UN PANORAMA ALARMANTE, PERO NO DEFINITIVO
Aunque
la lluvia de encuestas parezca indicar lo contrario, todo será posible si la
gente de izquierdas decide no dejarse avasallar por el clima tóxico que domina
la política española en estos momentos
CONTEXTO
El retorno. / J.R. Mora
A diez días de las elecciones generales, las encuestas más fiables siguen registrando aumentos de la intención de voto al PP, un ligero descenso de Vox y el estancamiento, o retroceso, de PSOE y Sumar. Tanto Gad3 como 40dB. detectan que la ametralladora de patrañas desplegada por Feijóo en el cara a cara con Sánchez y los parabienes impúdicos de la prensa ultra han sido muy rentables para los populares, que una vez entregados al trumpismo sin rubor (¿qué fue del moderado Feijóo?), ahora intentan sacar de la foto a la extrema derecha pidiendo al electorado de derechas que concentre su voto.
El panorama es muy
inquietante, no sólo porque la mentira sistemática ha cuajado como un arma
electoral aceptable y efectiva, sino porque la estrategia del PSOE y, en menor
medida, de Sumar, de atizar el miedo a la extrema derecha y de defender la
gestión del gobierno de coalición no acaba de movilizar a sus electorados
respectivos, aunque el PSOE, gracias sobre todo a la espléndida campaña del
expresidente Zapatero, esté logrando frenar el trasvase de votos socialistas al
PP.
Los sondeos son
especialmente frustrantes porque Sumar no consigue superar a Vox para colocarse
como tercera fuerza, y se mueve en una horquilla de 32-37 diputados que no
mejoraría el resultado de Unidas Podemos en 2019. Parece claro que la suma
alcanzada durante la negociación exprés no ha convencido a muchos votantes de
izquierdas, que se mueven hoy entre votar al PSOE o abstenerse. La campaña,
copada hasta ahora por el ruido bipartidista y las bravatas de Vox, tampoco ha
favorecido a la coalición liderada por Yolanda Díaz, pero queda todavía tiempo
y espacio para que la nueva izquierda supere a Vox y mejore así los resultados
del bloque progresista.
Con Aznar predicando
una vuelta al austericidio, con el exrey Juan Carlos anunciando su regreso a
España si Feijóo gana las elecciones, y con los líderes populares sembrando
sospechas, de forma totalmente irresponsable, sobre el voto por correo, es
fundamental que el PSOE y sobre todo Sumar echen el resto en esta recta final
de esta campaña. Es necesario que todos los partidos que integran Sumar unan
fuerzas y den una imagen de unidad real, poniendo a la gente y el futuro del
país por delante de cualquier otra consideración.
Pero no toda la
responsabilidad recae en los partidos. La sociedad civil tiene también un papel
que cumplir. Se advierte desánimo y desencanto en la ciudadanía de izquierdas.
Ya se vio en el sector más izquierdista, que no fue a votar el 28-M o votó al PSOE.
En el proceso de constitución de Sumar se han producido heridas que continúan
sangrando. La debilidad de Pedro Sánchez a la hora de frenar las mentiras de la
derecha en el debate electoral contribuye igualmente al pesimismo. Las cosas,
casi siempre, salen peor de lo esperado.
Ahora bien, todos
debemos ser conscientes de que si el desánimo se traduce en una victoria
arrolladora de las derechas, lo que nos espera será mucho peor que el desánimo,
una depresión profunda y prolongada. Por eso, si no lo queremos pasar muy mal
los próximos años, no queda otra que dejar atrás remilgos, reproches y
lamentaciones, votar y convencer a los de nuestro alrededor para que lo hagan
también. Aunque la lluvia de encuestas parezca indicar lo contrario, todo será
posible si la gente de izquierdas decide no dejarse avasallar por el clima
tóxico que domina la política española en estos momentos.
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