EL PERRO DE PRESA DE LA PATRONAL: LA EXTREMA
DERECHA CONTRA EL IMV
PEDRO HONRUBIA - CANAL RED
El fascismo siempre es el perro de presa de la patronal y el capital. Eliminar el Ingreso Mínimo Vital es uno de sus objetivos. Y lo es porque así defienden los intereses de sus amos.
El Gobierno de extrema derecha italiano ha tomado recientemente la decisión de eliminar la llamada “renta de ciudadanía” a cientos de miles de personas. La Renta de ciudadanía es una prestación similar a nuestro Ingreso Mínimo Vital, destinada a garantizar unos ingresos mínimos a personas y familias en situación de máxima vulnerabilidad. Así, desde el pasado 31 de Julio, 169.000 italianos e italianas que hasta ahora se habían beneficiado de este complemento de entre 200 y 780 euros, dejarán de recibir dicha paga mensual, que percibieron por última vez el último día laboral de julio. Meloni la había calificado como “metadona del estado” y ya en campaña había anunciado su eliminación. Los afectados y afectadas se concentran principalmente en el sur del país, donde esta semana muchos de ellos y de ellas salieron a protestar ante lo que consideran una decisión injusta y cruel.
El 1 de agosto, el
diario italiano La Repubblica publicaba un artículo en el que explicaba el
papel decisivo que han tenido tanto la patronal de la hostelería, como la
patronal del campo, para que finalmente el Gobierno de Meloni haya tomado dicha
decisión. La nota empieza su redactado relatando una imagen que podríamos
considerar casi de carácter costumbrista: “Decimos las cosas a la cara: estamos
en contra de este veneno de la renta de la ciudadanía”. Potenza, 22 de
septiembre, cierre de la campaña electoral del futuro ministro de Agricultura
Francesco Lollobrigida. En el escenario, detrás de los símbolos de Fratelli
d'Italia, el presidente de Coldiretti, la patronal del campo, Ettore Prandini,
asiente varias veces. Y hoy puede decirse satisfecho, después de que el
gobierno dirigido por Giorgia Meloni haya cumplido su promesa.
La imagen: un
futuro ministro de un gobierno de extrema derecha respaldado públicamente por
el responsable de una patronal, que asiente y agradece cuando el primero
anuncia que va a impulsar una medida que va directamente a favor de sus
intereses de clase como patrón. La extrema derecha como perro de presa de los
intereses de la patronal, especialmente en aquellos sectores donde, ante una
falta de ingresos mínimos garantizados y una regulación protectora, más
habituales son las condiciones de explotación de la clase trabajadora.
No es casualidad,
pues, que hayan sido precisamente las patronales de la hostelería y del campo,
con el respaldo del conjunto de la patronal, las que más han apretado para que
esta medida que afecta tan directamente a sus intereses de clase, haya sido
finalmente aprobada. La posibilidad de tener acceso a mano de obra barata a la
que poder explotar e imponer unas condiciones de miseria, se multiplica una vez
que los ingresos mínimos garantizados desaparecen. No hay que tener un
doctorado en relaciones laborales para entenderlo.
«Estas patronales
de la explotación pierden buena parte de su capacidad de imponer a la clase
trabajadora condiciones de miseria, una vez que existe algo como un Ingreso
Mínimo Vital que garantiza una mínima cobertura económica para las personas en situaciones
de vulnerabilidad.»
Seguro, por otro
lado, que el debate y el discurso no le es ajeno a las personas que viven en el
estado español respecto del intento de calificar como “paguita” el Ingreso
Mínimo Vital que la extrema derecha de Vox ha hecho aquí desde el primer día de
su aprobación. Se llama guerra cultural. Y aunque parezca que va dirigida
exclusivamente a criminalizar y humillar socialmente a las personas que reciben
estas ayudas sociales, en realidad es un discurso de clase para intervenir en
el marco de las relaciones laborales en favor de los intereses de la patronal.
Como decían en aquella famosa película de mafiosos: “no es nada personal, son
negocios”.
Estas patronales de
la explotación pierden buena parte de su capacidad de imponer a la clase
trabajadora condiciones de miseria, una vez que existe algo como un Ingreso
Mínimo Vital que garantiza una mínima cobertura económica para las personas en
situaciones de vulnerabilidad. Ni digamos ya si lo que existiera fuese una
verdadera renta garantizada, realmente digna y universal. Evidentemente, si
alguien recibe un ingreso garantizado de 600 euros, no va a aceptar que el
empresario explotador de turno, saltándose toda la legalidad laboral e
incumpliendo cualquier convenio, le imponga un salario similar por trabajar 8 ó
10 horas, 5 ó 6 días a la semana, en la hostelería o en el campo, “y es que si
no quieres tengo a 200 como tú esperando”. “Que trabaje tu primo por ese
dinero”, le dirá. Y eso, la verdad, está genial que podamos decirlo tal que así
cualquier trabajador o trabajadora. Eso refuerza e impulsa no solo la dignidad
de la persona en cuestión, sino la capacidad negociadora de todos y todas, y
una mejora progresiva de las condiciones laborales del conjunto de la clase
trabajadora.
Y es que en
territorios donde sectores como la hostelería y el campo tienen una importante
presencia en su actividad económica, y donde además existen alto índices
históricos de desempleo, como el es el caso de Andalucía, sabemos perfectamente
que sin medidas de este tipo, y aprovechando la situación de necesidad en la
que viven muchas personas, incluso existiendo una regulación laboral
protectora, es la mano de hierro del patrón y de la explotación la que se acaba
imponiendo habitualmente en eso que llaman “el mercado”. Cualquier trabajador o
trabajadora de la hostelería o del campo en provincias como Granada, Almería,
Jaén, Córdoba, Sevilla, Huelva, Málaga, Cádiz, se lo podrá explicar en propia
carne.
Estas prácticas
explotadoras, pues, no surgen de la nada, necesitan para ello de sociedades sin
regulaciones laborales fuertes y sin ingresos mínimos garantizados, para que
así los patrones puedan seguir explotando, tirando los salarios a la baja e
imponiendo plenamente su poder en las relaciones laborales de contratación. Por
el contrario, a más ingresos garantizados y más derechos, menos margen para la
explotación y mejores condiciones de negociación de la clase trabajadora en su
conjunto, lo que supone igualmente mejores salarios. Es por ello que desde el
primer día la derecha y la extrema derecha, que siempre operan al servicio de
los intereses de los ricos y de los señoritos, han tratado de criminalizar
socialmente el IMV. Conciencia de clase (rica) ya sabemos que no les falta y
nunca se equivocan de bando en sus decisiones.
Recuérdalo así para
cuando desde ciertos medios al servicio del capital, y en los propios discursos
del partido, te vuelvan a querer vender el cuento de que Vox es una
organización “antisistema” que se preocupa de los trabajadores/as ante el
supuesto abandono de los mismos por parte de la izquierda. Guerra cultural para
que la gente apoye a quiénes le van a joder la vida. Recuérdalo también para
cuando alguien diga aquello otro tan extendido, incluso entre los sectores
rojipardos, de que son los trabajadores/as migrantes quienes suponen problema
alguno para lo salarios y las condiciones laborales en el mercado laboral.
El fascismo siempre
es el perro de presa de la patronal y el capital. Eliminar el Ingreso Mínimo
Vital es uno de sus objetivos. Y lo es porque así defienden los intereses de
sus amos.
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