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miércoles, 15 de febrero de 2023

TOPE AL EURIBOR O ASOMARSE AL ABISMO

 

TOPE AL EURIBOR O ASOMARSE AL ABISMO

Las subidas de tipos del BCE están provocando la asfixia de los hogares mientras engordan los beneficios de los bancos a niveles nunca vistos.

YAGO ÁLVAREZ

Oficina Banco Santander

Esta semana hemos presenciado dos hechos que están directamente relacionados y, además, dos datos que influyen directamente en la economía de las familias. Por un lado, los principales bancos de este país han publicado sus resultados récord de beneficios en 2022 y, por el otro, hemos conocido el nuevo récord que ha marcado el Euribor tras los anuncios del Banco Central Europeo (BCE) de seguir con la política agresiva de la subida de tipos. Los dos datos, por su parte, apuntan al bolsillo de los hogares en sentido contrario uno del otro: la hipoteca media se ha encarecido unos 250 euros al mes y el tope al gas ha supuesto un ahorro de 209 euros de media por hogar en sus seis meses de vida.

 

Resumiendo el primer hecho, el BBVA ha batido todos sus récords de beneficios obteniendo 6.420 millones de euros, un 38% más respecto a 2021, impulsado por un aumento en los beneficios de su filial mexicana. En España, el banco ganó 1.678 millones de euros, un 8,4% más que el año anterior. Solo un día más tarde le ha tocado el turno a la mayor entidad del país, el Banco Santander. El banco dirigido por Ana Patricia Botín ha obtenido un beneficio récord de 9.605 millones en 2022, un 18% más que en el periodo anterior.

 

El Euribor, el indicador de referencia para los préstamos a tipo variable, como lo son un gran porcentaje de las hipotecas, ha escalado hasta superar el 3,4% tras los anuncios por parte del BCE de seguir con la senda de la subida de tipos de interés. Estas últimas subidas van a provocar que la hipoteca media se encarezca unos 250 euros mensuales.

 

La subida del Euribor ha encarecido la hipoteca media en 250 euros mensuales mientras el tope al gas ha abaratado en seis meses unos 209 euros de media el recibo de los hogares

En cuanto a los dos datos, la Escuela de negocios Esade ha demostrado mediante un estudio que el tope al gas ha abaratado un 32% la factura de la electricidad, ha supuesto un ahorro medio de 209 euros por hogar y ha reducido en tres décimas la inflación, cifra que se eleva a cinco décimas si tenemos en cuenta solo la inflación de los seis últimos meses del año.

 

El dato de la subida del Euribor y encarecimiento de las hipotecas se relaciona directamente con el hecho de los beneficios del sector bancario. Según el artículo de Europapress donde se recogen los resultados del Banco Santander y las declaraciones de su presidenta, la entidad ganará entre 2.000 y 2.500 millones de euros más en márgenes de intereses en 2023. Botín ha sido clara al respecto en sus declaraciones: “En 2023, esperamos que los bancos centrales y los gobiernos sigan priorizando la reducción de la inflación”. Es decir, el Banco Santander prevé ganar un 25% más que su beneficio récord de este año tan solo gracias a las subidas de tipos de interés que el BCE está acometiendo. Botín quiere que se siga asfixiando a los hipotecados para poder seguir batiendo récords de sus beneficios.

 

Las medidas de intervención del mercado, como el tope al gas, han servido para ahorrar dinero a las familias y reducir la inflación, mientras que no intervenir el sistema financiero las está ahogando

Esto nos lleva a una dicotomía fácil de resumir: las medidas de intervención del mercado, como el tope al gas, han servido para ahorrar dinero a las familias y reducir la inflación, mientras que no intervenir el sistema financiero las está ahogando y solo ataca a la inflación reduciendo el consumo de aquellos que apenas llegan a final de mes. Porque cuando Lagarde y otros bancos centrales usan el eufemismo de “enfriar la economía” para luchar contra la inflación, lo que quieren decir es que van a mermar el consumo y arruinar a las familias que tienen que elegir entre pagar la hipoteca y el resto de sus gastos. Es una medida que ataca a aquellas familias más vulnerables, mientras extrae las rentas de los hogares para engordar las cuentas de resultados de los bancos, tal y como la propia Botín ha admitido que pase en este año para que ellos puedan ganar otros 2.500 millones de euros. Mientras se escriben estas líneas, el BCE ha anunciado que aumenta los tipos de interés otros medio punto y no relaja su política monetaria agresiva. Seguro que Botín está de enhorabuena.

