MISCELÁNEAS
Por Eduardo Sanguinetti, especial para NOVA
Meditar sin huellas deviene evanescente, la huella por su insistencia, transmuta el recuerdo individual en social. Saber es acordarse, recuerda el esclavo geómetra del Menón. Hacer no lo es menos. Hacer la revolución es, en parte, desear repetir las revoluciones pasadas: revolucionario por ser conservador.
Todos hemos leído que los hombres hacen la historia pero no de modo libre, en condiciones escogidas por ellos, sino directamente dadas, legadas por la tradición. Esta condición de heredar costumbres y rutinas, es gravoso, una pesadilla en la mente de los seres vivos y con ansias de renovar, fundar novedosas memorias, ser una pista de despegue, que impulsará a la humanidad hacia adelante, sin la dictadura de la tecnología... En este relato casual propongo crear vínculos que fomenten la unidad y la larga marcha de los nuevos fundadores, sin domicilio fijo, de un mundo para todos...
Es momento de
convencerse que materialismo sin estoicismo no es más que la ruina de nuestra
especie. Ayer con nuestras vanguardias de investigadores, de literatos, la
Cultura se ordenó en su totalidad según el paradigma del lenguaje. Pasado de
moda, de aquí en más éste cede su lugar, a través de las ciencias cognitivas a
una nueva filosofía del espíritu, cuyo perfil esbozamos torpemente con mejor
fortuna universitaria y social que en el pasado inmediato.
No se ignora, que
las subversiones son obra de los buenos alumnos y que con las fidelidades se
expanden los valores de ruptura: una sociedad que ya no reconoce antepasados
puede borrar su futuro y hoy desde los centros de poder se está eliminando la
historia y sus hacedores. Es preciso, sin embargo, que los actos no se
desvanezcan con las vidas, que las palabras sobrevivan a las voces, y los
postulados de Euclides a la irrigación del cerebro de Euclides. La humanidad se
cocina un porvenir con restos, trazos o marcas, piedras grabadas, rollos de
papel, estelas.
¿Qué queda cuándo
se ha olvidado todo? El objeto. Confiar una performance que pasa a un soporte
que dura es el medio menos incierto de hacerle atravesar el espacio y el
tiempo. La vida se hace duración o conciencia de sí por medio de lo no
viviente, lo sin conciencia, y un primate humano que no dejase nada tangible
tras de sí retornaría a la condición del gran simio.
Delfín o chimpancé,
el animal comunica, no graba. Emite señales, no tiene archivos. Sigue pistas,
no construye rutas. Deja al aire cadáveres biodegradables, no cava sepulturas
para hacer que los despojos sean psico-biodegradables en el fuero interno de
los sobrevivientes (sepultar es dar una forma memorable y perenne a lo que ya
pronto no la tendrá). La paloma mensajera se orienta mucho mejor que nosotros a
la hora solar, por eso no fabrica gnomones ni sextantes. Los mamíferos de
sangre caliente tienen territorios, no levantan puestos fronterizos.
Entre un trayecto y
un trazado o, si se prefiere, entre la pista y el camino, hay un cambio de
linaje en el reino arborescente de lo viviente. Todo sucede como si el
"milagro humano" hubiera consistido en 'materializar', reverso y
complemento de paradójico de "mentalizar". Allí está la hazaña.
II
Es el momento de
convencerse de que materialismo sin estoicismo no es más que la ruina de la
especie. Ayer con nuestras vanguardias de investigadores y literatos, la
Cultura se ordenó en su totalidad según el paradigma del lenguaje. Dejado de
lado por los tecnócratas, éste cede su lugar, a una nueva filosofía del
espíritu cuyo perfil esbozamos torpemente con mejor fortuna universitaria y
social que en el pasado inmediato.
Es así como en el
espacio de treinta años, el rechazo del orden establecido por parte de los
pioneros del nuevo modelo de análisis cobró fuerza de ortodoxia, los
esclarecedores de la opinión dieron al lenguaje una autonomía autócrata, sin
nada que decir.
Infiltración de los
repertorios, mestizaje de los dominios, desfiguración de lo 'sublime' por lo
'trivial'': estas incesantes catástrofes desestabilizan categorías
intelectuales. El impuro revoltijo de los intereses y las miradas condena a
exilios dobles a quienes podrían darnos soluciones momentáneas, para librarnos
momentáneamente del caos en el que estamos sumergidos.
No hay en ello nada
de anormal: Toda larga marcha comienza con una proscripción. Fronterizo y
migrantes podrán incluso aprovechar su período como SDF (Sin Domicilio Fijo:
sin techo), que deja tiempo libre, para ponderar los "obstáculos
epistemológicos" que plantea todo desarreglo de las costumbres promovidas
a certezas. La empresa mediática sería un capricho megalómano y no un intento
de saber reflexivo si no examinara sin cesar sus propias debilidades (lo que
hace obligatoria la modestia, mal que le pese).
