LAMENTABLE, COBARDE Y
TARDÍA, NORMATIVA CANARIA DE ALQUILER VACACIONAL.
ELOY
CUADRA,
escritor y activista social
Como viene siendo habitual, ni este Gobierno de Canarias, ni el anterior, ni el otro, escuchan o escucharon lo que las plataformas y los activistas sociales recomiendan o defienden, así, con este decreto futuro sobre el alquiler vacacional en Canarias, ni nos llamaron antes ni tiene pinta de que nos vayan a llamar en esta nueva fase de borrador. Para colmo llevo media mañana intentando contactar por teléfono con la Consejería de Turismo y no hay forma de que te descuelguen, algo por cierto muy normal en la mayoría de oficinas del Gobierno de Canarias, ellos viven felices ajenos a lo que le pasa al pueblo. Pese a todo, como es tan descarado lo del alquiler vacacional y está haciendo tanto daño, no les queda más remedio que hacer algo y por eso sacan una normativa de la que ahora empezamos a conocer algunos detalles. Y bueno, como es probable que no llamen a consulta a la Acampada Reivindicativa Lolo Dorta, vamos por delante con este artículo, que le haremos llegar también a la Consejería.
Para empezar, más allá
del borrador, de lo que diga o no diga, de entrada ya llega tarde, muy tarde,
cuando el daño ya está hecho, cuando en Canarias el alquiler vacacional supone
ya el 36% del alojamiento turístico y ha invadido y colonizado prácticamente
todo nuestro territorio, nuestros pueblos, nuestra zona turísticas, nuestras
ciudades, nuestras medianías, todo, absolutamente todo colonizado por el
alquiler vacacional. Y llega tarde porque, entre otras cosas, en torno al 75%
de esta actividad en Canarias la gestionan empresas medianas o grandes, y solo
un 25% corresponde a pequeños propietarios, y es de suponer por tanto que todas
estas empresas enfocadas al negocio del turismo no van a revertir su actividad
para dedicar las viviendas a alquiler tradicional a familias canarias. Así que
por esa parte que no cuente la gente con que se vaya a revertir la actividad y
se vayan a devolver viviendas al alquiler residencial, cuando además el
borrador parece que solo habla de las que se pretendan crear de ahora en
adelante, pero nada dice de las viviendas ya existentes, salvo contadas
excepciones. Pero lo peor de este llegar tarde no es solo por el daño ya hecho,
es que llegan tarde porque han querido llegar tarde, por dolo, por culpa, por
una clara dejación de funciones, porque los respectivos gobiernos que han
pasado por Canarias, tanto autonómicos, como insulares, como municipales, no
han querido escuchar, y no han querido atender lo que se hacía en otras
comunidades autónomas o lo que legislaba Europa. Así, podemos remitirnos a comunidades
como El País Vasco, donde ya a mediados de 2018 había una normativa autonómica
muy restrictiva y garantista vigente, que entre otras cuestiones obliga a
contratar un seguro de responsabilidad civil por persona bastante elevado
(35.000 euros), obliga al propietario a inscribirse en el Registro de Empresas
y Actividades Turísticas, y a pagar por tanto unos impuestos considerables,
obliga a contar con la autorización de la Comunidad de Propietarios, limita las
viviendas sólo a las plantas más bajas y un número muy limitado por edificio, y
establece unas multas elevadísimas para cualquier infracción (10.000 euros para
las sanciones leves y 600.000 euros para las muy graves). La normativa
autonómica del País Vasco se completa y refuerza además con las normativas
municipales, como la de ayuntamientos como San Sebastián o Bilbao, donde
también pueden prohibir la actividad en determinadas zonas a criterio de cada
ayuntamiento, y hay que firmar a la entrada del turista una cantidad de
burocracia, de registros y de papeleos que hacen imposible pensar en alguna
irregularidad.
