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domingo, 12 de febrero de 2023

¿Y AHORA QUÉ ESCRIBO, MAMÁ?

 

¿Y AHORA QUÉ ESCRIBO, MAMÁ?

MAITÉ CAMPILLO

A los estudiosos de la ingeniería (I): << Si una carga social uniformemente consciente es aplicada sobre una estructura capitalista de producción y simplemente apoyada en la explotación ésta se deformará hasta romperse>>.

(No aludir al estado lagrimoso en que se encuentra por ende otro de los pilares sería grave). A los que braman por el sindicalismo reivindicativo ofrezco una clase proletaria, lo que en potencia humana opta en base alfabetizadora a sus militantes en los frentes la revolución sandinista alumbrando luz y siembra con precisión poética y sencillez Oscar Girón (II): <<La apropiación social evita la existencia del amigo de lo ajeno y seguro en este pueblo no habrá ladrón de sí mismo>>.

 

¿Regresará la vida del llanto donde es arrastrada?

 

Durante la dictadura militar argentina Eduardo Alejo Pavlovsky fue víctima de la censura y persecución política: vivió exiliado varios años en el Estado español. Se comenta que al volver a Argentina tuvo que enfrentar cierta crisis de creación <<al no tener un ‘enemigo político común’ contra el que escribir>>. Y, sí, podríamos decir que sufre su primer impacto un desconcierto, el cráneo privilegiado que hoy nos une en esta nota, que puede leerse en un artículo suyo publicado en el diario Clarín, en 1984, titulado: ¿Y ahora qué escribo, mamá? Revuelca en la fuente de las contradicciones su mente sensitiva batiéndose en la nueva situación, enfrentando talento como dramaturgo, director, actor y médico psicoanalista que nace en Buenos Aires en 1933. Fue reconocido como uno de los creadores del psicodrama, introdujo obras entre otros autores de Samuel Beckett desde su grupo Yenesí, como director. Creador de una basta y magistral obra, supo combinar el hiper-realismo con el absurdo de la vida cotidiana con arraigado contenido social, político y psicológico; tres de los ejes, en los que sus personajes se encuentran atrapados. Desde su vuelta a la ciudad natal de Argentina, hasta la fecha en que murió el 4 de octubre de 2015, se dedica a investigar sobre la estructura dramatúrgica y sobre los mecanismos del fascismo en la vida cotidiana y en el psiquismo humano. Su trabajo como actor y autor alcanzó gran difusión internacional a través de algunas de sus obras principales: Teatro de vanguardia, Somos, Hombres y muñecos, Camellos sin anteojos, Acto rápido, Robot, Imágenes, Telarañas, Rojos globos rojos, El señor Laforgue, La cacería, El señor Galíndez, La mueca, Paso de dos, La espera trágica, Camaralenta, entre otras: Potestad fue dirigida por Norman Briski, llevada a escena con Pavlovsky y Susana Evans como actores; un acalorado éxito marcó su representación en Los Ángeles y Londres. Retrato de una personalidad en ruinas, que convirtió al autor y actor como el más fiel intérprete dramático de los temas que conmueven a la Argentina ‘de la transición democrática’. Una condición que reafirmaría y ahondaría más tarde en otra obra memorable: ‘Pablo’ dirigida por Laura Yusem. El tour de force interpretativo de Pavlovsky, comienza en tono paródico, revelando paulatinamente las causas del drama, donde retrata magistralmente un médico de edad mediana y alta clase media, que debía pagar un alto precio por su colaboracionismo con la dictadura. A partir de ese escalofriante strip-tease emocional; Pavlovsky: reflexionaba y hacía reflexionar sobre la culpa y la mentira, la memoria y el crimen, el olvido y la responsabilidad.

 

