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sábado, 27 de julio de 2024

QUE MALO ES OLVIDAR


QUE MALO ES OLVIDAR

QUICOPURRIÑOS

 Que malo es olvidar. No vemos un acuerdo político para el reparto ni de menas ni de mayores. Ni Europa ni España, territorio del que también formamos parte, responde a la distribución de los inmigrantes que a diario llegan a Canarias, olvidando que Canarias no es más que una puerta de Europa, aunque esté abajo en el mapa, junto a la costa Africana. Que nos invaden además latinos, que esto se ha llenado de cubanos y venezolanos, por nombrar dos países del continente americano. Que no puede seguir la cosa sí, que hasta cuándo empezamos a oír con cada vez mayor frecuencia.

          Y nos olvidamos de cuántos canarios, entre tantos españoles, saltaron el charco en busca del dorado en Venezuela, Cuba o Argentina. Y nos olvidamos del Balvanera o del Telémaco, por citar a  los más conocidos,  sin detenernos a pensar que malo es olvidar.


         Y también, sin sonrojarse, se olvida Europa de África, de sus antiguas colonias, de las que exprimieron riquezas y donde dejaron al partir líderes títeres y a su servicio. No tienen que pedir perdón Bélgica al Congo, o Inglaterra, Francia, Holanda y hasta Portugal y España?


       Entonces, de qué nos sorprendemos. Todos hemos tenido que emigrar, de un lado a otro, de Norte a Sur o de Este a Oeste. Todos, en algún momento, hemos sido viajeros ilegales. Y eso ha pasado desde que el hombre es hombre; hasta en la prehistoria, pues dicen , quienes saben de eso, que el homo sapiens se impuso a otros de su especie porque no era sedentario, porque se desplazó e invadió territorios habitados por otros homos menos sapiens, que estaban todavía a medio construir.-


         Entonces, no va siendo hora ya de solucionar, sin más demagogia, la situación humana, la inaceptable tragedia que viven cada día los que tan sólo intentan una existencia digna tal y como muchos canarios se vieron obligados a hacer en el pasado siglo. Es el momento de decir basta ya y de recordar lo malo que es olvidar.

Pero hoy, la mayoría de los seres humanos del planeta, estaremos sentados confortablemente viendo por televisión la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos, brindando por esa bandera de cinco aros que representa la unidad de los continentes. Mientras, otros seguirán embarcándose en inestables cayucos o pateras, desde la costa africana, para emprender un incierto viaje que les conduzca al  soñado dorado europeo.


Quicopurriños

 

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