EL PERMANENTE SILENCIO DEL PEDRO SÁNCHEZ SOBRE EL SÁHARA
El presidente
del Gobierno defiende los Derechos Humanos y el Derecho Internacional en
Palestina, pero calla si se trata del Sáhara Occidental.
POR
ALFONSO LAFARGA
Los silencios del
presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sobre diversos temas son habituales, lo
que reflejan con frecuencia en sus titulares muchos medios de comunicación,
pero son permanentes cuando se trata del Sáhara Occidental, aunque le sea
planteado en el Congreso como ocurrió, una vez más, el pasado 16 de noviembre
en el debate de investidura.
Al silencio sobre el Sáhara Occidental ayudan en muchas ocasiones los periodistas, lo que ocurrió durante la pasada campaña electoral, al no preguntar sobre la cuestión saharaui, a pesar de que Sánchez cambió en marzo del pasado año la histórica posición de España: pasó de apoyar ell derecho de autodeterminación del pueblo saharaui a respaldar la ocupación marroquí.
Si el presidente
del Gobierno está tranquilo con la ausencia de cuestiones sobre el Sáhara en
muchas entrevistas, sí le ha extrañado que hace unos días no se hiciese en
Antena 3 una repregunta al expresidente del Gobierno José María Aznar por parte
de la periodista Susana Griso.
El líder socialista
ha dicho hoy a Griso durante una entrevista que le sorprendió que no le
repreguntara a Aznar por decir que Sánchez no había condenado los atentados de
Hamas ni exigido la liberación de los rehenes, “al contrario de lo que he hecho
desde el primer día”.
En la entrevista a
Sánchez de Susana Griso no ha estado presente el conflicto del Sáhara Occidental,
y tampoco lo estuvo el pasado día 4 en la que hizo Angels Barceló en la Cadena
SER.
Hay un caso
reciente en el Sáhara Occidental ocupado por Marruecos sobre el que no ha
habido reacción, una vez más, del Gobierno de España, potencia administradora
del territorio “de iure”, a pesar de tratarse de una grave violación de los
Derechos Humanos, los derechos para los que Sánchez pidió respeto en su viaje a
Israel.
El Grupo de Trabajo
sobre Detenciones Arbitrarias de la ONU ha determinado que una veintena de
presos saharauis fueron detenidos de manera ilegal, sus confesiones obtenidas
bajo tortura y que hubo falta de imparcialidad e independencia por parte del
tribunal que se encargó del juicio. El Grupo de la ONU insta a Marruecos a que
ponga en libertad a estos presos, conocidos por los de Gdeim Izik, el
campamento de protesta de alrededor de 20.000 saharauis levantado en octubre de
2010 cerca de El Aaiún, capital del Sáhara Occidental, y que fue arrasado un
mes después por las fuerzas de ocupación marroquíes.
La petición de
respeto a los DDHH y al Derechos Internacional varía según quien sea el
destinatario y es lo que Ignacio Cembrero ha llamado “La doble vara de medir de
Sánchez: derecho internacional para Gaza, pero no en el Sáhara”, que en El Confidencial
escribió: “Esta preocupación por el derecho internacional en lugares situados a
más de 3.500 kilómetros de las fronteras de España contrasta con el desinterés
por otro territorio situado a menos de 200 kilómetros de las más orientales de
las islas Canarias y que fue colonia española hasta 1975: el Sáhara
Occidental”.
Sobre la actitud
del presidente del Gobierno Javier Gallego escribió en elDiario.es: “Señor
Sánchez, sea valiente, reconozca el Estado de Palestina ya y el resto de
resoluciones de la ONU. Reconozca que la ocupación israelí es ilegal. Y también
la ocupación marroquí del Sáhara. Reconozca la autodeterminación del pueblo
saharaui. Tan intolerable es la cárcel de Gaza como la cárcel del desierto”.
Otro flagrante
silencio es del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, que no se
pronuncia sobre las violaciones de los DDHH en el Sáhara Occidental denunciadas
por ONG internacionales, aunque se trate de la expulsión por Marruecos de
personas de nacionalidad española, como ocurrió en junio de esta año con las
abogadas Inés Miranda y Lola Travieso.
Es el silencio que
también mantiene Albares ante la concentración que desde hace dos años y nueve
meses realiza los lunes el Movimiento por los presos políticos saharauis (MPPS)
frente a la sede de Exteriores en la Plaza de la Provincia, en Madrid, para reclamar
que España actúe para que Marruecos libere a los reclusos saharauis.
A la concentración
del 4 de diciembre se sumó la ciudadana francesa Claude Mangin, a la que el
régimen marroquí no permite entrar en el país para visitar a su marido, el
saharaui Naama Asfari, del grupo de Gdeim Izik, preso desde noviembre de 2010.
Ya en diciembre de
2016, el Comité contra la Tortura de la ONU estableció que Marruecos había
torturado a Naama Asfari y pidió que no hubiera represalias contra él o contra
su familia. Asfari, licenciado en Derecho Internacional y Económicas, está
condenado a 30 años de cárcel
La siguiente
relación, aproximada, es una muestra de hechos ocurridos en noviembre en el
Sáhara Occidental ocupado por Marruecos y del trato de que son objeto los reclusos
saharauis en cárceles marroquíes, realizada con datos de ONG y medios de
comunicación saharauis y españoles, sobre los que no se pronuncia el Gobierno
de España.
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