LA VENTANA (NARRATIVA)3
DUNIA SANCHEZ
Mis pies, mis piernas me llevan al camarote. No. No quiero alumbrar mis ojos de la despedida de la isla. Un espejo acecha desde mi aseo. Me miro. Mi yo se divide. Un yo que en estos instantes antes de partir adquiere una contradicción. Esa parte de mi que deja la isla, esa parte de mi que se aleja, esa parte de mi que se inmiscuye en la huida después de tantos y tantas torcidas pisadas. Después está esta otra, el ahora, encapsulada en un Camarote con vistas a la bahía, con vistas a esas gaviotas surcando a ras del océano, con vistas a una ruptura del pasado. Y siento que soy olvido, que he sido olvidada. Un aura oscura se queda ahí, en estas montañas retorcidas que hace unos momentos habité, en esta aldea en un punto del atlántico atravesado por una corpulencia magmática. Tonos azules violáceos tiñen el paisaje y mi yo sereno no quiere mirar, no quiere saber nada de ese ayer. Un aura de colores se pavimenta tras de mí, la ida. Una ida galopante en hastío de la isla, y el brío de lo que está por llegar. Sí, un yo consagrado a rasgos optimistas alcanzando la plenitud de esta ruptura.
Hay
que desechar los escombros que pesan sobre nuestros hombros, sobre nuestras
manos. Reventarlo sutilmente con el peso de las jornadas. Me miro. Me miro en
este diminuto tiempo de aislamiento donde la calma es reflejo de mis alas
cortadas ¡Volverán ¡Volverán a la lucidez cuando los cabos se eliminen y me
alejé de este lugar, un lugar en que crecí, en el que morí! Sí, este espejo luce
toda mi existencia, todo lo humana que soy. Sí, soy humana, en un planeta que
por embestidas del hoy parece fenecer. Ataúdes en una niebla dan luz a ese
túnel del tiempo equivocado. Una equivocación que me lleva lejos…muy lejos o no
tanto. Solo este océano. Solo esta embarcación. Solo este camarote. Solo este
espejo donde luce el grito de las gaviotas. Un aura me recorre y miro mis
manos. Destinos inciertos se apoderan de mí. Y me digo , que más da, es tan
solo una prueba , es tan solo un atrevimiento de lo que he sida vedada a lo
largo de mis años. Siento como partimos a otros lugares, a otras historias que
tan vez tengan el mismo argumento. Me miro al espejo. Miro mis manos. El
reflejo de un aura de colores se acuesta conmigo...CONTINUARÁ
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