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miércoles, 12 de julio de 2023

EL REGRESO DE LA MATINÉ

 

EL REGRESO DE LA MATINÉ

QUICOPURRIÑOS

          Cuando era niño, que también lo fui y andaba con  pantalón cortito, que cantaba Cafrune, al llegar el domingo tocaba ir al cine. A la matiné de las cuatro entrabas pagando cinco pesetas que en céntimos de euros o no tiene traducción o no sé cómo calcular la equivalencia. Ya con 10 pesetas ibas sobrado para poder comprar golosinas, un sobre de refresco y regalías negras, de las duras, eran mis “chuches” favoritas y todavía te quedaban algunas perras para la semana. Hoy despierto con la noticia de que a partir de este martes, un día en semana, por lo visto los martes, las Salas de cine del país que se han acogido a la propuesta del Ministerio de Cultura, te venden la entrada al módico precio de dos euros. Eso sí, para disfrutar de la promoción tienes que tener cumplidos los sesenta y cinco años. Y se da la circunstancia que, desde el pasado mes de abril, tampoco hace falta especificar el día para que no tengan que felicitarme cada año, llegué a esos guarismos en los que antes, hace mucho tiempo ya, como oficialmente eras un viejo,  te podías jubilar.

Pero ya no porque la medicina y la economía han avanzado mucho y nos hacen permanentemente jóvenes y, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, los políticos de turno se han apuntado a eso de reafirmarnos en nuestra ilusión de la eterna juventud, por lo que hablan de que para el retiro, hasta los setenta y dos, habrá tiempo.  Y yo me pregunto si la rebajita de la entrada para , de paso contribuir con la industria cinematográfica, no es más que otra maniobra de despiste, una ilusionante vuelta a la niñez por lo del precio de la nueva matiné, para que nos entretengamos con la pantalla , comiendo golosinas y adormecidos frente a lo que se cuece a nuestras espaldas. Todo ello  mientras se legisla deprisa y corriendo y restringiendo cada vez más los derechos individuales. Pero eso sí, a partir de hoy tendremos cine los martes, a dos euros si acreditadas tener los sesenta y cinco.

          Y, me pregunto otra vez, además de enseñar el carnet de identidad, ¿tengo que ir vestido con pantalón cortito?

 

                                                              quicopurriños

                                                       elsapodelanoche

 

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