ABERRI EGUNA
JOSU AIZPURUA
Aberri-Eguna, el
día de la patria, la Patria Vasca sin duda pues así la definió su autor Sabin
Arana Goiri. Pero hoy el carlista Urkullu y sus compinches, revisionistas del
nacionalismo vasco de los hermanos Arana Goiri, que en el manejo del pesebre
han conseguido masas y poner una pica en HB.
CC en Canarias también es nacionalista, pero como Urkullu se callan que su nación es España, una España diferente que nunca existió; ni la una ni la otra. Los carlistas creían que el cambio de Rey de España ya conseguía la eliminación de las afrentas españolas a sus Fueros, que eran sus Leyes Antiguas y propias que entre otras cosas les exoneraba de la mili y de cumplir con lo que considerasen lesivo, con la fórmula del “pase foral”; se acata, pero no se cumple. Hoy se acata y se cumple; y se aplaude con las orejas.
Antaño el Aberri
Eguna que asombró a la España Oficial tras la dictablanda de Primo Rivera por
su potencia y disciplina, era una fecha cumbre para los nacionalistas y la juventud
encuadrada en clandestinas organizaciones se movilizaba desde meses antes para
su organización. Mi entonces jefe, querido Koldo, nos movía por todas las
tapias y montes para pintar y colocar ikurriñas, y por todo Euzkadi los jóvenes
concienciados actuaban similar.
El Aberri Eguna
resistió la represión y año a año fue creciendo pese a las detenciones y
torturas y yo mismo caí en el de Bergara. Pero murió de éxito pues la llegada
al Poder nacionalista de la gente de Arzalluz, rompió con el Nacionalismo Vasco
clásico al que llamó “sabiniano” y arrojó a su gente de la Organización. Bonita
Historia aún no contada. Pero el 6 nos estalló la bomba en Nabarra; y todo
aquello se acabó.
Y hoy ya ni se
celebra, del verbo celebrar, un acontecimiento básico para un
nacionalista vasco: el día de su Patria. Y en ello va todo su contenido como
oposición a la patria española. Dice Borrell que ¿por qué no puede ser catalán
y español? En la clandestinidad cantábamos: “Cómo quieres que un farol alumbre
dos aposentos, como quieres que yo sea vasco y español a un tiempo”. Póngale
música, pero no le hace falta.
A mí un Aberri
Eguna sin el origen navarro, sin un Iparralde integrado, me resulta ajeno a lo
que de joven me enseñaron los nacionalistas vascos del partido. No entiendo el
neocarlismo actual ni el españolismo sobrevenido sin debate ni reconocimiento.
Lo celebro, siempre lo celebre en el exilio, pero en la intimidad y con mi
alejamiento de la comedia vasca actual. Yo fui y sigo siendo de “acción vasca”,
pero una estúpida sentencia prevaricadora nos arrojó a la ilegalidad
reconfortadora, pero siento el desvío del partido como algo trágico. Otros
vendrán.
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