NO PASA NADA
JOSU AIZPURUA
Me lo tiene dicho
Anghel; “aquí no pasa nada”, pero no puedo creérmelo y después de sus coplas de
ayer sobre el alcalde, demoledoras, mostrando su esencia de periodista de raza
y único que le canta las cuarenta al alcalde, pero debo darle la razón; miro
por la ventana y no veo turbas airadas; aquí, “no pasa nada”.
¿No sufren los
ciudadanos?
Yo salí corriendo
ante el chihuahua de la Eufrasia, que confundí con el mono de la viruela, y vi
una jeringuilla en lo que fue una barrita energética de una moza, para al final
caer desesperanzado por el comentario de un paisano que me dice todos los días
al verme protegido; “Al final la cogerás como todos”. Vivimos angustiados.
No creo que sea el único que ve la decadencia de Santa Cruz con el alcalde Bermúdez. Un sanedrín de gerifaltes que lo dirigen y un arsenal carnavalero, son sus beneficiarios, y el desarrollo urbano siglo XXI, la habitabilidad ciudadana, la limpieza y progreso; no son cosas suyas.
El alcalde de
Puerto La Cruz ha pedido el Centro Vulcanológico, pero el de aquí; ni pio.
Adopta un aire entre mesiánico y displicente, que no es propio de un alcalde.
Anghel también me
dice que Haití no interesa a nadie, pero no puedo menos que informar de su
nefasta situación. Lo último es que las bandas armadas están expulsando de sus
casas a sus vecinos, para ocupar las más confortables ellos mismos.
La ocupación del
País es ya una necesidad, aunque su patriotismo lo repudia, pero “cargar” con
esa responsabilidad no interesa a nadie. Ni tampoco hacerse cargo del juicio
del magnicidio del Presidente “Jo jo”, aún sin juez para analizarlo.
En varias localidades
de Croix-des-Bouquets, incluyendo Noailles, Nan Rémy, Nan Papaye, Bò Rivière,
los residentes abandonan sus hogares, ante el poder de las bandas armadas,
entre la que destacan las de Barbiquiú y los enfrentamientos entre las
pandillas de “400 Mawozo” y “Chen Mechan” ya han causado varios cientos de
muertos y miles de desplazados. En Croix-des-Bouquets, el Palacio de Justicia
fue trasladado a una biblioteca municipal en Tabarre para poder reanudar las
actividades judiciales. (Todo es en los alrededores de la capital).
Por esto, mis
miserias ciudadanas en Santa Cruz se relativizan, pero, no entiendo la
pasividad ante este atentado al civismo que la corporación tolera, incluido el
pajarraco de la Rambla, exaltación a la represión franquista en la isla.
Aquí: no pasa nada.
Y con las olas se van las esperanzas de una vida mejor para nuestros niños.
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