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lunes, 20 de marzo de 2023

YOLANDA DÍAZ SE LANZA EN ABRIL Y APUESTA AL PULSO PERMANENTE CON PODEMOS

 

YOLANDA DÍAZ SE LANZA EN ABRIL Y APUESTA AL PULSO PERMANENTE CON PODEMOS

DANIEL GALVALIZI

Cuando se escuchan las diferentes miradas de los hechos y las narrativas contrapuestas del sector de Yolanda Díaz, por un lado, y el de Podemos, por el otro, da la sensación de estar viendo la versión ibérica de ‘La guerra de los Rose’, ese clásico de 1989 dirigido por Danny DeVito y protagonizado por Kathleen Turner y Michael Douglas en el que a una pareja que se odia tanto como se ama le resulta imposible ponerse de acuerdo porque los hechos ya han dejado de importar, parece todo una lucha por quién controla el devenir. Por quién manda.

No es descubrir la pólvora afirmar que las diferentes familias progresistas del Estado español a la izquierda del PSOE suelen tenerlo fatal a la hora de ponerse de acuerdo, dejar los narcisismos a un lado y despojarse de ese prejuicio tan arcaico de que quien aparece como el que ha cedido es el que ha sido derrotado. Quien cede no manda, se suele creer, cuando liderar un proceso es mucho más que el mero control de los tiempos.

 

Este es el contexto complejo, y preocupante para algunos, en el que se encuentran el Sumar de Yolanda Díaz y Podemos, con muchos actores secundarios que en ocasiones funcionan como puentes y en otras como entes disruptivos. Pasemos a deshilvanar la tela.

 

Candidatura sí, coalición ya vemos

El mapa de situación es el siguiente: tras varias postergaciones, El Salto pudo confirmar a partir de diferentes fuentes que la vicepresidenta hará un anuncio sobre su decisión positiva en cuanto a ser candidata a la presidencia del Gobierno en abril. Como muy temprano, y casi milagrosamente, sería el viernes 31 de marzo, pero lo más probable es que el cuarto mes del año sea en el que veamos a Díaz decir que tras su famoso proceso de escucha en todas las comunidades autónomas, ha decidido ser candidata.

 

Que no es una presentación de candidatura sino de una decisión, se ocupan de aclarar desde el entorno de la ministra de Trabajo. También confirman el interés en que todas las formaciones amigas que se espera que estén integradas en una eventual plataforma estén presentes. El Salto pudo confirmar que hay particular interés (y ya se ha conversado entre los diferentes equipos) para asegurarse la presencia de Ada Colau (Catalunya En Comú) y Mónica García (Más Madrid).

 

El anuncio del anuncio disparó las alarmas en la cúpula de Podemos, cuyos dirigentes no participarán en el evento si antes no hay un preacuerdo electoral

La fecha que el equipo de Sumar le había transmitido como preliminar a uno de los partidos aliados era el fin de semana del 24-25 de marzo,  pero eso ya es parte del pasado. Además, la alcaldesa de Barcelona no podría participar ya que ese fin de semana estará en Buenos Aires, un poco lejos de Madrid, sitio elegido para el retrasado acto de lanzamiento (miembros del equipo yolander aseguraban a mitad del invierno que “como muy tarde” el anuncio se tendría que dar a finales de febrero o principio de marzo, pero se priorizó finalmente poder hacer actos de escucha en todos los territorios).

 

El anuncio del anuncio disparó las alarmas en la cúpula de Podemos. Dirigentes del segundo partido en el Gobierno avisaron de que no podrán estar presentes en el evento si antes no hay un preacuerdo electoral. A través de las gafas de algunos medios de comunicación, esto se narró como una amenaza (“aprietan” se llegó a leer en un periódico de derechas). Aquí empieza una escena típica de los Rose en la que una misma situación se enmaraña como si fuera un diálogo en la Torre de Babel.

 

La secretaria de Organización de Podemos, Lilith Verstrynge, ha dicho a RNE que esto no es una amenaza sino “el orden lógico de las cosas” y que para “poder arropar” a Díaz antes corresponde alcanzar un pacto de mínimos. Sin embargo, el equipo de la vicepresidenta observa absorto esto porque considera que esta condición nunca había estado sobre la mesa ni se había hablado en las conversaciones formales para alcanzar un acuerdo que se están manteniendo desde enero. Estas negociaciones están encabezadas por Verstrynge y por una de las manos derecha de Díaz, su jefe de gabinete Josep Vendrell.

 

“Yolanda no quiere que le marquen los tiempos y tiene razón”, señala a El Salto un dirigente de En Comú, quien además asegura que Colau está intentando mediar para que se alcance un equilibrio (Catalunya es un importante granero de votos para el espacio a la izquierda del PSOE y es quizás donde menos escollos puede tener la confluencia porque ya hay años de aceitada experiencia entre los morados y los de Colau).

 

Pero también es entendible que en tiempos de política de espectáculo, en el que las fotos hablan por sí mismas y la gente no suele leer los contextos, que Ione Belarra (secretaria general de Podemos) no quiera estar sentada en primera fila de un acto en que se presenta algo que bien no se sabe cómo acabará. Su mera presencia sería interpretada como un apoyo explícito y los morados, curtidos en las batallas de los cierres de listas electorales y con varias traiciones pesando en su mochila a cuestas, quieren algún tipo de garantía.