Contratiempos
previsibles, que no impedirán encontrar algún estímulo maníaco en las palabras
de Hegel: "Si la realidad es inconcebible, será preciso que forjemos
conceptos inconcebibles".
El trabajo de
desencantamiento no tiene fin, por suerte. Potencia eterna, tutelar y
divinizada, nuestra Madre Naturaleza se vio antaño despedazada, por y tras los
profanadores del Renacimiento, en series separadas de fenómenos
físico-matemáticos.
Luego se vio de qué
manera la biología experimental vino a sustituir los humores, fuerzas y
designios misteriosos que, desde la Antigüedad, habían fetichizado la Vida, por
"la materia, las partículas y las leyes" (Francois Jacob)
¿Cómo dudar de que
llegó el día en que algunos métodos de análisis incongruentes llegaron a
sustituir a la Cultura, por la técnica?
Hoy los burócratas
de lo mediático con sus herramientas rudimentarias y magros medios dejan bien
justificado su des-hacer. Esta conclusión parece evidente: ¿Debería poder
probar que es cierta?
III
No hablaré de la
historia del espíritu, ni de las aproximaciones fisiológicas, psicológicas,
sino de final... de realidades perturbadoras de genio y de idiotez, de
jerarquías y de amarguras... No hablo de pasado sangriento, ni de futuro, ni de
parlamentos, de academias escleróticas, ni de apatías, de simpatías... ¿Sería
necesario que hablara de todo? ¿De todo al mismo tiempo?, es imposible. No haré
más que arrojar algunas palabras: aislamiento, vulgaridad, prostitución.
No hago sino
mención de la ignorancia, de la vergüenza y la cobardía... Menciono también las
cárceles, los asilos y las neuralgias sociopolíticas, y no olvido a los
distribuidores de premios... La vejez como horror ejemplar, sobre el suicidio
de los pueblos... No hablaré tampoco de Imperios en putrefacción, ni de
monarquías, ni de repúblicas estúpidas, ni de Dictaduras genocidas, ni de amor
a la patria, ni de abyecta neutralidad... ni del hecho que las revoluciones no
han aportado la libertad que no tenemos.
Pero me pregunto
lectores, si no debería de todos modos presentar alguna cosa optimista, al
estilo de los tiranos... Como se hace dinero o bien cómo se pierden los amigos
y el dinero... Que me hagan sonreír los que gobiernan, los fanáticos o los
mercenarios del poder, no es casualidad… ¿Cómo se hace de un hombre puro y
honesto un criminal de un día para otro? Todo es prehistoria altamente
filosófica e insoportable.
Los estados, los
gobiernos y los pueblos son estructuras "simuladas" condenadas sin
cesar a la infamia, a la calumnia y a la traición sistemática...al fracaso. La
vida es desesperación en que se apoyan las filosofías, las que, finalmente son
prometidas a la avidez, al diseño y la publicidad. Instrumentos de la
decadencia, criaturas de la agonía, todo es claro, nada se comprende.
Mientras desde los
poderes se proponen modelos suaves, dulces, débiles, tan complejos y sutiles
como una caricia, la realidad dispone y se entrevé rotunda, agria y dura como
una trompada. ¿Un Pluralismo Fundamentalista? que se previene contra el cambio
proclamándose la “era del cambio”. Una situación de bajas defensas, y a no
dudarlo, para el advenimiento de todo tipo de nostalgias de disciplina o de
obsesión de diferencia, la puerta abierta a fundamentalismos, racismos,
academicismos y mesianismos camuflados de progreso.
Entonces a modo de
corolario, la Dictadura Militar fue atroz, como también sus consecuencias, que
la perpetúan… El después, que duro es el después, que deviene en vidas perdidas
de una humanidad paria... Revisionistas oportunistas realizados por Don Nadie,
Don Ninguno, Don Cualquiera, que actúan en nombre del "Nunca Más", de
la "Memoria" y de cuanto se nos pueda ocurrir, en un pliegue de
espectáculo, para poder hacer y deshacer en antojo y capricho lo que sea: armar
la historia de personajes inexistentes, borrar de la historia a seres
maravillosos, asimilados a instalar armonía, equidad y solidaridad en la
existencia de comunidades, hoy despojadas de empatía en las relaciones... Y la
Imaginación al Poder, ¿dónde quedó?
Como víctima del
terrorismo de dictaduras y democracias ficcionales procedimentales, no puedo
dejar de manifestar mi desagrado hacia este sistema, que no se acomoda a lo que
en "un tiempo que fue hermoso" (Sui Generis dixit) esperábamos seguir
construyendo, con nada... pues el secreto radica en liberarse de pensamientos,
y que nuestro instinto y sensibilidad actúen con toda la espontaneidad que los
caracteriza... Mitómanos y psicópatas armaron autopistas intransitables, para
nosotros "Vagabundos del Tercer Milenio", que aún hoy bajo el cielo
"protector", nos guían señales, traducidas en noches estrelladas...
Suprimiendo las causas de fracasos, convertidas en prólogo de vidas que merecen
vivirse, sin los errores cometidos por vírgenes que creían en el amor.
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