El señor Galíndez fue escrita para el equipo del Teatro Payró, estrenada el 18 de enero de 1973: trata de un torturador que realiza su trabajo sin que nadie lo perciba manteniendo una aparente vida normal. Dos años mantuvo cartel fijo en Buenos Aires; su éxito, hizo que se representara girando la obra hacia una y otras provincias argentinas. La represión antes y después del golpe militar deja su huella en la obra del autor; la primera señal fue la bomba puesta a estallar en noviembre de 1974, durante una de las representaciones en el Teatro Payró. Pese a la dramática situación Pavlovsky, vuelve a la carga negándose abandonar rotundamente <<su militancia cultural>> y en 1977, estrena Telarañas: un alegato contra el fascismo instalado en la familia. El acoso se estrecha, el dramaturgo se encuentra en el campo de mira, la dictadura militar le considera molesto, procede la orden de prohibir la obra que pasa a ser considerada un atentado a la moral. Dirigida por Alberto Ure, entre los actores se encuentra el autor de la obra. Nunca se había visto en el teatro argentino una crítica tan directa, feroz, ajustada y maravillosamente representada contra la institución de la familia como instrumento de la ideología fascista en una sociedad totalmente desquiciada: su esquema de tragedia griega en tono paródico no deja escapar a su crítica el más mínimo detalle. La política represiva acelera el ritmo cercándolo a una fase más personalizada: allana su casa y el consultorio donde trabaja. No fue asesinado como hicieron en Euskal Herria en la consulta del pediatra, dirigente político, Santi Brouard. El dramaturgo argentino, nuestro actor y médico pionero del psicodrama en América Latina, eludió a los Grupos de Tareas, y, sin demora, huye por el tejado: había que salir del país. 1978 pasa a ser un año detonante en la vida d` el autor del primer libro escrito en castellano de Psicoterapia de grupo en niños y adolescentes. Eduardo Alejo Pavlovsky conocido en sus círculos más íntimos como ‘Tato’ se encuentra en una especie de callejón sin salida; desencadena un espacio para el riesgo, una lucha interna a seguir viviendo y creando confía en todas sus fuerzas; con pasaporte ya ‘vencido’ sale vía Uruguay y salta a Brasil: llega a conseguir instalarse en Madrid, desde donde continuó infatigable su militancia cultural. Dos de sus obras fueron llevadas al cine El señor Galíndez y Rojos globos rojos.

 

No hay mejor interpretación que la lucha activa que tu cuerpo va asumiendo irguiéndote de crítica y autocrítica como polar interno básico para vivir y crear y seguir amando a los tuyos. Argentina es un vivo y fresco lienzo un ejemplo de lucha como el pequeño Uruguay, y otros países de Indoamérica en diferentes escalas, y lanza a los cuatro vientos el ¡Tango del indomable! Un amplio abanico en manos del misterio de los sencillos fogoso y rítmico de indignación sobre el que afluían todas las profesiones. Destacamento firme y concienzudo presto de luz sus focos contra la impunidad, la injusticia e intimidación desafiando al traidor al miedo y la frustración. Dando paso al ingenio de una culta vanguardia en la amplificación de un objetivo macro sobre la magnificación de las motivaciones en dominio del arte y técnica propia depurada, definiendo a nivel internacional la magnitud de su empuje unificando sumas de transformación social desde diferentes ángulos de encuentro el

 

¡Tango del indomable! No proviene de seres sobrenaturales sino del valor de las fuerzas afines desmantelando tópicos que taponan el delirio de una sociedad dominada por miserables tras años de: ‘desaparecidos’ sumergida en una democracia, ¡puta!, autocracia de la miseria económica en un país por si mismo rico ¡¡Tango!! Detonación que desencadena un determinado comportamiento rítmico aferrado a su identidad, de indomable relinchar asumiendo entrega y riesgo en salto a lo prohibido, golpeando el manto del olvido y el silencio contra la oscuridad impune a la opresión y al eje que gira la ley del engaño contra los beneficios sociales de la denuncia. 1973 marca en dicho contexto, un nuevo hito a uno de los espacios cotidianos de su deambular, detonando hechos para la historia sobre la balanza cinematográfica; hoy posiblemente más decaída globalizando tendencia y tolerancia al márquetin impuesto, en todo el mundo, sobre la propia escena creativa vinculante que saciara rica y fresca a manos de cámaras, guionistas, actores y directores argentinos de mente privilegiada. Raymundo Gleyzer director de la película Los traidólares marcó historia, sumó pueblo y responsabilidad personal. Filmada en colores entre 1972 y 1973; dramatiza la vida de un dirigente sindical peronista, que comienza a partir de la década de los años 60, tras años de militancia cuando asciende al poder; centrándose en su transformación: en un burócrata corrupto y su ocaso en 1973, cuando Héctor Campora llega a la Presidencia de la Nación. La película histórico-dramática fue trabajada sobre su propio guion escrito en colaboración, con Víctor Proncet y Álvaro Melián. No fue estrenada comercialmente pero sí circularon varias copias en blanco y negro clandestinas. Hasta 1995 no se conoció públicamente la copia en color: tuvo como actores principales al propio Víctor Proncet, Raúl Fraire, Susana Lanteri y Lautaro Murúa. Raymundo desnuda en su película Los traidores EL CÁNCER DE LA BUROCRACIA SINDICAL. Producida por Bill Susman, guerrillero antifascista en el E. español, integrado en las Brigadas Internacionales.

