dar con el paradero
del expresident.
Esto acabaría de manera infructuosa, ya
que, posteriormente, Gonzalo Boye, confirmaría que Puigdemont había logrado
volver a huir fuera de España, dando final a una jornada rocambolesca donde
incluso dos Mossos acabaron siendo detenidos por colaborar en el escape del
expresident.
En su pieza, Ekaizer pudo hablar con
fuentes de los Mossos, una de ellas se expresaba en los siguientes términos:
“Se nos ha escapado, pero, sobre todo, no hemos evitado que se escape. Ninguna
sobreactuación compensará ahora lo que ha pasado”, “Lo que tiene que hacer
Sallent no es detener el mismo día a mossos o citar a declarar a Turull.
Tendría que convocar este jueves mismo una rueda de prensa para explicar por
qué se escapó Puigdemont”.
Fue tremendamente llamativa también la
permisividad con la que se afrontó el regreso de Puigdemont, no hubo Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad detrás del escenario por el que se vio entrar al
expresident, con lo cual el autor de la pieza ya citada se preguntaba:
¿Tuvieron contactos previos con el círculo de Puigdemont?, ¿Se creyeron que
después de esa intervención breve de Puigdemont se entregaba, y aquí paz y
después gloria?
Además, el pleno de investidura en el
Parlament también se vio interrumpido hasta en dos ocasiones con motivo de lo
que sucedía en Barcelona y ante la sospecha de que Puigdemont se aproximara a
la institución. Junts incluso solicitó posponer la sesión de investidura,
pero no le fue concedida por una Mesa en la que, aunque ostentan la
presidencia, no tienen la mayoría que sí tienen ERC y el PSC.
El viernes hubo las primeras reacciones
por parte tanto del saliente Govern catalán como por parte de los Mossos. Joan
Ignasi Elena, conseller de Interior en funciones del Govern ha destacado que no
esperaban este comportamiento tan impropio de quien había sido la máxima
autoridad de Catalunya. Ha lamentado también que Junts ‘urdiera un plan’ para
dinamitar y deslegitimar el pleno de investidura, ya que lo entiende como un
ataque al Govern en funciones. Pere Ferrer, director general de la Policía,
calificó el jueves como “un día durísimo e inmerecido” y Sallent recordó que
los únicos responsables no eran los Mossos, refiriéndose especialmente a las
autoridades políticas que le acompañaban.
Sallent también aseguró, refiriéndose a
autoridades políticas como Jordi Turull que tuvieron la voluntad de dificultar
la idoneidad de la intervención de los Mossos, los cuales habían previsto
arrestar a Puigdemont en las inmediaciones del parque de la Ciutadella.
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