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domingo, 1 de octubre de 2023

LOS FONTANEROS DE YOLANDA DÍAZ


LOS FONTANEROS DE YOLANDA DÍAZ

DIARIO RED

Buena parte del núcleo duro de Yolanda Díaz está formado por cuadros políticos que proceden de ICV

Iniciativa per Catalunya Verds (ICV) fue una formación política catalana que se fundó en 1987, tras la disolución del PSUC, y que se disolvió en 2019 por no poder hacer frente al pago de las deudas que había contraído.

Hasta la llegada de Podemos en 2014, lo habitual era que todos los partidos con representación parlamentaria obtuvieran financiación por parte de los bancos, unos créditos que, en teoría, se irían devolviendo con los ingresos de las subvenciones, sujetas estas al resultado electoral. Formaciones como ICV o Izquierda Unida no eran una excepción en esta práctica.

 

Durante sus 32 años de existencia ICV jugó diferentes papeles en la política catalana. Fue el referente de Izquierda Unida en Catalunya durante muchos años, hasta la ruptura que tuvo lugar en 1997 entre Anguita y Rafael Ribó por el acercamiento al PSOE por parte de este último. Ya a comienzos de este siglo, en 2003, llegó a formar parte del Gobierno de Maragall junto a ERC, conocido como «el tripartit». En Europa su referente fueron los verdes, cuyo máximo exponente son Los Verdes alemanes, hoy parte del Ejecutivo de Scholz, donde ostentan la cartera de Exteriores y han hecho gala de una política favorable al envío de armas a Ucrania con posiciones pro-OTAN.

 

A partir de 2015, con el impulso del municipalismo y de las Mareas, ICV pasó a formar parte de la coalición En Comú Podem y, posteriormente, se integró en Catalunya En Comú, coaligándose con los comunes de Colau, con Podem y con Esquerra Unida Catalunya (EUCat). No obstante, esta alianza no fue suficiente en términos económicos para afrontar la crisis financiera que el partido arrastraba desde hacía años; y, finalmente, en 2019, con cerca de 9 millones de euros de deuda, ICV pidió al juez que convocara un concurso de acreedores para proceder a la liquidación. El partido como tal se disolvió y muchos miembros de la ya extinta ICV fundaron en 2021 Esquerra Verda (EV). Algunos de sus más destacados miembros son Ernest Urtasun, Aina Vidal o David Cid, que ya formaban parte de la cúpula de ICV antes de su disolución y que hoy son dirigentes de mucho peso en los comunes y en Sumar y, por tanto, claves a la hora de marcar la línea política en temas como la guerra de Ucrania o en la configuración de las alianzas europeas de estas organizaciones.

 

Hoy en día, buena parte del núcleo duro de Yolanda Díaz está formado por cuadros políticos que proceden de ICV. Un ejemplo es Josep Vendrell, su actual jefe de gabinete y persona de mucha confianza de Díaz. Encargado de la fontanería junto con Lander Martínez, es un veterano que lleva desde los años noventa en cargos de responsabilidad en la formación catalana (entre otros, fue jefe de gabinete de Joan Saura en 2003). Otro ejemplo es Ernest Urtasun, el portavoz de Sumar de 41 años que, pese a su edad, lleva también ya muchos años ejerciendo tareas de responsabilidad. De hecho, cuando era todavía una activista por la vivienda, la exalcaldesa Ada Colau realizó un escrache en un mitin de ICV en el que participaba el propio Urtasun. En la actualidad, ese núcleo dirigente que componen Urtasun, Vendrell, David Cid o Aina Vidal es uno de los puntales de Yolanda Díaz. Pese a que la relación de Díaz con Vidal no era buena en la primera legislatura de Unidos Podemos, cuando protagonizaron duros enfrentamientos por la política de pensiones y el Pacto de Toledo, hoy la diputada catalana es una de las principales voces que acompañan a la vicepresidenta. Tanto es así que en la conformación de las listas de los comunes de cara al 23J, el sector de Colau —que apostaba por Jaume Asens para ser el cabeza de lista por Barcelona— tuvo que ceder a la presión de la antigua ICV y de Yolanda para que ese primer puesto lo ocupase Aina Vidal, muy vinculada desde joven al sindicato CC.OO.

 

La estrecha relación con la vicepresidenta en funciones y su mayor influencia dentro de los comunes en Catalunya (en detrimento del sector de Colau) demuestran que, aunque las siglas han cambiado, la antigua ICV —ahora llamada EV— sigue jugando un rol en la política española, y quizás con más fuerza que antes, tanto a nivel ideológico como de fontanería organizativa.

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