 

El título original iba a ser Una muerte cualquiera (basada en el cuento ‘La víctima’ de Víctor Proncet, que narra un hecho verídico: ”el autosecuestro del dirigente sindical peronista Andrés Framini”). Y, es que ‘Los traidores’ han ido siempre más allá de un título (ya utilizado por el escritor José Murillo) en su novela homónima publicada en 1968, que relata la traición, de la burocracia sindical a una huelga metalúrgica. Una vez más el título mítico, es reproducido a golpe de agudeza y gran acierto por Raymundo, como un velo al desnudo de fusión y sabiduría por los grandes genios del pueblo, volcados al empeño y prolongación generacional de la denuncia ajena al dólar de los traidólares. Una cosa me queda clara que evidencia la diferencia del ser humano generación tras generación y, no es si no en la vejez –como en la juventud– quienes nos… y se delata así mismo cuando la desidia se apodera de ellas. Y ‘aunque la juventud siempre empuja’ como dejó escrito el poeta de Orihuela <están a la par> cuando se acelera volcada en la alienación de la ambición enfermando carente de empatía. Desfigurando cuerpo y mente confunde el enemigo (por amigo) extraviando la ideología llevándonos a un sin sentido del vacío de la poltrona, a la ignorancia del estado de bienestar, que nunca se sacia de entrega hasta hacernos irreconocibles. Posiblemente fuera el propio Bakunin (quien dejó escrito: Yo soy partidario convencido de la igualdad económica y social, porque sé que, fuera de esta igualdad, la libertad, la justicia, la dignidad humana, la moralidad y el bienestar de los individuos reflejados en la constitución, ¿dónde están, quienes se manchan como ladrones de su posesión?). Lo que hoy debería servir como piedra de toque en todo tipo de matices ideológicos dentro de nuestro campo, el desgaste y desnaturalización de lo que se presenta como izquierda irreconocible en nuestros días: si por conservadurismo cristiano en reconciliación nacional, a lo carrillista; si psoeista, en golpe falangista a lo militar en las filas socialistas; si a lo MCE –ser comunistas– Unidas Podemos ser feministas; si ni a lo, ni una cosa, ni la otra; o si a lo juventudes católicas, patriotas de la paz de un nacional pacifismo sin sentido; o si por índole institucionalizada, asumimos los “novísimos” internacionalismos batallones del izquierdismo/terrorismo como invento del capitalismo.

 

`SEISCIENTOS TANQUES A LAS PUERTAS DE UCRANIA´ Puedo como el poeta chileno escribir los versos más tristes esta noche, decir que la Unión Europea forra el neonazismo acelerando el escudo aliado contra Rusia, que el viento es un grito que gira alertando de la tempestad que cercena vidas, cerca gargantas y el grito se apaga y el verso cae en la noche como al pasto el rocío ¡Y es tan corto el amor que libera y es tan largo y amargo el olvido! ¡Y no hay Dios ni hijo de Dios sin desarrollo, sin explotación y por imposición poner la otra mejilla! El viejo fundador del PSOE y UGT: Pablo Iglesias (el gallego Paulino de la Iglesia Posse) declaró y luchó en su tiempo como guía con todas las contradicciones del momento, y no en cuerpo y ‘alma’ a manos del enemigo; y, aunque su concepto fuera pequeño-burgués elevó su momento en la historia sin conciliaciones de forma clara y contundente: <<El Partido Socialista es la entera emancipación de la clase trabajadora: es decir, la abolición de todas las clases sociales y su conversión en una sola de trabajadores libres e iguales, honrados e inteligentes>>.

