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sábado, 5 de agosto de 2023

LA ÚLTIMA BALA DE FEIJÓO

 

LA ÚLTIMA BALA DE FEIJÓO

ANTÓN LOSADA

Las elecciones generales no las han ganado Pedro Sánchez o los socialistas, tampoco la verdadera izquierda o la otra, tampoco los nacionalistas, independentistas o no. Estas elecciones las ha perdido Alberto Núñez Feijóo. El resultado final es el mismo: la derecha no suma para gobernar y la izquierda con los nacionalistas sí; pero no significa lo mismo. Un 23J que iba a constituir un referéndum sobre el sanchismo acabó convertido en una moción de confianza hacia Núñez Feijóo que el aspirante conservador terminó perdiendo. No cometerá el mismo error dos veces.

 

A Núñez Feijóo le acabaron pasando factura todas las cosas que, durante la campaña, todo su entorno orgánico y mediático le juró y perjuró que, o no iban a tener coste, o ya estaban amortizadas. No volverá a calcular tan mal las distancias. La flauta no sonará otra vez ni por casualidad. Si mañana se produjera una repetición electoral no volverá a dejar una silla vacía en ningún debate, rectificará cuanto tenga que rectificar antes de que se lo pidan, recordará quién era un Marcial Dorado que ya no puede hacerle más daño y Vox ya no será un socio al alza sino una formación en barrena a la cual fagocitar a la velocidad que devoraron lo que quedaba de Ciudadanos.

 

Al único a quien le interesa la repetición electoral es a Núñez Feijóo. Convocar de nuevo elecciones siempre supone tirar una moneda al aire, pero él no tiene nada que perder; al contrario, es su bala de plata. Descartada la posibilidad real de una investidura, para el líder popular la repetición electoral no constituye un riesgo; es una necesidad. Si Pedro Sánchez resulta investido y consigue darle un mínimo de estabilidad al arranque de la legislatura, se activaría en modo automático el proceso de sucesión en el PP. Lo sabe todo el mundo.

 

El resto de las fuerzas políticas tienen mucho que perder y poco que ganar si volvemos a las urnas en los próximos meses. Empezando por Vox, que tendrá su supervivencia como único objetivo posible. Al PSOE le va a costar convencer de nuevo para que le den el voto útil otra vez quienes ya se lo dieron en julio, para que acabara siendo más bien poco útil. Nada en los augurios indica que a todos los socios potenciales de los socialistas que ya no les fue bien en julio, les vaya a ir mucho mejor en una hipotética segunda ronda.

 

El relato y la estrategia popular no tienen como finalidad lograr la investidura imposible de su líder. El objetivo pasa por cuestionar la legitimidad de cualquier intento de Pedro Sánchez para formar gobierno y convertir la repetición electoral en la única salida legítima. El candidato socialista no estaría cumpliendo con su responsabilidad constitucional de intentar formar un gobierno si el ganador de las elecciones renuncia o no suma los votos necesarios, estaría intentando saciar la inagotable sed de poder de un autócrata. La Constitución dice siempre lo que diga el PP y hoy el PP dice que lo único constitucional pasa por volver a las urnas. Todo lo demás es una anomalía, es ilegítimo, es corrupción o es delito.

 

Hasta el 17 de agosto, el día en que se constituyen las Cortes Generales y habrá que pasar de las palabras a las votaciones, tiene pinta de que la lista de oportunidades perdidas para callarse y no facilitar el éxito y la credibilidad de la estrategia conservadora no va a dejar de crecer. No se ha empezado ni a negociar la mesa del Congreso y ya se han pedido una amnistía, la autodeterminación, un par de referéndums, media docena de nuevos sistemas de financiación autonómica, un par de condonaciones de deuda y varias transferencias de trenes y autovías. A este paso no va a quedar casi nada para hacer en toda la legislatura porque ya estará todo hecho para la investidura.

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