LA DEMANDA DE SUDÁFRICA A ISRAEL
POR GENOCIDIO
SARA
SERRANO
Argumenta que
Israel ha violado sus obligaciones como firmante de la Convención para la
Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio y en su demanda, enumera una
serie de actos que considera constitutivos de genocidio
“Los actos y omisiones de Israel tienen carácter genocida, ya que se cometen con la intención específica de destruir a los palestinos en Gaza como parte del grupo nacional, racial y étnico palestino más amplio». Con estas palabras, arranca la demanda de Sudáfrica contra Israel en la Corte Internacional de Justicia de Naciones Unidas por considerar que Israel está cometiendo genocidio en Gaza.
Sudáfrica argumenta que Israel ha violado sus obligaciones como firmante de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio y en su demanda, enumera una serie de actos, ocho en concreto, que considera constitutivos de genocidio:
El primero de ellos
es el asesinato de palestinos en Gaza. Sudáfrica cita datos de la ONU que
elevan el número de muertos a 21.110, el 70% de los cuáles son mujeres y niños.
“Causar graves daños físicos y psíquicos a los palestinos de Gaza” es el
segundo argumento en la denuncia. El tercero es la “expulsión masiva de hogares
y desplazamiento de palestinos en Gaza”. “La privación de acceso a alimentos y
agua adecuados” es el cuarto argumento que presenta Sudáfrica en su demanda. El
país se refiere concretamente a la declaración de “asedio total” adoptada por
Israel en octubre, que privó a la población civil de Gaza de suministros
básicos. En quinto lugar, la denuncia señala la “privación de acceso a
vivienda, ropa, higiene y saneamiento adecuados” a los palestinos en Gaza,
seguido del sexto: “privación de asistencia médica adecuada”. El séptimo acto
que Sudáfrica considera genocida es la “destrucción de la vida palestina” y, en
este caso, habla de las bombas contra viviendas, escuelas, hospitales,
edificios oficiales y lugares de interés cultural. Por último, señalan la
“imposición de medidas destinadas a impedir los nacimientos palestinos”,
destacando el asesinato de mujeres y niños y la situación de las mujeres
embarazadas, obligadas a desplazarse sin recursos ni atención médica.
Con todo, Sudáfrica
pretende demostrar que la actuación de Israel va más allá de la legítima
defensa y tienen como objeto la aniquilación del pueblo palestino. Pero,
además, Sudáfrica recoge también en su denuncia declaraciones de altos cargos
de la administración israelí que considera que suponen una “incitación directa
y pública a cometer genocidio”. La demanda se hace eco de muchas declaraciones
de funcionarios israelíes que, según Sudáfrica, estarían alentando el
genocidio. Entre ellas, las del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu
refiriéndose a los palestinos como “monstruos” y “bárbaros” y llamando a
iniciar una guerra entre los “hijos de luz” y “los hijos de la oscuridad”,
entre “la civilización” y la “ley de la jungla”. También recoge las amenazas
del Ministro de Defensa israelí de hacer Gaza permanentemente inhabitable o las
referencias a los palestinos como “animales humanos”. Además, incluye los
llamamientos de los ministros de extrema derecha Bezalel Smotrich e Itamar Ben
Gvir para reasentar a los palestinos fuera de Gaza. Otra de las declaraciones
citadas es la del presidente de Israel, Isaac Herzog en conferencia de prensa
ante medios internacionales el pasado 13 de octubre, donde dijo lo siguiente:
“Es toda una nación la que es responsable. No es cierta esa retórica acerca de
que los civiles no sean conscientes y no están involucrados. Es absolutamente
falso. Lucharemos hasta que les rompamos la columna vertebral”. Las palabras
del presidente israelí dejan claro que Israel nunca ha distinguido entre
militantes de Hamás y civiles en Gaza. Isaac Herzog, para que nos hagamos una
idea, es uno de los muchos israelíes que han escrito mensajes a mano en las
bombas que iban a ser lanzadas en Gaza.
La demanda de
Sudáfrica recoge declaraciones en la misma línea del primer ministro, del
presidente, del ministro de defensa, del ministro de seguridad nacional, del
ministro de energía e infraestructura, del ministro de finanzas, del ministro
de patrimonio, del ministro de agricultura, y de numerosos oficiales,
portavoces y asesores militares. Resulta abrumador leer las casi 10 páginas de
declaraciones de funcionarios del más alto rango que alientan directamente a
cometer genocidio en Gaza. Y lo peor de todo es que hay muchas más. A quién
esté interesado en conocerlas le recomendamos que visite el portal zionism.observer
que recoge hasta 120 declaraciones de altos cargos israelíes deshumanizando al
pueblo palestino.
De la demanda,
sorprenden dos cosas. Una que haya sido un país del Sur global el que está
haciendo valer los instrumentos del derecho internacional mientras Europa y
Estados Unidos permanecen en silencio ante el genocidio. Y dos, que no ha sido
ningún país de la Liga Árabe, o de los que se declaran musulmanes, el que ha
salido en defensa del pueblo palestino. Ha sido Sudáfrica. Un país que conoce
bien lo que suponen las políticas de apartheid y las leyes discriminatorias. Y
este paralelismo, molesta enormemente a Israel. Antes de presentar la demanda
ante la Corte Internacional de Justicia de Naciones Unidas, Sudáfrica ya había
aprobado romper relaciones diplomáticas con Israel, retirado su embajada de Tel
Aviv, cerrado la de Israel en Pretoria y denunciado los crímenes de guerra
cometidos por Israel en la Franja de Gaza. “El castigo colectivo de los civiles
palestinos mediante el uso ilegal de la fuerza por parte de Israel es un crimen
de guerra. La negación deliberada de medicinas, combustible, alimentos y agua a
los residentes de Gaza equivale a genocidio”, dijo el presidente sudafricano,
Cyril Ramaphosa, en declaraciones a prensa el pasado 21 de noviembre.
Ramaphosa, fue el principal negociador del Congreso Nacional Africano durante
la transición a la democracia y desempeñó un papel fundamental durante las
negociaciones para poner fin al apartheid. Así que algo de autoridad tiene…
La respuesta del
Gobierno de Netanyahu ha consistido en tildar la demanda de Sudáfrica de
carente de fundamento y pro terrorista. “Israel rechaza con repugnancia la
calumnia de sangre difundida por Sudáfrica y su demanda» porque «carece de base
fáctica y jurídica y constituye una utilización despreciable y despectiva de la
corte», señala un comunicado del ministerio de exteriores israelí. Por su
parte, el portavoz del ejecutivo de Netanyahu, Eylon Levy condenó la decisión
de Sudáfrica de demandar a Israel: “Israel condena enérgicamente la decisión de
Sudáfrica de abogar por el diablo y convertirse en cómplice criminal de los
autores de la masacre del 7 de octubre. El 7 de octubre Sudáfrica se alineó
abiertamente con el régimen violador de Hamás cuando acusó a Israel de violación
del alto al fuego y encubrió los crímenes de lesa humanidad de Hamás”. Estados
Unidos también ha manifestado su incomodidad con la demanda a través del
portavoz de seguridad de la Casa Blanca, John Kirby, calificando la denuncia de
“contraproducente” y “sin fundamento”. Por ahora, más de 900 movimientos
sociales, sindicatos, partidos políticos y otras organizaciones de varios
países han firmado una carta abierta pidiendo a sus estados que apoyen la
demanda presentada por Sudáfrica contra Israel ante la ONU. Veremos qué sucede.
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