EL GRITO
Novela
Obra: NC.05 (a.15)
José
Rivero Vivas
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EL
GRITO – Obra: NC.05 (a.15) - Novela –
Ilustración
de la cubierta: Grupo de artistas,
1926-1927
Óleo
sobre lienzo de Ernst Ludwig Kirchner.
(ISBN
978-84-8382-090-2) D.L. TF- 1344 – 2007
–
Ediciones IDEA, Islas Canarias. (Año 2007).
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-2023:
AÑO 7 DE ESTA ERA IRREFLEXIVA-
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José
Rivero Vivas
EL
GRITO
Vívida Lectura
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Estos días últimos
del año acabado, por inconvenientes propios de persona limitada en su andar de
uno a otro lado, me he visto obligado a oír un GRITO persistente, con miles de motivos y justificaciones acerca de
la medida, con plenitud de razón, de quienes airean lo correcto de su proclama,
y, sin titubeos, promueven su gesta en esta esfera de trifulca y desasosiego,
que provoca muerte y exterminio, con plural secuela en el conjunto humano, si
bien la incidencia es infinitamente superior en zonas desfavorecidas, tanto en
personas cuanto en animales y plantas, además del estrago que sufre el medio,
brutalmente hostilizado por un talante en absoluto conciliador.
Ello me ha llevado
a recordar aquel pasaje de mi novela, así titulada:
Pero, ¿qué significa el grito? ¿Qué se manifiesta con esta forma
de expresión? ¿Por qué se grita? ¿Cuál es la causa que nos impele al berrido?
¿Estamos acaso tan cerca de especies dichas inferiores, que hemos de usar
parecido método de comunicación? ¿Supone acaso un esfuerzo compensatorio en el
personal desconsuelo? ¿Implica gozo la necesaria contracción de garganta? ¿Se
puede gritar sin hacer uso de las cuerdas vocales? ¿Cómo emitimos el
espeluznante chillido? ¿Qué pretendemos denunciar cuando vociferamos? ¿Habrán
de ser tenidos en cuenta los múltiples complejos que se achacan a quien
distorsiona su timbre al hablar?... Quién sabe.
Lo cierto es que la
exigencia es aceptada en aras de resolver este galimatías en que el ser humano
está obcecado, blandiendo el estandarte de la firmeza, la prosperidad y el
progreso. Las mentes ilustres corroboran cuanto los habladores profesionales
propagan, mientras unos y otros tildan al enconado enemigo de ser abyecto, por
su osadía en enfrentarse a los designios del mando supremo, en la organización
relativa al intrincado laberinto de las disposiciones del ser humano sobre la
tierra.
Ante la increpación
de individuo falto de sentido común, el órgano afectado eleva su voz y lanza su
GRITO, al par que alega defender su
gente de quien intenta someterla al arbitrio de un alto dirigente, arropado por
gran cantidad de asistentes, a quienes denomina sublíderes, atento a disfrazar
el cometido asignado, tenue respiro que redunda al cabo en tácita adhesión.
Surgen entonces los
incorruptibles, que critican seriamente a un lado y otro de la senda, actitud
que complace a casi todos, por tratarse de acicate que invita a enarbolar el
palo y dar estacazos a mansalva, mientras se descompone la condición humana y resulta
obstruido el decoro circunstancial, hace tiempo desechado. Sin embargo, nadie
se aviene a escuchar el plante del carácter conceptuado diferente.
Continúa, en la novela, el
señalado personaje su lectura, en la que esclarece la naturaleza del grito, y
sigue adelante pormenorizando diferencias y prioridades en la emisión horrenda:
Por tanto, el grito puede ser agudo
o grave, inocuo o nocivo, e incluso peligroso para la sociedad que lo percibe;
depende del ángulo desde el cual sea lanzado y qué móvil lo anima. Así,
advertimos el grito dado en casa, en la calle, en el trabajo, en los
informativos oficiales, en el parlamento y donde cuadre; las más veces se
argumenta que, el hecho de proferirlo, es con miras a entenderse mejor, aun
cuando el resultado suele darse al contrario del fin perseguido. Tal vez por ello
se grita constantemente en manifiesto apoyo, así como ostensible desacuerdo, de
una moción cualquiera, esgrimida en la
atmósfera de un bar, tomando café, o desde la columna de un dominical, tras la
cual se esconde su autor bajo un seudónimo, quizá imperceptible o acaso rimbombante.
Después de esta larga
enunciación acerca de las peculiaridades que lleva a pronunciarse por medio de
la desgarrada expresión, siento ineludible necesidad de hacer clara alusión a
la excelente pintura de Edward Munch. Ello trae a mi mente la imagen soberana de aquel
pub, de Tottenham Court Road, London, que lucía en su escudo una incólume
reproducción, con impresión de hacer temblar, a través de su estado de
angustia y desesperación.
The
Scream, cuadro de contrastado color encendido, de gruesas
y sueltas pinceladas, envuelve al personaje, en primer plano, que al cubrirse
los oídos con sus manos, no parece ser él quien da el escalofriante alarido,
sino que, roto en su fuero interno, escucha la intensidad del horroroso y
descarnado grito.
Es cuanto me ha sucedido estos días del pasado año.
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José Rivero Vivas
EL
GRITO – Obra: NC.05 (a.15) - Novela –
Ilustración
de la cubierta: Grupo de artistas,
1926-1927
Óleo
sobre lienzo de Ernst Ludwig Kirchner.
(ISBN
978-84-8382-090-2) D.L. TF- 1344 – 2007
–
Ediciones IDEA, Islas Canarias. (Año 2007).
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José Rivero Vivas
Tenerife
Islas Canarias
Enero de 2023
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