LO QUE NO DICE FEIJÓO QUE ES EL VERDADERO TERRORISMO
POR VICTOR ARROGANTE
En estos días
Feijóo, líder del Partido Popular y de la derecha reaccionaria, viene
utilizando el término terrorismo para atacar la ley de amnistía, y contra la
política del presidente del Gobierno y a sus socios parlamentarios, faltando el
respeto a las víctimas reales que tanto dolor y sufrimiento han padecido
durante años en España. En Catalunya no hubo terrorismo durante el procés. Los
altercados públicos nunca lo son.
Alberto Núñez Feijóo, ha avisado al Gobierno de Pedro Sánchez que reformar el delito de terrorismo en el Código Penal para intentar sortear la legislación sería un fraude legal que podría sacar a la calle a centenares de terroristas, algo que sería un disparate, recalcando que en Europa no es admisible porque el delito de terrorismo. Afirma que lo que ocurrió en Catalunya tras la sentencia del procés fue la kale borroka independentista, recalcando que el terrorismo es terror y que en Catalunya hubo días de verdadero terror; puro fascismo.
Según el artículo
573 del Código Penal español, se considerarán delito de terrorismo la comisión
de cualquier delito grave contra la vida o la integridad física, la libertad,
la integridad moral, la libertad e indemnidad sexuales, el patrimonio, los
recursos naturales o el medio ambiente, la salud pública, de riesgo catastrófico,
incendio, contra la Corona, de atentado y tenencia, tráfico y depósito de
armas, municiones o explosivos, previstos en el presente Código, y el
apoderamiento de aeronaves, buques u otros medios de transporte colectivo o de
mercancías, cuando se llevaran a cabo con cualquiera de las siguientes
finalidades.
La lista de delitos
terroristas que los países de la UE son los relacionados con un grupo
terrorista (por ejemplo dirección de tal grupo terrorista o saber que se
participa en sus actividades) cuando se haga intencionadamente, y delitos
relacionados con actividades terroristas; algunos de ellos son: difusión, ya
sea en línea o no, de mensajes destinados a incitar a un delito de terrorismo,
por ejemplo glorificación de actos terroristas; captación de otras personas
para cometer delitos de terrorismo; adiestramiento y recepción de
adiestramiento para fines terroristas, por ejemplo para la fabricación o
utilización de explosivos, armas de fuego o sustancias peligrosas; viajes
dentro o fuera de la Unión Europea para fines terroristas, por ejemplo
participar en las actividades de un grupo terrorista o perpetrar un atentado
terrorista; organización o facilitación de dichos viajes, incluidos el apoyo
logístico o material, tales como la compra de billetes o la planificación de
trayectos; aportación o recaudación de fondos con ánimo de que se utilicen o
con conocimiento de que se vayan a utilizar para cometer delitos de terrorismo.
El terrorismo ha
marcado de manera trágica la historia reciente de España, desde los años
sesenta del siglo XX. En esta unidad didáctica analizaremos primero en qué
consiste tal fenómeno. Al analizar el fenómeno terrorista, es necesario
focalizarlo en las víctimas de sus acciones. Sólo de esa forma conseguiremos
que la injusticia cometida en el ejercicio de una violencia ilegítima se
visibilice a partir de ellas, con ellas, junto a ellas; pues son la
demostración más evidente de la violación del derecho humano más básico: el
derecho a la vida.
El terrorismo actúa
de forma secreta u oculta para eludir la acción de la justicia. La
clandestinidad provoca a su vez un mayor aislamiento y radicalidad del grupo.
La etimología de la palabra indica que terrorismo viene de terror, que es
precisamente lo que se pretende provocar mediante este recurso: un miedo
intenso entre los rivales y en la sociedad en general. Detrás del terrorismo
hay un proyecto de poder, dirigido contra alguna institución u organización a
la que se pretende someter mediante el uso de la fuerza. Los grupos terroristas
aprovechan el impacto que provocan sus atentados, su repercusión a través de
los medios de comunicación, para difundir sus exigencias.
En España, a lo
largo de su historia, multitud de individuos, organizaciones o el propio estado
han utilizado el terrorismo con diferentes objetivos, causando cientos de
víctimas mortales. El Gobierno de España ha reconocido a 1451 víctimas mortales
y a 4983 heridos en atentados terroristas producidos entre 1960 y 2020.
Esto es terrorismo.
El primer atentado de ETA fue el asesinato de José Pardines Arcay agente la
Guardia Civil en 1968 y el primer atentado indiscriminado fue el de la Calle
del Correo, el 13 de septiembre de 1974. Hasta el 30 de diciembre de 2006,
cuando mató a sus últimas víctimas, en el atentado de la T4 de Barajas, ETA ha
causado 873 víctimas mortales. Sus objetivos son amplios, incluyendo a
militares, policías, políticos, periodistas o empresarios, y aunque nunca ha
reconocido su intención de provocar atentados indiscriminados, lo que ellos
atribuyen a errores de cálculo, han provocado verdaderas matanzas como fue el
caso del atentado en un Hipercor en Barcelona.
