“TODO ESTÁ ATADO Y BIEN ATADO”
El
relato oficial dice que entre la muerte de Franco en 1975 y el fallido golpe de
Estado de Tejero (23 de febrero de 1981), España sería una Arcadia idílica (de
apellido Transición), en la que los líderes de la oposición al régimen de
Franco y los reformistas del interior pactaron una agenda para preparar al
Estado español para su anhelada entrada en Europa así como garantizar la
democracia y el progreso generalizado, todo ello bajo la supervisión del rey
Juan Carlos I como valedor de la balbuciente democracia.
Sin embargo, en realidad el Estado español sería un escenario distópico fruto del Tejerazo de 1981, en el que los líderes políticos confinados en el Congreso fueron “invitados” a aceptar un acuerdo tácito por el que se declaraban intocables el status quo asociado al sistema monárquico, al sistema político bipartidista ( implantación de las listas cerradas y de la Ley D´Hont) y a la defensa de la “unidad indisoluble de la nación española”.Dichos principios fueron recogidos en la todavía vigente Constitución de 1978 que estaría blindada ante cualquier cambio institucional que se pueda producir en el Estado español al precisar una mayoría favorable de tres quintos del Congreso y del Senado, con lo que se cumpliría una vez más la profecía : “Todo está atado y bien atado”.
Fracaso
del cambio cualitativo
El puzzle inconexo del caos ordenado
puede esbozarse mediante la llamada “Teoría de las Catástrofes” del científico
francés René Thom y se basaría en dos conceptos antinómicos para intentar
“comprender el orden jerárquico de la complejidad biológica”.Así, el concepto
de estabilidad o equilibrio se refiere a un sistema que permanece estable
aunque registre un cambio, principio que trasladado a la esfera política se
traduciría en la Reforma del Régimen del 78 sin alterar sus principios
esenciales (Monárquico, centralista y neoliberal), tesis que defenderían los
partidos del establishment dominante del Estado español (PP y PSOE) además de
Ciudadanos.
En la orilla antónima, encontramos el
concepto de cambio cualitativo o discontinuidad que se produce cuando simples
cambios cuantitativos pasan a ser otra cosa diferente y el sistema se
transforma internamente de modo radical en una nueva realidad que modifica su
situación de equilibro interno y se crea una situación nueva.
Así, serían paradigmas del cambio
cualitativo, los intentos de implementación del Régimen Tardofranquista, tesis
defendida por VOX; de la III República, tesis defendida por Podemos y de la
República Confederal, defendida por los partidos nacionalistas periféricos.Sin
embargo, tras la condena al ostracismo político de Ciudadanos y la inanición
electoral de Podemos, tan sólo quedarían Vox y los partidos nacionalistas
periféricos como obstáculos para consagrar el retorno del Bipartidismo.
Retorno del Bipartidismo?
Feijóo habría decidido liberarse del
yugo de la FAES que le impedía ejercer de político moderado y de hombre de
Estado y estaría revisando su actual estrategia política para incorporar a su
bagaje político la llamada inteligencia maquiavélica. Dicha estrategia consiste
en el uso de comportamientos cooperativos o combativos que le puedan reportar
mayores posibilidades de adaptación en función de una situación concreta
(Renovación del CGP).
Asimismo, la inteligencia mediática se
distingue por una extraordinaria capacidad para encontrar las debilidades ajenas
y utilizarlas en beneficio propio así como de realizar acciones complejas que
pueden no ser entendidas en un principio por sus votantes pues sus metas se
proyectan hacia un futuro mediato (lograr la Presidencia del Gobierno).
Así, tras el paréntesis veraniego, no
sería descartable la firma de un acuerdo de Estado PP-PSOE que incluiría
aspectos ineludibles para el funcionamiento de la maquinaria del Estado como
renovar la Presidencia del Banco de España, la Comisión Nacional del Mercado de
la Competencia (CNMC) y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Dicho cambio de paradigma político
contaría con las bendiciones del establishment financiero y podría posibilitar
futuros acuerdos de Estado entre PP y PSOE para escenificar la metamorfosis del
Régimen del 78 mediante una reforma edulcorada de la actual Constitución,
siguiendo la máxima del gatopardismo (“Cambiar todo para que nada cambie”).
Germán Gorraiz López- Analista
Imagen
de portada: Pedro Sánchez / Alberto Núñez Feijoo- Flickr | Detalles de la licencia – Autor:
Borja Puig de la Bellacasa – Derechos de autor: fotobpb
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