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lunes, 26 de febrero de 2024

TOPURIA, MÁQUINA DE PROPAGANDA

 

TOPURIA, MÁQUINA DE PROPAGANDA

El relato del inmigrante de cualidades extraordinarias y un amor desmedido por España que ya quisiéramos ver en muchos malos españoles era más que suficiente para nombrar al luchador icono ideológico

GERARDO TECÉ

Topuria, tras la victoria del 18 de febrero contra Volkanovski. / UFC

“Lo de Ilia Topuria es un espectáculo”, decía el narrador de la cadena norteamericana ESPN para sus suscriptores de pago tras proclamarse el georgiano afincado en Alicante campeón de lucha extrema. Lo de espectáculo, además de piropo, es la definición de una disciplina del entretenimiento, la UFC es propiedad del holding Endeavor Group, que se dedica a grandes eventos y producciones en el ámbito de la música, el cine, la televisión o espectáculos como la lucha extrema que el pasado domingo coronaba a su nuevo rey. El próximo combate podría ser en España en 2024, aseguran desde la empresa, y enfrentará a Topuria con un nuevo candidato a campeón aún por concretar a la espera de que la durísima competición económica entre empresa, patrocinadores y representantes acabe generando un merecido finalista.

 

Topuria, actor principal de la gran superproducción, quiere que el lugar de ese combate sea el estadio Santiago Bernabéu. No puede ser en otro sitio, explica este reconocido madridista que el domingo hará el saque de honor sobre el césped antes del partido del Real Madrid. Club que, según sus palabras, mejor representa los valores de España. Allí conocerá a Florentino Pérez, “un ídolo por todo lo que ha construido”, declaró en rueda de prensa al llegar a España tras el combate. Topuria admira a las élites y genera simpatía en las élites. No es para menos. Su discurso, alejado de la visión de clase, como demuestra que el hijo de un albañil inmigrante se declare fan de un magnate de la construcción, es el discurso del si quieres puedes. Solo necesitas sacrificio extremo, poseer un talento extraordinario y muchísima suerte, que son los requisitos mínimos exigibles para que los hijos de la clase trabajadora puedan codearse de manera circunstancial con los dueños del mundo. Topuria acepta con gusto el encargo de ser propagandista de esta visión de la vida que convierte a los que no llegan a nada en fracasados o inmigrantes en lugar de ídolos o iconos españoles. “Siempre soñé con ser ejemplo para los niños”, dijo en rueda de prensa.

 

No ha sido necesario que las teles que proclaman al luchador ídolo juvenil expliquen el componente ideológico para que todo el mundo lo haya entendido

 

Topuria es un tipo listo. Conoce el tablero de este país como conoce el ring. A su llegada a España, tras proclamarse campeón, mostró su dolor ante los medios de comunicación por no haber recibido la felicitación pública del presidente del Gobierno Pedro Sánchez. “Duele que el líder de tu país no te felicite”. No es habitual ver a un campeón poniendo hojas de reclamaciones con el listado de las felicitaciones recibidas, pero el experimento fue más que exitoso. A los pocos minutos, los titulares del tipo ‘Topuria deja KO a Sánchez’ volaban por las redacciones propiedad de las élites. Si el derechazo hubiera ido dirigido contra el líder del país Felipe VI, el golpe habría sido fallido, pero Topuria sabe moverse bien. No haber sido felicitado por el líder socialista es un sinsabor del que este antiguo empleado de una empresa ultraderechista de desokupas, que practican la lucha de clases del penúltimo contra el último, podrá recuperarse el lunes 26 de febrero. Al arrancar la semana el ganador del combate organizado por la empresa norteamericana UFC será recibido de forma institucional por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso y el alcalde madrileño, que no alicantino, Martínez Almeida. De aquí saldrán nuevos titulares y la dirección de estos, al contrario que los movimientos de Topuria sobre el ring, es muy predecible.

 

Topuria es un héroe nacional, como repiten de manera machacona los grandes medios de comunicación y también los ciudadanos que saben que lo de nacional no es una descripción geográfica, sino otra cosa. En las últimas horas, la magia de las redes sociales quiso que el cómico Ignatius Farray se convirtiera en tema de conversación como consecuencia de la victoria de Topuria después de que un usuario supiera describir a la perfección la situación: “Es normal que el zurderío esté rabiando, debe de ser jodido que tus enemigos tengan en su bando a Topuria y en el tuyo esté Ignatius”. No ha sido necesario que las teles que proclaman al luchador de la empresa UFC ídolo juvenil expliquen el componente ideológico para que todo el mundo lo haya entendido sin dificultad. El relato del inmigrante de cualidades extraordinarias y un amor desmedido por España que ya quisiéramos ver en muchos malos españoles era más que suficiente para nombrar a Topuria icono ideológico. Topuria, tipo listo, sabe bien que el día que pierda un combate y desparezcan los focos, el día que meta la pata, el ídolo español volverá a ser un inmigrante georgiano. Es por eso que parece decidido a aceptar el encargo fuera del ring, porque eso, al contrario que la programación de la empresa UFC, no caducará y le permitirá seguir codeándose con los florentinos. Seguir siendo el ídolo de todos aquellos que creen que la inmigración, cuando no genera propaganda o trae títulos en combate, es un problema a combatir.

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