 

Por todo ello, intervenir el mercado hipotecario y ofrecer una solución a las familias más vulnerables se presenta como la única solución necesaria para que 2023 no sea un desastre para miles de familias que ya han visto su poder adquisitivo mermado por la inflación. Esta nueva subida de las cuotas de la hipoteca podría ocasionar una nueva oleada de impagos, que tampoco conviene a los bancos, y de personas que pierden sus casas como hemos presenciado sin cesar durante la última década.

 

Y no afectará solo a las familias, también alcanzará a las empresas y a la marcha de la economía. La hipoteca es lo último que se deja de pagar junto a la comida. Los hogares que vean ahogadas sus cuentas mensuales recortarán en el resto de gastos. Se dejará de consumir tanto en la hostelería, quitarán a sus hijos de las clases extraescolares, se resentirá el turismo, no se cambiarán de coche y un montón de sectores que se basan en esos tipos de consumo y que componen el grueso de nuestra economía se verán directamente afectados. Empresas que, dicho sea de paso, también tienen préstamos variables y cuotas que se verán afectadas por las subidas del Euribor. En resumen, una posible avalancha de quiebras y despidos en miles de empresas.

 

El Estado tampoco se libra. Esas quiebras provocarán un mayor desempleo, aumento de los subsidios, menor consumo y, por lo tanto, menor recaudación de impuestos. Lo que aumentará el gasto y reducirá los ingresos, es decir, un mayor déficit. Lo que supone endeudarse más, no cumplir con los objetivos que se exigen desde Europa y tener que soportar una caída en la economía mientras esas rentas extraídas y los beneficios se van directos a los bancos. Un abismo económico que pondría en peligro cualquier tipo de recuperación y de crecimiento económico y del empleo en este 2023.

 

El Banco Santander puede permitirse no ganar todos esos 2.500 millones de euros que pretende obtener este año con la subida del Euribor, muchas familias no

Los bancos han estado años concediendo préstamos mientras recibían dinero del BCE a tipos negativos. Cobraban por llevarse el dinero. Ahora a esas mismas hipotecas les van a sacar unos márgenes de más del 4%. Eso tras batir todos sus récords de beneficios. Es hora de que esas entidades arrimen el hombro y no vale solo con un impuesto especial a sus beneficios. El Banco Santander puede permitirse no ganar todos esos 2.500 millones de euros que pretende obtener este año con la subida del Euribor, muchas familias no.

 

Congela hipotecas

Desde Unidas Podemos, hace ya cuatro meses cuando el Euribor estaba alcanzando el 2%, se propuso que el diferencial que suman los bancos según el riesgo del cliente (ese Euribor más algo) se redujera a un 0,1% como máximo para las hipotecas de las familias más vulnerables para reducir la cuota hipotecaria. Tras conocer los resultados del BBVA, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, afirmó que “la crisis no puede ser una excusa para ganar más” y añadió la escueta propuesta de “Congelar hipotecas. Moderar beneficios”.

 

Existen propuestas y formas, tanto de intervención del mercado como distributivas que apoyen a las personas que más lo necesitan, solo falta estudiarlas y ponerlas en práctica. Lo que parece que falta es la voluntad política para intervenir el mercado hipotecario, de la misma forma que hubo resistencias por parte del PSOE cuando en un primer momento se planteó intervenir el mercado energético.

 

Muchos medios de comunicación plagados de publicidad de Iberdrola y CaixaBank publicarán artículos anunciando el apocalipsis si se lleva a cabo, igual que hicieron con el tope al gas

Pero, además, existe la experiencia reciente de la intervención del mercado energético que nos ha colocado como uno de los países con la electricidad más barata, la inflación más baja y en la que toda la Unión Europea ha puesto los ojos. Dirán que intervenir el mercado hipotecario es imposible, igual que lo hicieron con el energético. Muchos medios de comunicación plagados de publicidad de Iberdrola y CaixaBank publicarán artículos anunciando el apocalipsis si se lleva a cabo, igual que hicieron con el tope al gas. Pero, vistas las cifras, queda claro que la intervención del Euribor no es solo algo posible y deseable, sino una política necesaria si no queremos que la gran mayoría se asome a un abismo económico en este 2023.

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