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jueves, 2 de junio de 2022

LA DANZA DE LA OSCURIDAD(NARRATIVA) 15

 

LA DANZA DE LA OSCURIDAD(NARRATIVA) 15

DUNIA SANCHEZ

La danza del tic-tac comienza con el susurro de los grillos. Un violín que no cesa en la intemperie de la noche, de una noche con luna. Tejo cada parte de mi con saturno como centinela. Guardo mis ganar de ser acogida en el regazo del calor y me contraigo. Escucho por un instante algo en el baño. Un ruido disperso, como si estuviera desgarrando las entrañas de la vivienda. Suena como un eco sórdido, contundente, mezclado con algo que está atrapado, encerrado. Por un momento mis huesos se estremecen y el olor de la rosa negra que agrieta mi pared viene. Viene con un taconeo de agujas en mi temblor. No, no tengo miedo solo, respeto a lo que pueda ser.

 Un respeto trabajado a conciencia en lo que perduro el virus en esta sociedad. Me levanto y voy al baño, enciendo la luz del pasillo y la rosa negra que agrieta mi pared despierta al igual que yo. Entro en el baño, todo parece normal. El ruido calla, el ruido deja de ser lastimero, el ruido dejo de oírlo. Abro la vasija y algo oscuro se ve en su fondo. Tiro de la cisterna una y otra vez y respiro hondamente. La cosa oscura no se va aunque tire de ella de nuevo. Solo corre el agua, un agua con destino al océano. Agua limpia que se desencadena en un mar donde muchos han soñado, donde muchos han llorado, donde muchos han muerto. De repente la imagen del sufrimiento se apodera de mí. Y pienso lo terrible de un mar adentro con un futuro desconocido, condicionado por la deriva de una embarcación que llegará o no a la costa de un mundo , de un mundo que somos ciudadanos todos. La mancha oscura sigue, tiro de nuevo de la cisterna. Corriente de náufragos en la desesperación de un mañana mejor, de una oportunidad.  Y la muerte…y la muerte se cierne en mi cabeza. Mar cementerio de anónimas vidas se presenta en mi visión. Océano donde el hambre y la sed deja como desheredados de esta atmósfera muchas existencias tantas, que no podemos imaginar ¡Sufrimiento¡¡Agonía¡ y al final la derrota, la perdida de la noción del tiempo, de la vida. Mar cementerio de anónimas vidas. Tiro de nuevo de la cisterna y la mancha o la cosa oscura sigue ahí, hermética. Estoy harta de esta pesadez. Engullo un pedazo de esperanza, una esperanza de un mañana mejor. Lo único que se antepone es un telón de acero, el individuo, nosotros. Y miro a la vez que agua corre por la vasija todas nuestras precariedades, muchas o pocas, lo suficiente para descarrilar una existencia mejor...CONTINUARÁ

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