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miércoles, 21 de diciembre de 2022

NO OS VAN A DEJAR GOBERNAR

 

NO OS VAN A DEJAR GOBERNAR

Desde que Podemos llegó, fue creciendo un movimiento reaccionario en las oligarquías del poder español que vieron en este partido y en el independentismo catalán la encarnación de una amenaza a su idea de España

PABLO IGLESIAS

Artillería mediática

“Cuando llegamos al Congreso el 6/12/2015, alguien muy importante me dijo: ‘No os van a dejar gobernar’. Yo pregunté: ¿Las derechas? Me dijo: ‘los tuyos. El poder judicial y sus brazos’. ‘No os van a dejar gobernar’, os repito”. Esto tuiteó ayer la magistrada Victoria Rosell a propósito de su primer día como diputada de Podemos en el Congreso. El tuit sintetiza las claves de lo que está ocurriendo.

La irrupción política de Podemos representó el mayor cuestionamiento a las dinámicas de funcionamiento oligárquico de nuestro sistema político nacido de la Transición. Desde que Podemos llegó, fue creciendo un movimiento reaccionario en las oligarquías del poder español que vieron en este partido y en el independentismo catalán la encarnación de una amenaza a su idea de España y al sistema político de la monarquía. Desde entonces, la reacción puso en marcha una multiplicad de recursos para destruir a Podemos; comisarios de policía de la llamada “brigada patriótica” a las órdenes del PP se aprestaron a fabricar pruebas falsas, sobornaron a agentes venezolanos a cambio de lo que fuera e hicieron todo lo que estuvo en su mano para dañarnos. Su trabajo no sirvió para hacer viable ninguna causa judicial contra nosotros, pero dio material a los brazos mediáticos de la oligarquía para dañar la imagen del partido y de una parte de sus dirigentes.

 

Paralelamente, la progresía mediática jugó sus cartas para definir la interna de Podemos; necesitaban hacer ganar a aquellos que estaban dispuestos a aceptar un gobierno del PSOE y Ciudadanos que mantuviera las correlaciones oligárquicas y dejara a Podemos lo más lejos posible del gobierno. Esa lógica de la progresía mediática, empeñada en diseñar un espacio a la izquierda del PSOE a la medida del PSOE, sigue hoy en día vigente, como cualquier observador con un mínimo de educación mediática puede comprobar. A cambio de buen trato y minutos en La Sexta, nunca van a faltar cuadros de la izquierda dispuestos a participar en ese juego, y los hay con carnets de todos los partidos, desde el PCE hasta el mío. ¿Cómo reconocerlos? Es fácil: jamás les verán criticar a los medios de la progresía por muchas que sean las barbaridades que hagan, y lo justificarán diciendo que la suya es una estrategia más sofisticada, amable y transversal.

 

Esos mismos sectores mediáticos machacaron a Podemos por querer entrar al gobierno y no dar un cheque en blanco al PSOE

 

Esos mismos sectores mediáticos fueron los que machacaron a Podemos por querer entrar al gobierno y no dar un cheque en blanco al PSOE y lograron que prácticamente todos los partidos de UP, menos Podemos, aceptaran esa prescripción de la progresía mediática según la cual no había que entrar a gobernar. Eran los tiempos en los que, en casa de Nacho Escolar, el jefe de la consultora GAD3, Narciso Michavila, enseñaba una encuesta a Errejón que le invitaba a competir con Podemos en todas las circunscripciones en las que los sondeos decían que podía tener diputados (y solo en esas).

 

Llegó la repetición electoral y Pedro Sánchez asumió por fin que, sin Podemos en el gobierno, no sería presidente. Podemos pudo haber asumido todas las carteras ministeriales que le correspondían a su espacio y haber colocado a los cuadros de sus socios de coalición en las secretarías de Estado, siempre bajo la jerarquía de una ministra o ministro de Podemos. Les aseguro (y hablo con conocimiento de causa) que nadie se habría negado a ser secretario de Estado de un gobierno de España, pero Podemos hizo ministros a los que habían defendido en la interna ceder ante la progresía mediática y ante el PSOE. Apostar por la unidad del espacio siempre implica generosidad y respeto hacia los socios.

 

Nació el primer gobierno de coalición desde la II República y desde entonces la derecha judicial recrudeció su ofensiva junto a la derecha mediática. Al tiempo que señalaron al Gobierno como ilegítimo, incluso en el contexto de la pandemia, las piezas de la derecha en la judicatura empezaron a operar con una agresividad desconocida contra una fuerza política cuya estrategia era cambiar las cosas respetando escrupulosamente la legalidad. No hace falta que les repita aquí lo que ya saben sobre los jueces García-Castellón y Escalonilla.

 

Al tiempo que el juez José Luís Concepción, alias Conchito el Facha, presidente del Tribunal Supremo de Justicia de Castilla y León, decía que un gobierno con un vicepresidente comunista era un gobierno ilegítimo, la derecha del CGPJ, con Lesmes a la cabeza, asumió el desafío de evitar su propia renovación para asegurar que la derecha mantendría la mayoría y el control (por detrás) de la sala segunda del Supremo. El PP engañó después al presidente del Gobierno ofreciendo renovar el Consejo a cambio de pactar la renovación de RTVE. ¿Resultado? El PP incumplió el pacto, siguió controlando el Consejo y también RTVE.

 

Señalamos entonces a la derecha judicial, dijimos que en España no había una democracia plena y que lo que se había hecho a los independentistas era una prueba de ello. ¿Recuerdan lo que dijeron entonces los ministros del PSOE? Aquí podrán escuchar lo que dijeron Marlaska, Robles, Calviño e incluso el presidente. ¿Recuerdan lo que dijeron los periodistas de Ferreras en La Sexta empezando por Gonzo? Repasen los vídeos de aquellos días que circulan en las redes.

 

Esa misma progresía mediática y el PSOE pusieron a caer de un burro a Irene Montero por señalar que hay sesgos machistas en la oligarquía judicial. El pasado lunes, tras la maniobra de los seis soldados de la derecha en el TC, el PSOE y la progresía empezaron a reaccionar y, aunque acatan lo que haya que acatar, comienzan a hablar de golpe e incluyen en su vocabulario expresiones como derecha mediática y judicial.

 

Siempre dijimos que el papel de Podemos en la cacería de la reacción era el equivalente al de los comunistas en el poema de Martin Niemöller sobre el nazismo, muchas veces atribuido a Brecht: “Primero vinieron a por a los comunistas,/ yo no dije nada,/ ya que no era comunista”. Algunos empiezan a notar ahora que la reacción no se conforma con Podemos y los independentistas.

 

El golpe contra la democracia está en marcha, pero pronto algunos recuperarán el poema de Niemöller para decir que, en realidad, si no hubiera habido comunistas no se hubieran llevado a nadie más, ni a los socialdemócratas, ni a los sindicalistas ni a los judíos. Y dirán entonces que con una izquierda sin Podemos, como esa que cenaba con Michavila y Escolar, todo volvería a la normalidad. Saquen sus propias conclusiones. Yo solo les voy a pedir que lean a Benedetti: “Apunten ¡fuego!, dijo el gorila acomodándose el quepis, y un camión recogió los cadáveres”.

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