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sábado, 31 de diciembre de 2022

2023 NOS PERTENECE

 

2023 NOS PERTENECE

ROBERTO SOTOMAYOR

Roberto Sotomayor en una manifestación en defensa de los servicios públicos. -Twitter @SuperRoStar

2022 está siendo un año especialmente convulso. A las graves consecuencias sociales que la pandemia nos ha dejado, se ha sumado, además, la guerra en Ucrania. Una situación que está llevando al límite a nuestro sistema del bienestar, que si resiste es gracias al enorme sacrificio de sus profesionales.

Y permítanme que en estas fiestas navideñas quiera acordarme de todas las personas que forman parte de nuestros servicios públicos y, en especial, de los sanitarios que siguen luchando para mejorar las condiciones laborales y poder darnos una buena atención. Esto no es baladí. En una atención primaria de calidad puede estar la diferencia entre la vida y la muerte.

 

En Madrid, por desgracia, es donde estamos viendo más crudamente las costuras del sistema. Las políticas suicidas de Martínez-Almeida y de Isabel Díaz Ayuso están destrozando las condiciones mínimas para tener un proyecto de vida estable. Ni vivienda a precio razonable, ni limpieza y salubridad en según qué barrios, ni una mínima red social de protección para las clases medias trabajadoras, ni para quienes están en el borde o ya han caído en el abismo de la pobreza. No hay más que pasearse por algunos barrios de la ciudad y abrir bien los ojos para descubrir la enorme desigualdad existente. Incomprensible en una región rica, en una capital con superávit, e impresentable.

 

El atropello al sistema público de salud está generando unas listas de esperas jamás vistas. Más de 925.000 personas contando los días para que su vida adquiera un poquito de normalidad. Un dato absolutamente escandaloso. Nuestro Estado del bienestar no puede permitirse esto.

 

Las privatizaciones de los servicios públicos tampoco han dado resultado. Hoy nuestras calles están más sucias. Hoy nuestros abuelos y abuelas viven mucho peor en unas residencias sin recursos. No hay más que visitar una de las residencias de la Comunidad de Madrid de gestión indirecta —es decir, privatizada, donde lo importante no son las personas sino que salgan las cuentas— para darse cuenta de la gravedad. La imagen de unas cucarachas correteando como Pedro por su casa por el restaurante de una de estas residencias es una visión que difícilmente olvidaré.

 

El Partido Popular se ha declarado en guerra contra la libertad, la igualdad y el bienestar. Al desmantelamiento de lo público, a la precarización de los trabajadores, hay que sumar los sucesivos escándalos de corrupción que han salpicado una vez más a algunos de sus dirigentes y familiares. Más de lo mismo, nos tienen acostumbrados, pero reflexionemos. Hagamos la autocrítica de la que ellos son incapaces. No podemos normalizar este abuso, este maltrato.

 

Y Madrid tiene un gran potencial. Somos la capital y debemos actuar como vanguardia y como motor económico y social. Hay tanto por hacer que no podemos caer en el pesimismo, ni tampoco en el conformismo. Madrid sólo concentra el 11% de la industria española, mientras Catalunya lo hace en un 22%. Tenemos mucho margen para crecer, para competir por arriba, para atraer talento jóven y dejar de expulsarlo. Pero no con estos gobernantes. Ayuso tenía un plan de industria pactado con los sindicatos que después no ha llegado a ejecutar ni siquiera el 3%. La imagen de la Factoría Industrial de Villaverde cerrada y sin actividad resume todo esto.

 

¿Por qué no elegir un camino mejor también en Madrid? A pesar de los evidentes límites, la economía crece en el conjunto del Estado y Podemos como fuerza transformadora desde el Gobierno de España sigue apretando para convertir los privilegios de unos pocos en derechos para todos. La protección a las familias se fortalece. Las reivindicaciones del feminismo y de las personas LGTBI ahora son ley. El salario mínimo sigue subiendo, y la reforma laboral está demostrando haber sido un acierto. Esto es así. Le pese a quien le pese.

 

2023 tiene que ser el año en el que ese viento de transformación y conquistas sociales, de cambios y mejoras, sople con fuerza en Madrid.

 

Mi compromiso es con una ciudad mejor. Con unos servicios públicos de calidad, que funcionen, y de gestión municipal; con una ciudad libre de contaminación, desde la apuesta por una movilidad moderna y sostenible; con la juventud madrileña, el deporte, la cultura y el ocio. Y por supuesto, con un modelo económico que nos haga crecer al mismo tiempo que destierra la precariedad de una vez por todas.

 

Hemos demostrado que con ilusión, con unidad y con mucho trabajo se puede conseguir que la voluntad ciudadana se convierta en Ley. Y me voy a dejar la piel, recorriendo cada barrio de Madrid, cada asociación de vecinos, escuchando a todo el que quiera aportar. Además, porque si dejas de pisar las calles, ya sabemos lo que le pasa a los políticos profesionales: que el despacho lejano nubla las ideas.

 

Vamos a necesitar toda la fuerza posible para que la voluntad de la gente llegue al Ayuntamiento. Por eso te pido que disfrutes y descanses en estas fiestas. Que cargues las pilas, y me acompañes en esta carrera hacia un Madrid mejor que, contigo, vamos a lograr a partir de las elecciones de mayo.

 

Felices fiestas y feliz 2023.

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