2023: EL AÑO QUE LO CAMBIARÁ TODO
GLORIA SANTIAGO
Una urna en una mesa de un
colegio electoral en Madrid en las elecciones autonómicas del 4-M de 2021.
E.P./Jesús Hellín
José Saramago escribió en Ensayo Sobre la Lucidez sobre una situación dantesca pero curiosa: la mañana de las elecciones todo un país se dirigió a votar a sus representantes. Tras el recuento se comprobó que el 80% había votado en blanco. Recuerdo ese pasaje ahora porque el nuevo año trae elecciones en uno de los momentos con los niveles más bajos de confianza en la democracia y en la política; sin duda, 2023 será el año que lo cambiará todo.
Asusta que en 2022
la democracia haya exhibido sus vergüenzas de una forma tan bochornosa. Hemos
asistido al lamentable espectáculo que han dado los grandes poderes del Estado.
Hemos comprobado cómo en una sobremesa se puede planear eliminar a Podemos y
estar muy cerca de conseguirlo solo con un "es muy burdo, pero vamos con
ello"; hemos presenciado cómo gran parte de la cúpula del poder judicial
se atrincheraba en sus despachos y cómo el Tribunal Constitucional podía
bloquear decisiones soberanas de quienes han sido elegidos en las urnas. El
2022 será el año en el que se despejó la duda: España no vive en una democracia
perfecta.
Aun así, siempre
estamos los que no nos resignamos. Los avances en igualdad han sido de
relevancia histórica. La aprobación de la ley del aborto o la ley del solo sí
es sí han cambiado el foco en el consentimiento sexual hacia nosotras, son
pasos certeros hacia la libertad que no admiten vuelta atrás. Nuestros avances
pacíficos contrastan con el despertar de una violencia política sin precedentes
en democracia. Lo vivido en 2022 en el Congreso y en las redes sociales contra
Irene Montero hace historia por la indecencia de los que la provocan y por la
dignidad con la que la ministra y su equipo conquistan derechos para las
mujeres.
Además, despedimos
este año con unas cifras prohibitivas frente al derecho constitucional a la
vivienda. Cada vez más inaccesible, fruto de décadas de políticas especuladoras
con la vivienda siendo considerada como un bien de mercado. Solo en Baleares,
dos de cada cinco viviendas de la oferta inmobiliaria entre 2015 y 2021 estaba
destinada al alquiler turístico. El reto de la próxima legislatura es conseguir
la regulación de los precios del alquiler, ampliar el parque público de
vivienda y plantar cara a las grandes inmobiliarias y lobbys bancarios que
mercadean con el acceso a una vivienda digna.
El 2022 ha
supuesto, sin embargo, un avance sin precedentes en uno de los sectores
estratégicos con más relevancia: la transición energética. En las Illes
Balears, en 2019 se creó la primera empresa pública de energía, que ya ha
comercializado en 2022 kilovatios a precio de coste. Los avances en transición
energética democratizan el consumo de energía para el bienestar de las personas
y del medioambiente, por eso, en 2023 ese impulso ha de ser la única opción
posible frente a la economía del carbón y la contaminación.
La reforma laboral
llegó en 2022 de la mano de Yolanda Díaz. El año terminó con los mejores datos
de empleo de los últimos 15 años. El SMI pasó de 789 euros a 1000 euros,
situando España más cerca de la media europea además con previsión de aumento
en este año. Pero el 2023 requiere una transformación aún más profunda del
sistema laboral con la aplicación de la jornada de 4 días para resignificar la
vida y el trabajo. Al próximo año le pedimos avanzar en la conquista del
derecho al tiempo.
La ley de
protección a la infancia y la ley de familias la ha traído Ione Belarra. Las
medidas tomadas por el escudo social de Gobierno central y comunidades
autónomas han demostrado que gestionar una crisis bajo el mando progresista
significa que los recortes no los han asumido los de siempre. Por eso se ha
aprobado el impuesto a los grandes patrimonios y a las eléctricas que han visto
aumentado sus beneficios hasta en un 60% en años de crisis. Además, en Baleares
hemos aumentado los impuestos a la compra de casas de lujo y a los casinos y
tragaperras.
Aun así, España
mantiene un 33% de pobreza infantil, por eso el 2023 requiere que la
desigualdad se trate desde la raíz, entendiéndose como resultado de políticas
neoliberales pasadas y no como un hecho natural sin solución.
El 2023 empieza y
pronto llegará la mañana de las elecciones, primero municipales y autonómicas y
luego las generales. En un sentido u otro, el 2023 será el año en el que todo
cambie. O hacia la regresión, la vuelta a las políticas neoliberales y la
ampliación de la brecha de las desigualdades, o hacia la transformación
profunda del sistema con tal de conquistar más derechos, bienestar común y
prosperidad para las familias.
Sé que para que un
nuevo mundo aparezca, otro tiene que terminar, así que nosotras miramos hacia
delante. 2023, aquí estamos.
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