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lunes, 13 de junio de 2022

L A P S O, por José Rivero Vivas

 

L A P S O

Londres

Agosto de 2013

José Rivero Vivas

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2056: Canarias marroquí

Miguel Ángel Díaz Palarea

 

Qué ilusión desborda el autor en la descripción de

resistencia al anterior y nuevo opresor; de modo que

incontinente dice: “…una solidaridad desconocida

ha amarrado a los canarios de bien.”

 

ARRAIGO -Febrero de 2022

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José Rivero Vivas

L A P S O

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        Tenía clara referencia de Miguel Ángel Díaz Palarea, propiciada por Pablo Quintana, aunque nuestro neto conocimiento se produjo a partir de LA MAGUA. Diseño de portada: Jesús López-Viñeta: Marco Marchioni - Retrato del autor: Julio Viera. Prólogo del profesor Pablo Quintana -  Depósito Legal: TF. 293/95-

Editorial Benchomo, Islas Canarias. (Año 1995) (*)

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(*) Nueva edición: LA MAGUA - NL.06 (a.28) Novela -

Ilustración de la cubierta: Autorretrato con modelo, 1910-1926.

Óleo sobre lienzo de Ernst Ludwig Kirchner.

(ISBN: 978-84-9941-826-1) Depósito Legal: TF 553-2012

Ediciones IDEA, Islas Canarias. (Año 2012)

Prólogo del profesor Pablo Quintana - Comentarios al final del volumen:

Pedro Fernaud, Isaac de Vega, Alfonso Morales, Jesús R. Castellano, Ezequiel Pérez Plasencia, Ricardo García Luis.

Su presentación tiene lugar en el Ateneo Miraflores, donde intervienen, junto al autor, Ánghel Morales y Daniel María, cuyo análisis titula:

José Rivero Vivas Fundador de Puertos, publicado en El Perseguidor: Número 121 - DIARIO DE AVISOS – Domingo, 4 de noviembre de 2012.

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Algo después, Cándido Hernández, de Editorial Benchomo, me entregó Un ron doble. El trato personal, sin embargo, tuvo su inicio mucho más tarde, en una fiesta de Manolo Mora, en fecha de Feria del Libro, ubicada todavía en la Plaza de España, antes de la reforma del momento.

     En ese entonces iba con frecuencia a su despacho de La  Cuesta, abarrotado de gente, como consultorio de la Seguridad Social, porque Miguel Ángel tenía siempre aliento que dar a quien acudía a su pericia de abogado capaz de solventar el conflicto más espinoso. Abría también allí su oficina Cándido Hernández, y junto con Miguel Ángel y José Manuel, acompañados de otros amigos, al cerrar la jornada del bufete, íbamos al bar a tomar unas copas y hablar sin cese.

*

     Comenzó su defensa de mi litigio laboral en Cabildo, con fallo de sentencia favorable a nuestra causa. Luego hube de marchar a Londres, aunque conservamos nuestro vínculo por medio de Ánghel Morales, con quien mantenía comunicación a través de correo electrónico y mis visitas a su librería cuando volvía a Canarias.

     Establecido el contacto, tras gestión de Ánghel Morales, con Ediciones Idea, hubo la publicación en bloque de nueve de mis novelas, que fueron presentadas en el Colegio de Médicos, con participación de Ánghel Morales, Miguel Ángel Díaz Palarea, Benigno Rivero Melián, el Director de Publicaciones y el autor. El acto estuvo caluroso y acogedor, fuertemente emotivo para mí, lo que hizo que mi entereza quebrara y fuera interrumpida mi intervención; pero la pronta ovación del público asistente logró que no decayera el final, dando al evento un cierre afectivo de reconocimiento y amistad.

