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lunes, 18 de julio de 2022

DIVAGACIONES..

 

DIVAGACIONES....

DUNIA SANCHEZ

Oscurece. Ha oscurecido en este mes de octubre donde Orion cabalga en inmensidad de esta galaxia. Somos parte del hoy, del ayer y de un mañana en pleno siglo XXI que retos nos traerán. Por ahora parece que la guerra ha acabo en la tierra. Un planeta que es tan solo una mota de polvo en la inmensidad de este universo que nos abriga, que nos vio nacer, que nos dio la vida. Viajo por otros mundos, otros planetas donde la existencia es fuente de progreso y ellos con sus dimensiones paralelas son capaces de rastrear toda nuestra existencia, todo nuestro ayer.  Somos cuerdas que se expanden y se contrae en el espacio y tiempo según el punto de mira. Tendríamos que irnos lejos...muy lejos y de ese observatorio llamado cosmos observarnos en cómo vamos evolucionando. Seríamos jóvenes eternos con los achaques de cada sistema de vida. 

Una vida ralentizada, observando cada movimiento de nuestro hoy para ellos que sería el ayer para nosotros. Un cierto escalofrío surca por mi piel y solo imaginarlo sería como esa media fuerza , esa quinta fuerza que engulle galaxias, que crea materia oscura. Oscurece. Ha oscurecido en este mes de octubre inflado por el pensamiento. Somos polvo de estrellas y en ello nos convertiremos. Somos una pizca de esta masa oscura que nos deleita cuando la noche es hija de las constelaciones, de los planetas, etc... Y me pregunto , seremos hijos de otras civilizaciones. Muchas causas misteriosas de nuestros antiguos me prestan a ello.   civilizaciones desaparecidas, civilizaciones vivas, etc. Un mero experimento de conducta y comportamiento de sus errores que nos erigen al mismo error, la autodestrucción. Nunca nos enteraremos. Somos hijos, hijas de este mundo y buscamos y rebuscamos en la noche de la tierra.  Y todo gira....y todo amanece ….y todo oscurece. Nuestras raíces se clavan en nuestro ombligo y creemos ser el centro universal. No es así mirándolo de forma global.  Oscurece. Ha oscurecido en este  julio y una luna cabalga en la inmensidad de este planeta. Me arrimo a mi telescopio y puedo palpar uno de los espectáculos más sorprendente de la humanidad, el vacío, el silencio.  Nuestro ruido se expande por ondas desconocidas más allá de esta esfera ¿Quién las escuchará...? El  quejido de este nuevo mundo apresado por la sed, por el hambre, por el dolor y porque no por alguna sonrisa.

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