TRAMPA SADUCEA
JOSU AIZPURUA
Todos hemos hecho
malabares por nuestros hijos, pero la “Operación Leonor” está rebasando los
cauces de la verdad y se ha convertido en lemas para los neofranquistas y
descerebrados que asimilan “Democracia, Monarquía y Constitución78” y los
quieren hacer ver como un resultado natural de la Transición para pasar
del fascismo a la democracia.
No es así. En la Transición que nunca fue pues se quedó en el mismo sitio, había dos posturas en la oposición; la Reforma y la Ruptura. Se quería por parte del franquismo, sus traidores y advenedizos, reformar, cuanto más suave mejor y sin responsabilidades, el Régimen de Dictadura que el Caudillo Franco nos había mantenido por 40 años y terminado con el fusilamiento de 5 jóvenes militantes antifascistas. El franquismo empezó fusilando; y terminó fusilando.
En otra
sensibilidad, los rupturistas querían acabar el Régimen con asunción de
responsabilidades entre las que estaban las de crímenes a la humanidad y
gravísimas de acciones continuadas contra los DDHH. Y los militares hacían
ruido de sable ante ello.
Carrillo con su
deriva que lo condujo hasta el ridículo posterior del PC al PSOE y al
amarillismo y que vendió la bandera roja por la fascista contra la que lucharon
sus militantes, la rojigualda con pollo, fue clave en la acepción de una
reforma del franquismo atado y bien atado, que es la causa de que nunca el
nuevo Estado78 tuviera un claro rumbo de Democracia y DDHH para ser uno más de
los que en la UE seguían el camino de superación del nacismo de la II Guerra Mundial.
La creación de un
Estado debe partir de una nacionalidad compartida, que en la Transición
no existía con sus 4 naciones, castellana, vasconabarra, catalana y galega más
una colonia Canaria además de otros territorios africanos. Territorialmente distintos
y culturalmente diversos e inversos.
Además, se necesita
una voluntad expresada de incorporación al Estado naciente que tampoco
existió y en territorio vascongado no se aceptó el sí a la nueva
Constitución78. Máxime de esperpento cuando nadie se leyó aquella Constitución78.
Respecto a la
Monarquía, Franco era el único monárquico convencido y el Presidente Suarez
comentó que la puso en la Constitución78 pues si se sometía a Referéndum no
salía aprobada. Aquel Juan Carlos I era reo de los abusos y crímenes de
Franco, y además su sucesor.
La maniobra
conservadora de Leonor carece de legitimidad y su restauración monárquica
adolece de soporte legal e histórico.
Este que los fachas
llaman “España” es un territorio complicado, producto de los restos coloniales
y de la mentira histórica ensoñada por Franco, pero en esta situación sería
posible su redención en cuanto los métodos tradicionales de La Casta,
fascistas y represivos, se abandonaran para poner en práctica los de la UE y
enfrentarse al siglo XXI.
La amnistía hoy es
la expresión de la fuerza moral de un Estado y la cicatería facha es la
tradicional mediocridad, envidiosa y frustrante de una nación sin Patria que
pasó de no ponerse el sol a las tinieblas permanentes.
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