 

A un siglo de la huelga d` La Canadiense una de las más emblemáticas de la historia de principios del siglo XX (evoca una pregunta), ¿existe el sindicalismo de clase dentro del E. español desde finales de siglo XX e inicio del XXI? Sin duda hubo durante (y antes de la dictadura), grandes luchas y reivindicaciones ganadas a pulso entre duras refriegas, detenciones, cárcel, asesinatos y despidos laborales. Multitud de huelgas sumaron reivindicación sindical y política: lucha de la minería, la construcción, textil, naval, metalurgia y otros gremios por la mejora salarial y las condiciones sociales en las que se vivía de semiesclavitud. Por entonces los sindicatos estaban prohibidos: salvo el “verticato” sindicato vertical de la falange. Históricamente el siglo veinte se destaca en todo el amplio territorio estatal siendo loables las luchas sindicales de Catalunya desde 1917. El capitalismo despiadado actuaba sin miramientos de ninguna clase, los objetivos de las organizaciones populares, tenían que ver con los derechos sociales mínimos; defensa del puesto de trabajo y derecho a la huelga que no estaba contemplada en ninguna ley: reprimida mediante el uso de la fuerza represiva a través de esquiroles, pistoleros, policía y ejército. Su inspiración fueron las consignas de clase que asumían al proletariado mundial como una clase sin nacionalidades. Van a cumplirse los 104 años, de aquel 3 de abril de 1919, de cuando el gobierno español firmó un decreto que fijaba la jornada laboral máxima de ocho horas diarias: lo hacía tras la huelga d` La Canadiense, una lucha de reivindicación laboral dirigida fundamentalmente por la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) sobre un ejemplar abanico de huelgas, boicots e insumisión civil. Las grandes luchas se inician en la empresa eléctrica Riegos y Fuerza del Ebro, perteneciente a Barcelona Traction, Light and Power Company, limited: más conocida como La Canadiense. Con esta intensa huelga de 44 días, iniciada por el despido de varios trabajadores se paraliza la ciudad y, el 70 % de toda la industria catalana, resultando una de las huelgas más importantes de la historia en el marco ibérico <<convirtiéndose la primera del mundo en adoptar por ley la jornada de 8 horas laborales>>.

 

El gran despertar del movimiento obrero consigue con éxito mejoras salariales, la readmisión de obreros despedidos, la liberación de miles de detenidos durante el tiempo que duraron los paros, y el triunfo sobre la sanción del Decreto de la jornada de ocho horas de trabajo convirtiendo al proletariado del Estado español, en el primer país, que promulgaba por ley dicha reivindicación obrera. La CNT, se sitúa a la cabeza, en una de las fuerzas sociales más importantes del sindicalismo de clase en Catalunya y todo Estado. A los tres días de la victoria d` La Canadiense el 24 de marzo, se declara una nueva Huelga General en toda Catalunya; el desencadenante, fue la negativa sobre el acuerdo por parte del gobierno a liberar todos los presos. Siguiendo las presiones se llama nuevamente al paro laboral cuando aún se estaba negociando. En esta ocasión la chulería del despotismo gubernamental opera enrabiada en su mayor crudeza y represión; saca desde el primer momento al ejército, apostando ametralladoras y cañones en las calles, organiza al somatén, y lo lanza a la calle a abrir tiendas, aprovisionar la ciudad y detener obreros. Nos encontramos en el 2 de abril; porfin se promulga el decreto que imponía la jornada de 8 horas desde octubre, consiguiendo que muchos obreros volvieran al trabajo: la huelga va decayendo en intensidad hasta que el 14 de abril que se da por concluida; por el contrario, el estado de guerra y represión, dirigido a toda la clase obrera luchadora en general y especialmente en persecución a los cuadros dirigentes sindicalistas, estuvieron presentes durante cuatro duros meses. ¿En qué se diferencian los sindicatos de hoy a los del ‘verticato’ de la dictadura? (Desde mi punto de vista en nada reflejan la lucha de clases: pese a que la marginación laboral y explotación no ha dejado de ser histórica). Hoy los sindicatos son en general organismos subvencionados por el Estado, más remunerados que las ONGs cuya mayoría se lucra de subvenciones gubernamentales –pocas pueden demostrar lo contrario– ni siquiera instituciones sin ánimo de lucro más bien todo lo contrario dependiendo del gobierno y empresas capitalistas, en todos sus conceptos básicos y economía, pese a desarrollar según su filosofía actividades ‘voluntarias de interés social’. Los sindicatos se han convertido de liberados de estómago ancho a funcionarios del Estado bien remunerados vinculantes a las entes empresariales. La situación económica y social que estamos viviendo sería más que para convocar huelgas generales. Sobre todo huelgas políticas; no solo en Perú, se trata de responder a la degradación de los poderes fácticos desde el punto de vista de clase, crear movimientos de lucha diaria por todo lo conquistado que están aboliendo desde la cúpula empresarial y política de turno: destruyendo la sanidad, descomponiendo la enseñanza, llamando industria a la servidumbre, haciendo prohibitiva la vivienda a manos de especuladores de toda Europa, el incremento energético, y las subida interminable de alimentos y transporte donde apenitas se invierte y la contaminación revienta; pero también descompone, el envío de armas y dinero a Ucrania, enfrentándola a Rusia, en la implicación de una guerra que repercute peligrosamente sobre los pueblos de toda Europa, y el mundo, en desgaste de derechos e identidad de clase. Realidad insoslayable execrable –abominable no inmutarse– dejar inmune la bestia humana en derroche de perversión.

