‘FEIJÓO INVESTIDURA TOUR 2023’
ANTÓN
LOSADA
Resulta algo más que tentador convertir la gira de investidura de Núñez Feijóo en una parodia. La ocurrencia de ofrecerse como presidente por dos años para derogar el sanchismo, pero de buen rollo, con opción a otro dos más si los socialistas quedasen suficientemente satisfechos con la derogación, no contribuye precisamente a reforzar su credibilidad o su seriedad.
Una vez constatada la evidencia de que el líder popular sólo puede hablar en serio con los suyos, y ni siquiera con todos, se antoja fácil inventar titulares graciosos para entretener este largo mes de septiembre que nos espera hasta la sesión de investidura. Tras reunirse casi exclusivamente con los presidentes autonómicos populares, podría organizar una gira entre los cardenales españoles a ver cómo van de fe. Luego podría marcarse otra con los seleccionadores y las seleccionadoras españolas, que parece el momento perfecto. A continuación, podrían pasar los rectores de las universidades, o los directores de los hospitales más grandes de España, o los diez españoles más viejos, o más simpáticos, o más torpes y así hasta que ya no quede nadie con quien fotografiarse.
Los socialistas y
sus socios se han entregado claramente a esa dulce tentación ridiculizadora. La
gira es una pantomima, sentencian, aparentemente convencidos de haber ganado
las elecciones; lo cual supone un grave error. Pedro Sánchez no ganó los
comicios generales; los perdió Feijóo, que no es lo mismo ni se le parece. Ya
infravaloraron a Feijóo en mayo y les costó perder buena parte del poder
territorial trabajosamente ganado durante la década anterior. Deberían cuidarse
de no tropezar de nuevo con la misma soberbia. Que exista un único resultado
posible con investidura no garantiza que vaya a producirse.
Puede ser que el
Feijóo Investidura Tour 2023 no represente otra cosa que la ilusión desesperada
de un candidato que no acepta la realidad, o tal vez necesite mantener la farsa
viva para que no le acribillen los suyos. Pero también puede que forme parte de
una estrategia mucho más elaborada y letal de lo que parece a primera vista.
La gira de Feijóo
obtiene más réditos de los que aparenta, además del obvio protagonismo político
y mediático que le confiere. No conseguirá seguramente sumar los cuatro votos
que le faltan. Pero sí le permite actuar como si esa posibilidad pudiera
efectivamente llegar a producirse en algún momento. Ser y parecer se confunden
mucho más de lo que pensamos en el mundo y en la política virtuales.
El Investidura Tour
le evita a Feijóo los riesgos de la decisión que en su día oscureció el futuro
político de Inés Arrimadas. Ella se mató en diferido al renunciar a presentarse
tras acabar la más votada en las urnas en Catalunya. Al mantener su
candidatura, Feijóo sigue vivo. La política tiene unos rituales que conviene
respetar para seguir en la partida. A veces hay que perder primero para ganar
después.
Este Investidura
Tour 2023 no hará presidente a Feijóo, pero le permitirá demostrar al votante
de derechas que el problema no ha sido él. Un mensaje clave de cara a una
hipotética repetición electoral. Ya no habrá duda entonces sobre cuál será el
voto útil de la derecha que quiere gobernar. Igual de determinante puede
resultar el desgaste institucional y el cansancio de la política que pueda
causar, entre la ciudadanía, la procrastinación del proceso para investir
presidente; especialmente entre aquella que no le vota, si al final hay que
volver a las urnas.
El Investidura Tour
le permite, además, a Feijóo mantener la esperanza de que septiembre nos traiga
algún cisne negro. La posibilidad de que ocurra algo inesperado que le sitúe en
la presidencia durante este mes no parece ni mucho menos desdeñable en una
política española donde, si mañana cae un meteorito en el Congreso de los
Diputados o se descubre que el palacio de la Moncloa es en realidad una nave
extraterrestre, a casi nadie le extrañaría.
Nunca se sabe dónde
puede saltar el desastre. Un día eres el rey del mundo y pareces invencible y a
la jornada siguiente no te conoce ni tu tío. Que se lo pregunten a Luis
Rubiales. Ya lo dejó avisado el sabio Arsenio, el inmortal entrenador de
SuperDepor: hay que tener mucho cuidado con la fiesta, que te la quitan de los
fuciños.
Resulta algo más
que tentador convertir la gira de investidura de Núñez Feijóo en una parodia.
La ocurrencia de ofrecerse como presidente por dos años para derogar el
sanchismo, pero de buen rollo, con opción a otro dos más si los socialistas
quedasen suficientemente satisfechos con la derogación, no contribuye...
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