LA OBSCENIDAD DE LA BANCA ESPAÑOLA
GERMÁN GORRAIZ LÓPEZ
Según la agencia EFE, la gran Banca española (Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bankinter y Unicaja) obtuvo en el 2022 un beneficio neto de 20.800 millones € ( un 23% más que en el mismo período del 2021). Además, según un informe de la Autoridad Bancaria Europea,(EBA) titulado "Informe de Altas remuneraciones", el número de directivos bancarios con sueldo superior a 1 millón de euros creció en España un 72,6% en el 2021, pasando de ser 128 a 221, mientras que el sueldo de los empleados habría subido tan sólo un 4,5% con una pérdida de poder adquisitivo de un 4%.
A pesar de todo
ello, la gran Banca afirma que la rentabilidad sigue siendo baja al no cubrir
el coste de capital del sector, argucia del estamento bancario para rechazar el
impuesto creado por el Gobierno consistente en aplicar una tasa a los ingresos
extraordinarios de la Banca obtenidos por la subida de tipos del BCE.
De todo ello, se
deduce que la Banca se habría convertido en un parásito hematófago (chinche
doméstico), organismos chupópteros que no viven permanentemente sobre su
hospedador o víctima sino que sólo se acercan a él para alimentarse y tras
succionar hasta la última gota de sangre los abandonan exangües.
La mutación de la
Banca
Tradicionalmente,
la finalidad de la banca era canalizar el ahorro privado hacia la inversión,
pero dada la ausencia de cultura de ahorro doméstico y público, ha originado
que el proveedor de recursos para dinamizar la economía en forma de inversiones
se haya trasmutado en un parásito hematófago que succiona todas las ubres del
Estado para saciar el apetito insaciable de sus accionistas y altos cargos
directivos.
La casta dirigente
bancaria se habría transmutado así en una camarilla de poder (equivalente a un
miniestado dentro del Estado), que utilizaría el nepotismo para perpetuarse en
el poder con carácter vitalicio, recurriendo a los llamados “contratos
blindados” para asegurarse un retiro dorado.
Por último, no dudarán
en asentar sus reales en paraísos fiscales (centros offshore) para escapar a
los tentáculos de la Hacienda española. Así, según un informe elaborado por el
Observatorio de la Responsabilidad Social Corporativa, 33 de las 35 empresas
que componen el Ibex tenían presencia en dichos paraísos fiscales, (lo que
representa el 94 % de las compañías que operan en el selectivo español), no
siendo casualidad que el Banco Santander lidere el ranking de sociedades en
dichos paraísos fiscales, seguido de BBVA.
El sombrío panorama
del resto de mortales
La obsesión
paranoica de la Banca española por maximizar los beneficios debido al apetito
insaciable de sus accionistas al exigir incrementos constantes en los
dividendos, provocó que muchas de ellas se transformaran en corporaciones
transnacionales y no dudaran en endeudarse peligrosamente en aras del
gigantismo, conjugando las OPAS hostiles en la compra de Bancos extranjeros
como plataforma de entrada en dichos países. Asimismo, la obsesión por
optimizar recursos les habría llevado a prejubilar a miles de trabajadores y al
cierre de incontables sucursales repartidos por toda la geografía hispana,
condenando al ostracismo a los habitantes de la España vaciada.
Por otra parte, la
bajada de tipos de interés hasta el 0,15% y la continuación de la política de
barra libre (LTRO) del BCE aliviaron los problemas de liquidez de las entidades
financieras y facilitaron la acumulación de reservas. En consecuencia, la Banca
no presenta una necesidad imperiosa de captación de pasivo al tiempo que
procederán a un endurecimiento de las condiciones de futuros prestamos, con lo
que el crédito seguirá sin fluir con normalidad a unos tipos de interés
racionales a pymes y particulares.
Finalmente, la
inflación desbocada en la UE acelerará la subida de tipos de interés por parte
del BCE hasta el 3,5% en el 2023 lo que conllevará que el Euribor coquetee con
el 4% a finales del 2023.Ello tendrá un inmediato impacto en hipotecas y
préstamos bancarios, consiguiente asfixia económica de amplias capas sociales y
un dramático aumento de la morosidad y los embargos de viviendas y locales
comerciales.
Todo ello unido a
la sustitución de la tradicional doctrina económica del equilibrio
presupuestario del Estado por la del déficit endémico (práctica que por
mimetismo han adoptado los Ayuntamientos y Comunidades Autónomas), contribuirá
a que el déficit público continúe desbocado y la prima de riesgo se desboque,
lo que unido a las sucesivas rebajas de la calificación de la deuda del Estado
podría incrementar las dificultades para obtener financiación exterior en un
futuro mediato.
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