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martes, 28 de noviembre de 2023

RESIDENCIAS PARA MAYORES


RESIDENCIAS PARA MAYORES

POR PRUDENCI VIDAL MARCOS

 

La ofensiva contra el estado del bienestar en nuestro país es equiparable a una declaración de guerra, pero no se atreven a predicarlo, porque no es una bombazo terrorífico, es una guerra de guerrillas paulatina pero incesante. Hoy voy a referirme a las residencias de ancianos, aquellas que durante la pandemia sufrieron la mayor mortalidad porque “ya han vivido una vida, y mejor dedicar los esfuerzos a otros menesteres…”

En España hay 3.907.804 ancianos entre 70 y 80 años, y 2.138,812 de más de 80. En Catalunya 2.138.812. Es decir una población envejecida, gracias a la alimentación y  la sanidad pública – la de antes, no la de ahora-. Pues bien el 81.0% de las residencias de ancianos está en poder privado mientras que la residencias públicas el 18’1% dependen mayoritariamente de las Diputaciones provinciales.

EL precio de una residencia es muy variable dependiendo de la zona en que se ubica, y va desde los 800€ en las zonas rurales hasta los 5000€ en zonas residenciales de lujos, siendo el coste medio de entre 2500€ y 3000€ al mes. De ahí que los buitres se hayan lanzado a por las viviendas de los ancianos con la llamada hipoteca invertida que hace posible una residencia cuando las pensiones no alcanzan para sufragar la pensión pública ni mucho menos la privada.

Cuando la evaluación de minusvalía y dependencia obtiene unos resultados favorables para el pensionista, éste puede ser favorecido con un ingreso que va a las residencias concertadas como complemento de la pensión.

Aquí también se vislumbra el golpe del neoliberalismo: se apropian de los servicios públicos en aras a una cesación de obligaciones del Estado que ni se hace cargo de construcción de residencias, de su equipamiento y gestión, y deja que empresas y fondos de inversión se hagan con estos servicios con el simple objetivo de ganar dinero.

No vale que lo privado ofrece mejor servicio que lo público, porque los medios de que disponen las residencias no son equiparables: mientras que en residencias privadas se escatiman los servicios fundamentales en alimentación, higiene, etc, los centros públicos ofrecen una calidad según los recursos de los que disponen.

La dejación de funciones se muestra más que evidente cuando la Xunta de Galicia ofrece 1000€ mensuales a todos aquellos acianos que opten por una residencia privada en lugar de una pública. Es decir, vaciarán las residencias públicas, despedirán a sus empleados, venderán las edificaciones  y , en un momento dado, alegarán falta de presupuesto y los buitres se comerán no y los restos del banquete, sino el banquete entero. No nos habremos dado cuenta y nos habremos quedado sin la posibilidad de ser cuidados en nuestra vejez…

Además en el actual sistema nos vemos tratados de una forma desigual. La igualdad ante la ley – y la atención a los ancianos lo es- se quiebra cuando en Madrid se cobra 1903€+IVA en una residencia pública; en Málaga el precio medio es de 85€ diarios, unos 2550€ mensuales, en Galicia el precio medio es de 1521€ mensuales mientras que el pensionista paga el 80€ de su pensión, el resto lo sufraga la Xunta. Es decir, no existe un plan nacional de residencias que tenga en cuenta las rentas de los pensionistas, de haberlo los fondos buitres se alejarían de este suculento banquete que tiene dos vertientes: el sueldo de un cuidados, cocinero, asistente social está entre los 1200€ y 1450€ brutos, según el convenio. Con estos salarios quienes acuden a la oferta no suelen ser personas específicamente preparadas para el cuidado; son, sobre todo, mujeres que compaginan el trabajo de la residencia con los quehaceres del hogar, estableciendo una brecha en las cotizaciones que posteriormente les imposibilitará tener una plaza en una residencia porque su pensión no les alcanzará.

El estado del bien estar en España, como si de una naranja se tratara, se va desgajando trozo a trozo en las fauces devoradoras de empresas especuladores y de fondos de inversión. Ah! y hay quienes en aras a la libertad pregonan que este es el mejor de los procesos posibles porque la libertad de empresa es una derecho fundamental. Pero no es verdad, porque y muy por encima de todo, la vida con dignidad no hay empresa que mida su rendimiento.

Empezaron por fomentar la emigración del mundo agrario hacia la ciudad, construyeron viviendas de 60m2, y cerraron las puertas a que los abuelos pudieran ser cuidados en casa, como sí sucedía en “el pueblo”. La ciudad se ha deshumanizado, porque existió un plan premeditado para ello. Pero ya nos hemos dado cuenta! Y no estamos dispuestos a que este proceso siga adelante. Nuestra lucha por todo el estado del bienestar, construido con nuestros impuestos a fuerza de trabajo no va a ser vendido a los adinerados buitres carroñeros, si no que va a ser defendido con uñas y dientes. Pensiones, sanidad, educación, dependencia y todo lo demás deben ser el interés de todos aquellos que se llamen ciudadanos y sientan lo común como propio.

Prudenci Vidal Marcos

 

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