 

La relación entre Belarra y Díaz es fluida y cordial, aunque haya un sector de Podemos, más ‘pablista’ si se quiere, que apela a la confrontación con Díaz, quizás por temor a ser devorados y por un deseo, normal, de cuidar una marca electoral que costó sangre, sudor y lágrimas construir y que por más críticas que reciba mantiene un núcleo duro de votantes nada despreciable.

 

Varios de los que ocupan los asientos de la Ejecutiva morada consideran, según le expresaron a El Salto, que Díaz quiere una suerte de uberización de la plataforma electoral: que los partidos regionales se ocupen de sus territorios con un Podemos más al margen (por ejemplo, Compromís ordenando en el País Valencià, la Chunta en Aragón, Más País en Madrid, los de Alberto Rodríguez en Canarias, y así) y dejar las otras circunscripciones para que Podemos haga más a su antojo (sin contar Andalucía, en donde Izquierda Unida tiene su mayor maquinaria).

 

“Ella no cambia sus tiempos, hasta verano no va a empezar una negociación real. O más aún, hasta el último momento”, opina un miembro de la Ejecutiva morada, que da por descontado que los yolanders ya tienen un pacto cerrado no anunciado con Más Madrid e Izquierda Unida.

 

Desde el equipo de Díaz y otras confluencias descartan esta mirada apocalíptica de Podemos. El debate sobre cómo será la plataforma todavía está abierto,  aunque todo se encamina a un paraguas legal de federación de partidos. También es cierto que con otras fuerzas de las muchas que Sumar quiere incorporar, lo pactado era cerrar acuerdos después de las municipales y autonómicas del 28M y acelerar ahora un preacuerdo con Belarra sería ir en contra del resto.

 

Los yolanders necesitan que Podemos tenga un traspié electoral para que la negociación sea más fácil y ella esté menos atada a la marca morada

Como si hiciera falta agregarle pimiento al potaje, Díaz tuvo este viernes un acto institucional con Iñigo Errejón, líder de Más País. Es verdad que estaba acordado previamente un estudio del impacto de la precariedad laboral en la salud mental con el errejonismo. Pero también es verdad que es imposible que eso no dispare suspicacias en las filas moradas: el diputado no es uno más sino el símbolo para los morados de la traición y la crisis interna.

 

Para añadir más picante, Díaz dijo en este acto: “La política es esto. La política va de hablar de la vida de la gente, no va de ruidos, no va de fuerzas ni va de presiones. Va de trabajar desde posiciones diferentes, pero siempre complementarias, y sabiendo que tenemos un reto común, que es mejorar el país”. No se tardó un segundo en vincular esta frase a los reclamos de Podemos.

 

Intereses contrapuestos

“Yolanda y Podemos tienen incentivos contrarios con respecto al 28M”, reflexiona con El Salto uno de los miembros de la cúpula de una de las confluencias fuertes que apoyarán a Díaz. Se refiere a que aquí todos los actores están en una situación de puja de intereses y competencia.

 

Básicamente es porque Podemos quiere hacer el mejor papel posible en las municipales y autonómicas para poder mostrar su músculo electoral y poder encarar un acuerdo electoral con Díaz en una posición de mayor fuerza. En ese sentido, destacan fuentes moradas que los del 28M serán los comicios en los que más alianzas electorales se han cerrado con Izquierda Unida (hay acuerdo donde nunca los había habido, como por ejemplo Murcia).

 

En la calle de en frente el anhelo es otro. Nunca lo podrán admitir pero los yolanders necesitan que Podemos tenga un traspié electoral para que la negociación sea más fácil y ella esté menos atada a la marca morada, de la cual se quiere desvincular lo máximo posible en términos simbólicos. Y por supuesto, en estos comicios Podemos compite en muchos territorios con partidos como Compromís y Más Madrid con los que luego deberá confluir.

 

Da la impresión, al observar este proceso a lo largo del tiempo y conversar con las partes involucradas, que la vicepresidenta apuesta al pulso permanente con Podemos porque, a su entender y el de su equipo de estrategia, gana en esa diferenciación. Desde el segundo semestre de 2021 Díaz está abocada a mostrarse como una etapa superadora, menos dogmática y menos combativa, que la del Podemos de Iglesias. Saben que Podemos es una marca con una base electoral muy fiel pero que también tiene un techo de votantes que ella desea perforar.

 

También hay una cuestión de personalidad. Uno de los aliados más incondicionales de Díaz comentaba hace tiempo a El Salto que la ministra, cuando se la quiere ordenar y forzar a tomar una acción, suele tener la respuesta antagónica. Hay una reacción evasiva a las presiones, casi de fuga hacia adelante. Esta característica en su liderazgo no es algo menor y no siempre la inflexibilidad o el ninguneo es una exhibición de fortaleza.

 

También Podemos está cosechando su propia siembra y muchos excompañeros de aventuras aprovechan para facturar viejos enconos. “Yolanda no está maltratando a nadie y está dialogando con ellos. Tampoco va a hacer una imposición de nada. Pero hay que respetar sus tiempos y acompañarla. Se está construyendo unidad porque ella es la única que puede aglutinar a todos, hay que superar las identidades particulares”, dice a El Salto un referente importante de los de Catalunya En Comú.

 

No hay señales de certidumbre, o la única certeza es que la tensión se va a mantener hasta el último momento porque la tensión en sí misma es una estrategia de negociación tan vieja como la política. Las encuestas no son muy alentadoras y cabe esperar, al menos al votante progresista, que Sumar y Podemos no acaben como los protagonistas de “La guerra de los Rose”: matándose entre sí, yendo a por todas y consiguiendo nada.

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