 

¿Por qué ha dejado de luchar la clase obrera como luchaba?, por muchos motivos. No es complejo, si se tiene conciencia e interés, ver que no existe una oposición sindical obrera <como en su tiempo la OSO> una oposición sindical de lucha contra la patronal aglutinando y desarrollando derechos de clase inalienables y conciencia obrera. Oposición diluida en el legalismo –“democrático”- por elementos internos en un momento crucial que pudo ser históricamente determinante, legalismo deslavado a desaparecer en asociaciones obreras asambleístas <como la AOA> legalizadas hasta acabar con el sindicalismo de clase y todo su destacamento de vanguardia en las grandes fábricas, luchas y huelgas incondicionales que fueron un ejemplo magistral de conciencia, dignidad y solidaridad en complicidad entre gremios sin parangón en la historia [De ahí que fueran desapareciendo las grandes fábricas llevando la industria a otros países que les diera mas ganancias y menos quebraderos de cabeza]. Se impuso el legalismo servil, el reconocimiento al capitalismo, empezaron a crecer las propiedades y asentamientos no como corrientes de oposición, sino como instituciones ocupando el puesto del verticato, en versión sindicatos, cubiertas sus espaldas e intereses integrados al poder gubernamental gobierne quien gobierne. El sindicalismo de clase ya décadas que desapareció. La burocracia sindical, ocupa su lugar, no representan sino la bandera de la patronal. Sus intereses depende de mantener la explotación del hombre por el hombre y (sobre la mujer en doble explotación casa e hijos sin “sirvienta” y vida laboral). De mantener por ende sus instituciones y su constitución contra revueltas auténticas que quebrantarían la paz, la especulación de sus leyes, la vida eterna de su monarquía con su jerarquía católica, su Estado y su neoliberalismo demoledor y su ejército europeo de guerra al frente integrado en la estructura militar terrorista OTAN (a las órdenes del Pentágono). Es lo que hay en todo lo que va de siglo; a lo que nos someten: capitalismo, puro y duro, donde sus burócratas anidan como parte indispensable del brazo de la ley. La oposición obrera ‘al verticato’ de la sigla que sea se crea y forja en la calle y no en las instituciones franquistas, sino en los centros de trabajo, en los despachos de burócratas, no tienen cabida tanto explotado.

 

Aprender de los que empujaron la historia contra la explotación es básico de su conciencia y no de los traidólares de turno sin escrúpulos. No se trata de apoyar ni aprender de la escuela de la traición. La vanguardia en lucha es el único camino para avanzar como mostró el valiente destacamento proletario d` La Canadiense: ¿qué se espera en siglo XXI de la constitución –de su transición– que se anhela: la democracia, su paz, su charlatanería parlamentaria, su espíritu de guerra, de conquista, de hermandad cristiana…?. Jaime Cortezo Velázquez–Duro, no era un comunista ni mucho menos un anarquista más bien era un liberal, un conocido jurista demócrata-cristiano, abogado, ex-secretario general de Izquierda Democrática, ex-vocal del Consejo General del Poder Judicial que aparece asesinado –un 13 de noviembre de 1991– en el maletero de su coche con las manos atadas a la espalda y tres cortes en el cuello. No fue la policía quien lo encontró, no había órdenes reales de ello; su coche, fue encontrado por su hija, en la calle Mateo Inurria de Madrid. Hasta el día de hoy, treinta y dos años después, es uno de los miles de crímenes sin resolver desde el nefasto final de guerra, ¡que nunca existió! La guerra continuó, trapicheó y traspasó la constitución ‘de la paz sin ira’ sobre una reconciliación nacional que del mismo modo, ¡nunca existió!, prolongando desagravios y asesinatos en la impunidad más absoluta.

 

PD. ”El aire está lleno de nuestros gritos. Pero la costumbre ensordece” (Samuel Beckett, en Esperando a Godoy).

 

Maité Campillo (actriz y directora d` Teatro Indoamericano Hatuey)

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