Transcurridos los años, a instancias de Ánghel Morales, fue desempolvado mi manuscrito Hilván insinuativo de San Andrés. Salió con prólogo de Cirilo Leal -como colofón a su larga entrevista, en que vertieron su efusiva manifestación varios amigos, Miguel Ángel entre otros- y prólogo asimismo de Miguel Ángel Díaz Palarea. Fue publicado por Editorial Benchomo y no sé si existe algún ejemplar en librería. Ignoro también si antes o después, asistí a la presentación, en el Colegio de Abogados, de su libro de cuentos, además de uno de ensayo de José María Lizundia Zamalloa, a quien fui por él presentado, así como a algunos más de sus colegas. (**)

     Creo que fue él mismo quien me regaló un ejemplar de

LAS CUCAS -Ediciones Idea – Diciembre de 2008. Siguiendo mi costumbre de inhibirme cuando leo y escribo, con lo cual me quedo solo ante la obra y directamente digo lo que pienso y siento en ese momento, emprendí detenidamente su lectura, señalando, como suelo hacer, lo que atrajo mi atención, a la vez que anoté mis impresiones al margen. Al final consideré que podía unir todo

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(**)José María Lizundia Zamalloa, algo después, escribió el libro:

 JOSÉ RIVERO VIVAS: UN MUNDO LITERARIO ROTUNDO

Ediciones AGUERE- IDEA

(ISBN: 978-84-9941-331-0)Depósito Legal: TF-1104-2010

Fotos en portada y contra: Cirilo Leal.

__________________________________________________________ aquello, y, sin que nadie me lo pidiera, conseguí elaborar un escrito, como juicio de valor: TAMIZ.

*

Miguel Angel Palarea

     La fuerza creativa de Miguel Ángel Díaz Palarea no le permitía sosiego para dedicarse a la revisión de sus obras, por lo que dejaba en manos extrañas la entrañable corrección de sus textos. Estas personas podían ser eminentes profesores y aun grandes escritores en boga, pero su perspectiva de la narración no sería global, como la del propio autor. Así, cuando hay duda sobre un vocablo, o frase completa, el corrector oficial subraya en rojo sin más, mientras que el creador prefiere quizá modificar su parte opuesta en la regla de oro de ese pasaje, que puede hallarse al lado, en la página siguiente o diez capítulos más allá. Ello da como resultado su unidad de escritura, pese al supuesto error que el crítico pueda apreciar.

     Un día mencioné el escrito a Ánghel Morales, se lo pasé y lo colgó en su blog. No hubo eco, quizá por el poco interés despertado en sí. Pasados unos meses, alguien me preguntó si la crónica era canto laudable referido a la novela o si, por el contrario, se trataba de velada diatriba. No supe qué contestar, puesto que el artículo fue hecho sin acritud ni demoledora intención. Claro es que, se escribe en un sentido, y quien lee interpreta el tema a su manera, que es, en definitiva, lo que cuenta como genuina conclusión. Pero, en su grandeza y liberalidad, Miguel Ángel sabía que cualquier observación literaria supone sencillo mensaje intelectual, exento de ánimo ofensivo y propósito de herir la sensibilidad de aquel a quien va dirigido; de aquí que la reseña, constructiva respecto del aura de la obra y su autor, no fuera bruscamente apercibida.

     Sobrevino luego su enfermedad, que nos dejó consternados, sin posibilidad de encuentro, como convenía a su irreversible proceso y su propia estima. Tuve, no obstante, ocasión de verlo y desearle bien, durante la presentación que hizo, en La Laguna, de un libro de un amigo suyo, publicado tal vez por Aguere-Idea, puesto que fue Ánghel Morales quien me dio noticia de este acto en el que también él intervino en su introducción.

     Me sorprendió su fallecimiento en víspera de mi viaje a Londres, con corta estancia en Madrid. Aquella tarde fui al tanatorio de Santa Lastenia a presentarle mis respetos, cuanto mi condolencia a su familia y sus leales.

     Con el transcurso del tiempo percibimos el desconsuelo, la magua de no haber hablado lo suficiente con él, cual nos sucede cuando se nos va alguien allegado, un amigo, un ser querido. Este humano sentir nos confirma que el espíritu de Miguel Ángel Díaz Palarea sigue entre nosotros, y que su figura ha de permanecer por siempre indeleble en nuestra memoria.

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José Rivero Vivas

L A P S O

Londres

Agosto de 2013

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Tenerife

Islas Canarias

Junio de 2022

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