MANIFIESTO DE
SANITARI@S POR LA PAZ
Somos un grupo
de sanitari@s del Estado español preocupad@s por la grave
situación de los conflictos bélicos que hay en el mundo. Queremos hacer un
llamamiento a l@s trabajadoras de la salud para que muestren su rechazo a los
conflictos bélicos, y promover una movilización por la paz, porque como dice la
Organización Mundial de la Salud debemos conseguir “Paz para la Salud, y Salud
para la Paz”.
El contexto general en estos momentos es de un mundo, y especialmente de la Unión Europea, que se rearma y donde resuenan tambores de guerra. Desde Polonia hasta España, Alemania, Suecia o Bélgica, las autoridades están lanzando mensajes de alarma sobre que las amenazas de guerra pueden estar a la vuelta de la esquina.
El año pasado, los miembros de la OTAN incrementaron el presupuesto de las partidas para
armamento en un 11%. Este 2024, 18 de sus 31 países
alcanzarán el objetivo del 2% de PIB en dichas partidas. Pedro Sánchez se
comprometió, tras la Cumbre de la OTAN en Madrid en junio de 2022, a alcanzar
este objetivo previsto para 2029, pero la realidad es que el gasto
militar ya supera sobradamente el tan manido 2% del PIB.
El
gasto militar de los tres últimos presupuestos de España, derivado de la
potenciación de la participación en la OTAN y su implicación en la guerra de
Ucrania, lleva a la conclusión de que el Estado español seguirá destinando a
gasto militar una cantidad escandalosa cuya finalidad es más escandalosa
todavía, distribuida (y escondida) en los PGE y que aparece dispersa en
distintos ministerios, así como en el sobregasto extrapresupuestario del fondo
de contingencia y en los créditos extraordinarios.
Todo
ello contrasta con el hecho de que la inversión sanitaria y en salud pública no
levanta cabeza. Cuando empezó a verse la luz al final del túnel después de la
pandemia, todo eran promesas y buenos propósitos para la Sanidad Pública, que
se concretaron en el Dictamen de la Comisión para la Reconstrucción Social y
Económica, que recogía numerosas, y en general positivas, propuestas para
reforzar el sistema sanitario público.
No
obstante, ya desde 2021 se pudo ver que la realidad iba por otro camino, y que
las actuaciones prácticas de los Gobiernos Central y Autonómicos no respondían
con hechos concretos a este supuesto interés por reforzar la Sanidad Pública,
lo que pudo comprobarse, por ejemplo, en el bajo porcentaje de fondos
provenientes del Plan de Resiliencia que se dedicaba a la Sanidad, y los
escasos, hasta la fecha, incrementos presupuestarios de las CCAA y del Gobierno
Central, mejoras muy modestas que en modo alguno abordaban las necesidades de
atención sanitaria de la población.
Esta
insuficiencia presupuestaria explica en gran parte el conjunto de problemas del
sistema sanitario, con un deterioro continuado y cada vez mayor de la Atención
Primaria, Hospitales públicos con pocas camas y recursos infrautilizados con un
aumento de la privatización del sistema sanitario, lo que aumenta los costes de
la atención sanitaria y detrae más fondos a los centros de gestión pública,
junto con un gasto farmacéutico muy elevado.
Tampoco
se han resuelto las necesidades de personal de los centros sanitarios, con una
política de Recursos Humanos que penaliza a los profesionales y que ha hecho de
las bajas retribuciones y la precariedad su característica fundamental. Todos
estos hechos nos llevan a una situación muy preocupante para la Sanidad Pública
y a la búsqueda de una parte de la población, la que económicamente puede
permitírselo, de alternativas en el sector privado a la desatención de sus
problemas de salud, lo que fomenta la inequidad y la quiebra del derecho
constitucional a la protección de la salud.
Ante todo lo anterior, más allá de promesas vanas,
debemos exigir un compromiso tangible de las administraciones públicas a nivel
central y autonómico para garantizar la atención necesaria para toda la
población, y para ello es necesario continuar la presión de la sociedad y del
personal sanitario, uniendo además la reclamación de otra política que tenga
como objetivo más inversiones sanitarias y sociales, menos gastos
militares.
En
la actualidad, son múltiples los conflictos bélicos en desarrollo en el mundo.
El mas sangrante es el de Palestina donde el mundo contempla horrorizado a la
vez que impasible el genocidio del pueblo palestino, ordenado por el gobierno
de Netanyahu en el que han perecido de manera violenta más de 33.000 personas
de las que más de 15.000 son menores de edad que, junto a otras confrontaciones
bélicas en Ucrania, Armenia y Azerbaiyán, Yemen, Etiopía, República Democrática
del Congo, Siria, países del Sahel, Sáhara y Haití, configuran múltiples
contiendas bélicas que amenazan con convertirse en la Tercera Guerra Mundial,
con posible empleo de armamento nuclear, en la que millones y millones de seres
humanos morirían de manera cruenta.
En el Estado español, sin duda, debemos movilizarnos
para que el Gobierno abandone la vía militar optando por la vía del diálogo, la negociación y
la paz. Debemos abogar por construir un movimiento de
amplia base, lo más transversal posible en favor de la paz, frente a todas las guerras y sus consecuencias que
se vienen sintiendo con toda crudeza en el Estado español y en todos los países
del mundo, entre otras, inflación galopante, incremento del paro, pérdida de
poder adquisitivo, presupuestos de guerra, deterioro significativo de la
sanidad, la educación y del resto de los servicios públicos, subidas de las
hipotecas, mayor número de desahucios, graves daños en el medio ambiente,
movimientos migratorios incontrolados, supresión de derechos y libertades
democráticas y auge del fascismo.
FORMULARIO DE
ADHESIÓN: https://forms.gle/De59waGT4w836pvR6
No hay comentarios:
Publicar un comentario