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viernes, 7 de julio de 2023

ELECCIONES MALPARIDAS

 

ELECCIONES MALPARIDAS

EDUARDO SANGUINETTI,

filósofo, poeta y performer.

“Si no hay comida cuando se tiene hambre. Si no hay medicamentos cuando se está enfermo. Si hay ignorancia y no se respetan los derechos elementales de las personas. La democracia es una cáscara vacía, aunque los ciudadanos voten y tengan parlamento”.

 

Nelson Mandela

Los cuentos ya no son oportunos, sin ignorar que la realidad y la verdad no son un cuento… Creo que les agradaría, tal vez, no leer mi escritura de lo indecible, pero no puedo dejar de hacer mención al poder de los estúpidos, a la justicia criminal, la cobardía de la gente, la hipocresía de los políticos en estado de anomia, los sociópatas consuetudinarios, a organismos internacionales que simulan “bregar por la paz” y la “armonía”, de la estafa y fraude de las corporaciones de medios del mundo, medios obscenos, que impulsan y justifican el estado de guerra permanente instalado en este pobre planeta degradado, habitado por millones de seres temerosos, en estado de indigencia, pobreza mental y física.

 

¿O bien debo hacer un discurso de agradecimiento?

 

Tiempo de bajas defensas para los libres el mundo, para el advenimiento, como lo estamos apreciando en Argentina, de todo tipo de nostalgias de disciplina o de obsesión de diferencia: la puerta abierta a fundamentalismos, racismos, mesianismos camuflados de progreso, de fascismos en acto de perseguir, eliminar y excluir al disidente, al amante de la vida en libertad e igualdad, sin estructurales institucionales escatológicas que todo lo degradan. Instrumentos de la decadencia, criaturas de la agonía, es claro, nada comprenderán, el despotismo y el totalitarismo demencial gobiernan.

 

Conocemos el vacío social y político, cada vez más prolongado, que precede a la convocatoria de elecciones. Queda suspendida cualquier iniciativa, la sociedad está congelada de antemano.

 

Pura simulación, pues por otra parte el veredicto de las elecciones es indiferente. Cada vez en mayor medida, el poder político se dedica a congelar a la sociedad en una especie de suspenso electoral, de éxtasis del sufragio, bajo presión.

 

Ocurre con la humanidad como en el film 2001 Odisea al espacio de Stanley Kubrick, con los viajeros en el espacio con un estado de coma superado, bajo la vigilancia del ordenador.

 

La información y la comunicación mantienen al cuerpo social en estado de supervivencia, todas las funciones vitales prosiguen, sólo que la vida no aparece.

 

En nuestras comunidades, en cierto modo, tampoco aparece la vida, pero la información, sea cual sea su signo y las funciones vitales prosiguen. Y sin duda estamos siendo desconectados de nuestra historia y del final de nuestra historia, ya grabados con fecha de vencimiento.

 

Gobernar contra el sistema es imposible, dado que parte del propio sistema es el que financia el fascismo instalado y en acto de delinquir contra las libertades individuales, imponiendo de modo dictatorial aberraciones que no concebimos hayan retornado.

 

El pueblo quiere ser desafiado políticamente: en caso contrario se limita a devolver el poder, pero siempre juega con un poder muerto. En él no existe ya la escena, ni la ilusión, ni la pasión, sólo la indiferencia y la incredulidad. Nada más triste que la melancolía de los hombres en el poder, que jamás curará al pueblo de sus miserias.

 

América Latina es la región más desigual en el planeta, donde es impracticable vivir hoy: espacio de minorías, ignorantes de modo directamente proporcional a sus riquezas, hoy en el podio de los ganadores de la estafa, consagrados por la tan mentada revista Forbes. Se torna fundamental ocultar las verdaderas razones del descontento social y hacer creer a las víctimas del sistema que los verdaderos agresores son otras víctimas.

 

La indiferencia casi siempre es mayoritaria y desenfrenada. Esta indiferencia, desentendimiento, falta de observación, fueron obtenidos sin duda mediante estrategias sigilosas, obstinadas, que introdujeron lentamente sus caballos de Troya y supieron sustentarse tan bien sobre aquello que propagaban -la falta de vigilancia- que fueron y siguen siendo imperceptibles, y por ello tanto más eficaces.

 

La indiferencia es feroz. Constituye el partido más activo, sin duda el más poderoso de todos.

 

Para un sistema, la indiferencia general es una victoria mayor que la adhesión parcial, no se ignora que nos han declarado una guerra los enemigos de la libertad y la igualdad, son ellos, los neonazis, en acto de instalar el adoctrinamiento, autoritario, represivo sobre los habitantes de la República Argentina y del mundo.

 

En verdad, es la indiferencia la que permite la adhesión masiva a ciertos regímenes, las consecuencias son por todos conocidas. Pero, qué sucedió para que Argentina se debate nuevamente en esta instancia que tanto le ha cobrado en tiempo y vida a un pueblo, con buitres de la corporación mafiosa mediática que hora a hora difaman, mienten y dibujan la realidad distópica, que consideran apropiado para minimizar el sufrimiento de los indigentes.

 

Las consignas de las dictaduras también se reciclan, sobre todo porque con el tiempo estas se fueron legitimando y el reciclaje es integral, aplicándose a las prácticas de vidas ficcionales de millones de habitantes del mundo.

 

En Argentina, para el fascismo y el progresismo reculador, la mentira es tan verdadera como la verdad, cuanto más dramático sea el contraste de la invención con la realidad, tanto mejor.

 

El régimen dominante impone un dictado: “No hay alternativa a la economía de mercado”, frase débil en sentido, carente de fundamento, absurda, discurso netamente totalitario, que define el espacio en el cual nos encontramos encerrados en el mercadeo de productos derivados de otros productos derivados de flujos financieros que imponen las reglas de juego de un sistema degradante.

 

He aprendido según transcurrieron en el descuento de los años de mi vida, los magros presupuestos con que la comunidad cuenta, para dar el empujón al abismo del “nunca jamás”, a todos los delegados de la farsa y el espectáculo mediático pestilente, donde caerían por ley de gravedad y levedad, sin remedio y de manera higiénica y clara, estos enviados de la farándula, (fundamental aliada del cabaret nazi) y del filo-nazismo en acto de ser tendencia para las hordas de fascistas, que en Argentina sentaron reales, en diversas funciones del establishment.

 

La legítima inteligencia, fue excluida del juego político hace décadas, por los monopolios políticos y empresariales, los enemigos de la verdad, de la libertad y de la democracia. Porque, aunque se les llene la boca, cada vez que hablan, de valores universales y principios éticos, gracias a Julian Assange y sus Wikileaks, conocemos un poco mejor qué hay detrás de sus máscaras...

 

El sarcasmo absurdo y el anacronismo, configuran la alegoría de la historia Argentina, de este tiempo, donde los peores ocupan funciones de relevancia, y pareciera que el espectáculo de los falaces estafadores de la vida, continuarán en sus sitiales de honor, impidiendo la construcción de una República, en franca desaparición, con la identidad del ciudadano subestimada, eliminada, con un solo derecho, emitir su voto “obligatorio”, en elecciones malparidas 2023.

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