En 1975, con el
asesinato de cuatro Guardias Civiles en Madrid, los GRAPO), se convierten en el
segundo grupo terrorista activo en España. Desde entonces, han sido
responsables de asesinatos, secuestros y extorsión económica. A pesar de que su
escasa actividad en comparación con ETA hizo pensar en varias ocasiones que
había desaparecido.
Englobados en el
terrorismo tardofranquista se produjeron una serie de atentados a cargo de una
serie de grupúsculos de extrema derecha neofascista o de estado, usando nombres
como la Alianza Apostólica Anticomunista o Triple A, Antiterrorismo ETA (ATE),
los Grupos Armados Españoles (GAE), los Guerrilleros de Cristo Rey o el
Batallón Vasco Español. Sus víctimas mortales, entre 15 y 40 personas, incluyen
desde abogados laboralistas de izquierdas (matanza de Atocha), a militantes de
ETA, así como ciudadanos sin relación con la política.
Desde mediados de
los años 80 aparecen los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), grupo
terrorista de estado ilegal, con el fin de hacer la guerra sucia a ETA. Entre
1983 y 1987 realizaron 23 asesinatos, así como varios secuestros, torturas y
delitos económicos. Sus actos se producían principalmente en el País Vasco
francés, por entonces refugio habitual de etarras, ya que el gobierno francés
no colaboraba con el español en su lucha contra ETA. Sus víctimas incluían a
militantes y simpatizantes de ETA, así como gente ajena al terrorismo.
Los atentados del
11 de septiembre de 2001 supusieron un duro golpe para el terrorismo a nivel
mundial, al incrementarse las medidas antiterroristas en todo el mundo y
embargarse todas sus cuentas corrientes. En 1985 se produjo un atentado contra
el restaurante madrileño El Descanso, frecuentado por militares
estadounidenses, que mató a 18 personas e hirió a más de 100. El 11 de marzo de
2004 un atentado islamista en Madrid mató a 191 personas e hirió a más de 2000,
siendo el atentado más sangriento ocurrido en España, motivado por la decisión
del presidente del Gobierno José María Aznar de apoyar a Estados Unidos de
América en su lucha contra el terrorismo.
Para la Interpol el
terrorismo abarca toda una serie de complejas amenazas: el terrorismo organizado
en zonas de conflicto, los combatientes terroristas extranjeros, los lobos
solitarios radicalizados y los atentados con materiales químicos, biológicos,
radiactivos, nucleares y explosivos. Los grupos terroristas incitan a personas
de todo el mundo, a menudo jóvenes, a dejar sus comunidades y viajar a zonas de
conflicto, principalmente situadas en Irak y Siria, y cada vez más en Libia. La
manera de captar nuevos adeptos y radicalizarlos ha cambiado, prestándose mayor
atención a los medios sociales y a otros canales digitales.
El terrorismo es el
uso sistemático del terror, utilizado por una amplia gama de organizaciones,
grupos o individuos en la promoción de sus objetivos, tanto por organizaciones
políticas de todas las ideologías, así como también por grupos nacionalistas,
grupos religiosos, revolucionarios, gobiernos en el poder y grupos patrocinados
por estos. El terrorismo, como táctica, es una forma de violencia que se
distingue del terrorismo de Estado por el hecho de que en este último caso sus
autores pertenecen a entidades gubernamentales.
La explicación de
lo que es terrorismo es sencilla de entender, es terrorista aquel que el poder
duro identifica como enemigo del Estado. Por eso en España se acusa de
terrorismo a quien organiza una fiesta con un escenario en Barcelona en la
jornada de reflexión pero no se acusa de terrorismo a un francotirador de
ultraderecha que acaparaba armas de guerra y planeaba atentar contra Pedro
Sánchez. Para el juez Manuel García Castellón la fiesta sí quería subvertir el
orden constitucional pero la Audiencia Nacional no creyó que planear asesinar
al presidente del gobierno lo subvirtiera. La diferencia entre estos dos casos
es política.
La historia nos ha
brindado multitud de ejemplos de actos, personas y organizaciones que fueron
terroristas, dejaron de serlo o se convirtieron en ello simplemente por cambios
en la correlación de fuerzas de un Estado, por intereses geopolíticos o por
diferentes composiciones del poder.
Es terrorismo la
provocación o mantenimiento en estado de terror a la población, mediante actos
que pongan en peligro la vida, la integridad física o la libertad de las
personas o la conservación de los bienes. No hay delitos de terrorismo
relacionados con el procés. No es terrorismo manifestarse, exigiendo más
democracia, por la libertad o en defensa de los derechos humanos.
Víctor Arrogante
No hay comentarios:
Publicar un comentario