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viernes, 31 de marzo de 2023

'QUID PRO QUO' CON LA IGLESIA EVANGÉLICA AL FONDO

 

'QUID PRO QUO' CON LA IGLESIA 

EVANGÉLICA AL FONDO

ANA PARDO DE VERA

Lo he dicho aquí varias veces: no creo en las casualidades en política; mucho menos, en tiempo electoral. El Gobierno anunció este miércoles que los responsables de la Iglesia católica en España comenzarían a pagar al Estado dos impuestos de los que, hasta ahora, estaba exenta por obra y gracia de los acuerdos económicos con la Santa Sede, firmados en enero de 1979. Se trata de los impuestos de Contribuciones Especiales y el Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO). El Ministerio de la Presidencia, dirigido por Félix Bolaños, responsable de la negociación con la Conferencia Episcopal, ha estimado en unos 16 millones de euros anuales los que recibirá el erario de estos dos tributos.

 

La valoración de este paso dado por el Gobierno-PSOE es relativa: por un lado, resulta positiva si se tiene en cuenta que inicia la ruptura de la tradicional resistencia de los socialistas a acabar con los privilegios de la Iglesia católica en España y avanzar hacia un Estado laico e, incluso, realmente "aconfesional", que es lo que recoge la manoseada Constitución de 1978 y que no se ha cumplido jamás en este sentido (ni en otros varios).

 

Por otro lado, causa sonrojo sacar pecho desde todo un Ejecutivo socialdemócrata por haber logrado recuperar para la caja pública dos impuestos menores y se siga permitiendo a la Iglesia escaquearse de pagar el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) sobre sus 34.961 ídem, de los que admitió, a mayores, que cerca de un millar no le correspondían y que los había podido matricular por obra y gracia de una ley del PP de José María Aznar.

 

Los privilegios de la Iglesia católica siguen siendo muchos y variados en España y es quizás ese comportamiento de su cúpula, más cercano a la rapiña que a la caridad de Cristo que predican, el que le ha hecho ir perdiendo fieles en nuestro país. Eso, o que ya no engañan a nadie que se reconozca habitante de una sociedad democrática del siglo XXI, con su diversidad, su feminismo y su justicia social. Al menos, la sociedad a la que deberíamos aspirar con un Gobierno progresista, que si bien no alienta ninguna teocracia (Satanás nos libre), mira hacia otro lado cuando se le reclama, como mínimo, el cumplimiento de la Constitución en cuanto a la aconfesionalidad de escuelas concertadas (mayoritariamente religiosas), en hospitales y centros sanitarios ídem, en presupuestos públicos (no nos dan a elegir, con la cruz de la casilla para la Iglesia católica se retraen ingresos para servicios públicos) o en memoria democrática.

 

El sábado pasado asistíamos a un bodrio evangélico en la capital, durante un acto del PP de Madrid, con Alberto Núñez Feijóo, Isabel Díaz Ayuso y la predicadora Yadira Maestre en los tres papeles estelares. La iglesia evangélica es la gran amenaza del catolicismo en América Latina y, si Ayuso recurre a sus pastores para dar mítines que le rebañen votos para las elecciones del 28 de mayo, es que también puede serlo en España. Los dirigentes evangélicos son populistas, manipuladores, radicales, intolerantes y van directamente a la piel, al miedo de la gente, a las vísceras: sus fieles han nacido con el pecado encima y deben dedicar su vida a redimirlo, ése es el principio. Pasan de oropeles, barroquismos, de la lengua latina, de ropajes suntuosos y de formalismos dialécticos; sus iglesias son edificios normales, nada presuntuosos, para que la gente entre y se integre con facilidad, sin intimidarla.

 

La dirigencia de la Iglesia católica, su intolerancia vestida de rasos, sedas y frufrús; de pan de oro, arte sacro, su incienso, su Vaticano, su celibato, sus catedrales... por no hablar de sus escándalos pederastas, sabe que debe redimirse, acercarse al pueblo, mostrarse caritativa, ¿y qué mejor publicidad que la de pactar unas monedas con el Gobierno socialcomunista-bolivariano-etarra-satánico si el grueso de los acuerdos económicos se queda como estaba en 1979? Han pasado 43 años de entonces y 26 años de gobiernos socialistas. Se ha dado un pasito en 2023 con una cúpula católica debilitada. Podíamos haber aspirado a más.

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