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martes, 20 de diciembre de 2022

EL CAMINO INVERTIDO(NARRATIVA) 10

 

EL CAMINO INVERTIDO(NARRATIVA) 10

DUNIA SANCHEZ

Como extranjera en este país no soy cueva apegada a ningún lugar. Tropiezo con un baúl que me ha acompañado estos años en esta tierra. Lo abro. Cartas que no he enviado en mi vida aquí. Camino por ellos, me siento caer ante la curiosidad que rememora lo escrito y me dejo ir en ellas. Espero en silencio la hora de levantar al niño y leo.

Carta1

Querida:

    Mi madre no da señales de vida. Desde aquí desde el otro lado de la frontera todo sigue su ritmo, lento, con cierto aliento descanso. Me acuerdo de ti, de ese beso del ayer en el crudo invierno cuando nos coincidimos en aquel campo donde todo era miedo, desorientación, terror. Me diste la mano y aun pienso que tu mano me dio fuerzas para seguir viviendo.

 Tu eras una extraña para nosotros, una extraña que venía de otros mundos para ayudarnos, para sonreír cuando las amarguras sopesaban sobre nosotros. Y me diste ese beso y esa dirección tuya a quien ejerzo esta carta. Me ayudaste tanto, tanto en todos los ámbitos que ahora miro este pequeño corazón y te lo agradezco. Yo desatendida, desheredada de este planeta. Te escribo porque siento la necesidad de decirte algo, algo que nunca tomo pie en nuestra larga existencia en el campamento. Ese campamento de sollozos en la noche, de violines en la mañana, de tanta y tanta tristeza. Como sabes llegué, pero no más. Llegué y luché hasta conseguir los papales, Antes me metieron en un centro apartada de toda civilización, un centro donde las vejaciones continuaban en otro ritmo pero insolventes para condición de ser persona. Decirte desde aquí que te quiero. Sí, te quiero. No se si esta carta te llegará como tantas otras escribí a mi madre en el campo, pero tu recuerda planea en mis sentidos y me acerca a ti.

 

Retiro este fragmento de papel de mi vista, miro al niño, aun dormitado. Y me pregunto de mi hermetismo ante el amor, de mi alejamiento en los calles donde las manos se unifican para ser una sola. Ya lo he dicho, ahora tengo que criar a este niño que crece con la celeridad de las flores en primavera. Una bruma matutina se respira en esta habitación, dejo las cartas y me voy hacia el . Lo levantará, desayunará para de nuevo seguir la rutina de las jornadas...CONTINUARÁ

 

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