Todo esto funciona
allí en el País Vasco desde hace bastantes años, y parece que funciona bien,
aunque seguro tendrán también problemas con la turistificación porque es global
en países como España, pero en absoluto como el desastre que sufrimos en
Canarias. Y todo esto, lo que se hacía en el País Vasco o lo que legislaba
Europa, se lo hicimos ver a nuestras administraciones en Canarias, por escrito
con registro, desde inicios del año 2021. Desde esa fecha estamos registrando
en ayuntamientos, en cabildos y en gobiernos de Canarias la sentencia del
Tribunal de Justicia de la Unión Europea de septiembre de 2020, la que habilita
a cualquier ayuntamiento en Europa a poner límites, restricciones y
fiscalizaciones a la actividad del alquiler vacacional. En Canarias, como ven,
han pasado cuatro años, y ahora, cuando el daño ya está hecho, ahora quieren
sacar una normativa, que curiosamente se apoya jurídicamente en esa Sentencia
del TJUE que llevan años sin atender, y que seguro seguirá sin tener ni la
mitad de garantías y seguridades que tienen en el País Vasco, por fijarnos en
alguna. Pues saben qué les digo: son ustedes, sus señorías, políticos y
políticas de este archipiélago, una vergüenza, o peor, una gran desgracia, y
deberían pedir disculpas, todos, y dimitir unos cuantos, como mínimo.
Y si entramos en el
borrador en sí, de lo poco que hemos sabido, está bien que al menos establezcan
unas condiciones mínimas para las viviendas y eliminar así las vergonzosas
tiendas de campaña, cuartuchos, cuevas y demás que se han ido alquilando. Más
allá de eso y alguna cuestión técnica añadida, parece que al final van a
descargar la responsabilidad final en los ayuntamientos y en su planeamiento
urbanístico, luego vamos a arreglados. Pues ya saben ustedes lo ineptos, lentos
e inoperativos que son la mayoría de ayuntamientos en Canarias, que nada
quieren saber cuando se trata de trabajar y sentarse a elaborar cosas de manera
seria y dedicada, ellos están más para fotitos, ferias de turismo y otros
bonchos, y para ponerse sueldos altos por supuesto. Otra cuestión importante
será saber si una vez aprobado el decreto y puestos los ayuntamientos a
trabajar en el asunto, habrá voluntad de fiscalizar, controlar, limitar, multar
y exigir, o será simplemente una normativa más de cara a la galería, aprobada
para contentar a un sector de la población haciéndole ver que se hace algo
cuando en realidad todo sigue igual.
En definitiva, por
la vía de la normativa que pretende aprobar el Gobierno de Canarias sobre el
alquiler vacacional, salvo que le den una vuelta al borrador de arriba abajo y
lo cambien sustancialmente, con lo que hay poco o nada va a mejorar la
situación de la vivienda en Canarias. Las soluciones ya las saben, si nos
siguen, porque estamos hartos de repetirlas: 211.000 viviendas vacías en
Canarias a las que no se mira ni aprieta, especulación desatada, todo para el
sector privado, casas que se compran y venden entre bancos y fondos buitre a
precio de ganga, descontrol, inoperatividad y pugna entre Visocan y el ICAVI,
acaparamiento de vivienda por parte de extranjeros de alto poder adquisitivo,
superpoblación, encarecimiento de todo, sueldos muy bajos, turismo a punto del
colapso, 1% de viviendas sociales, el porcentaje más bajo de Europa, y un
modelo turístico que no sirve para llevar prosperidad más que a unos pocos, con
un estatuto RUP agotado, que no frena el desastre, ni permite a Canarias
avanzar en las soluciones necesarias, algo que sí permitiría el modelo de País
y Territorio de Ultramar (PTU). En resumen, hay que ir a la raíz de los
problemas, y cambiar los modelos, tanto el económico como el de relación con
Europa, solo así podrán mejorar las cosas en esta tierra canaria. Si nos dicen
desde arriba, los que mandan, que no se puede, habrá que buscar la forma de
poder.
Eloy Cuadra,
escritor y activista social
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