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domingo, 21 de enero de 2024

DEL MARXISMO Y LOS LIBROS DE AUTOAYUDA

 

DEL MARXISMO Y LOS LIBROS DE AUTOAYUDA

JUAN CARLOS MONEDERO

Imagen de archivo de una manifestación de activistas de izquierdas junto al monumento a Karl Marx en Chemnitz, Alemania. — Sebastian Willnow/AFP

Los niños que empiezan a arriesgarse a caminar, pese a que den con sus huesos por el suelo, una y otra vez, y aunque tengan las rodillas como un paisaje de la desolación y la ruina, nunca dejan de intentarlo. Es su ser, que persevera. Quizá la emoción de llevar su cuerpo de un lado para otro como un zarandeado barquito de papel a la búsqueda del horizonte, está por encima de cualquier derrota. Rodillas rasguñadas y movilidad van de la mano (en ese caso, de los pies). Quizá ahora, más que antes, un consolador abrazo de la madre o del padre cuando el dolor nos dice que algo ha salido mal, pero a menudo la escuela era la calle, la tierra y el pavimento.

 

Los obreros franceses, después de que fusilaran a 25.000 comuneros y comuneras en París tras el fracaso de la Comuna, apenas unos meses después ya estaban otra vez protestando contra el gobierno de Versalles haciendo, a partir de entonces, de la bandera roja un símbolo del color de las rodillas de los niños. Son los republicanos derrotados en Madrid y Barcelona y Alicante siguiendo la lucha, un par de meses después, contra el fascismo y el nazismo en Europa. Las luchas -es una de las enseñanzas del Albert Hirschman de Retóricas de la intransigencia- dejan un poso que es para siempre.

 

El horóscopo, los libros de autoayuda, las religiones y el marxismo tienen en común, al menos, que han servido de recetas para que mucha gente orientara su vida. De manera que algo deben de tener en común en la medida en que muchos seres humanos han mirado en esas estanterías en busca de razones, explicaciones y fórmulas para orientar la vida y sus misterios.

 

Leer libros de autoayuda y consultar el horóscopo tienen algo de vertiente posmoderna de esa tarea, más propia del siglo pasado, que hacía del marxismo-leninismo una guía para orientarte en la selva. Igual que los marineros miraban al cielo estrellado para orientarse, ayudaba pensar que existe una marcha de la historia donde la clase obrera, en concreto su vanguardia, tenía el rumbo y estaba convencida de que había un futuro más luminoso si se seguían los consejos de los que realmente saben. Hoy somos nosotros los que sabemos que la base "científica" del marxismo deja mucho que desear y que de Marx nos interesa más el bosque que los árboles. Pero ese bosque sigue dando frutos, aunque Marx hoy, a buen seguro, sería posmarxista.

 

Leer a Marx te sitúa en un lado luminoso de la historia, no porque vayas a ganar, sino porque estás junto a la gente para la que la humanidad está por encima de la cuenta de resultados. Marx es autoayuda colectiva y eso siempre es mejor que la autoayuda individual. El éxito de Piketty tiene que ver con eso.

 

Leer a Marx con 20 años te cambia la vida, mientras que dedicar horas a Instagram o Tik Tok cambia menos tu subjetividad que comprarte veinte veces la misma camiseta o los mismos pantalones con sus ligerísimas variaciones (que es lo que le pasa al grueso de las series y de las películas, que parece que las llevan guionizando hace años algoritmos perezosos).

 

Hay una gran diferencia, sin embargo, entre los libros de autoayuda y el marxismo -o cualquier ideología de la izquierda que se basa en el potencial de la clase obrera-. Mientras que los libros de autoayuda invitan a la humildad resignada, a aceptar lo que existe en un presente de quietud, a buscar en la actitud personal y en la reflexión interior la solución a las turbaciones, sinsabores, fracasos, humillaciones y frustraciones, las ideologías de izquierdas te dan un enemigo y te invitan a acabar con él como forma de acabar con tus sufrimientos. Ambas son ensoñaciones, aunque es verdad que a los que explotan a las mayorías y están en las listas de los más ricos del mundo les interesa más que seas budista o te compres el libro El sutil arte de que (casi todo) te importe una mierda a que leas a Marx o te afilies a un sindicato. De hecho, Elon Musk hace todo lo posible para que sus trabajadores no estén sindicados y los poderosos siempre se han llevado muy bien con los prelados y gurús, hasta el punto de que cuando un sacerdote salía rojo lo asesinaban, como a Ellacuría o a monseñor Arnulfo Romero, y si es Papa, lo desprecian como si fuera el anticristo (que ya se les murió uno con anticipación extraña y fue un jaleo).

 

Los libros de autoayuda basan casi todo en la confianza y el respeto, cosas ambas que no funcionan cuando hay alguien enfrente que te despide si no tienes el papel de la baja de tu maldita gripe, si unos contables del gran capital te rebajan tus pensiones o si un tipo sin escrúpulos le entrega a un algoritmo el ritmo de tu vida laboral.

 

El mensaje se repite: sé "humilde", "admite tu ignorancia", reconoce que tu comportamiento es "impulsivo, injusto o egoísta"...  Yo me pregunto: impulsivo, injusto o egoísta ¿con quién? Y siguen: tu ira te perjudica, tienes que dejar esa batalla contigo mismo, piensa en positivo, sonríe, deja de estar peleado contigo y con el mundo... Lo adelantó Machado y cambiamos a Agamenón por Elon:

 

—Elon Musk: totalmente de acuerdo, ¿dónde hay que firmar?

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