ESCRITORAS, ESCRITORES Y VICEVERSA
AGUSTÍN GAJATE BARAHONA
La buena narrativa no depende de que la escriba un hombre o una mujer. El género, orientación o tendencia sexual de quien la crea influye y puede enriquecerla, pero no implica ni calidad, ni éxito de ventas. Hasta finales del siglo XX la mayoría de escritores en este país eran hombres y si no había más mujeres era por motivos tales como falta de oportunidades, de ilusión y de respaldo en una sociedad muy escasa de igualdad y de capacidad para comprender y potenciar el talento individual y colectivo.
Pero eso afortunadamente parece haber cambiado en el siglo XXI, como se puede comprobar, por ejemplo en los certámenes literarios. El más famoso y acaudalado, el Planeta, instaurado en 1952, galardonó (ganador y finalista) en la década de los 50 a catorce hombres y cuatro mujeres, en los 60 a dieciocho frente a dos, igual que en los 70, mientras que en los 80, años de la 'movida', sólo hubo una premiada, y la tendencia masculina se mantuvo durante principios de los 90, hasta que se produjo el reconocimiento continuado de ocho autoras en siete años y se alcanzó el primer doblete femenino en 1999 con Espido Freire y Nativel Preciado. En lo que llevamos de milenio, las premiadas han sido veintidós, mientras que los premiados dieciocho y dentro de éstos incluyo como uno a los tres autores de la última obra ganadora, un trabajo colectivo presentado con el nombre de una mujer.
Canarias
parece ir a contracorriente en lo que a concursos de novela se refiere. Sólo
dos nombres de mujer aparecen este siglo en la relación de galardonados del
'Benito Pérez Armas', frente a las cuatro del siglo anterior, con idéntico
número de ediciones, aunque en las restantes convocatorias no siempre ganaron
hombres, sino que en cuatro ocasiones, dos en cada siglo, el jurado decidió
declarar el premio desierto.
En lo que
respecta a los reconocimientos institucionales a la trayectoria literaria, el
Premio Nacional de las Letras Españolas lo han logrado seis autoras (cuatro en
este siglo) y treinta y dos autores, mientras que el 'Cervantes' lo han
conseguido también seis mujeres (cuatro también en este siglo) por cuarenta y
un hombres. En esas islas, el Premio Canarias de Literatura ha seguido la
estela de los anteriores y ha distinguido desde su creación a dieciocho hombres
y tres mujeres, aunque sigue sin galardonar a contrastados autores como Alberto
Vázquez-Figueroa, José Rivero Vivas o Víctor Ramírez.
Aunque no
todo parece perdido, algunas editoriales canarias como Idea y Aguere apuestan
por las escritoras del archipiélago y han aunado esfuerzos para difundir sus
trabajos. Fruto de este compromiso doce autoras cierran con sus relatos la
colección G21 de narrativa canaria actual, que abrieron en 2011 otros doce
autores con otros tantos textos hasta entonces inéditos. Las escritoras
escogidas son Felicidad Batista, Cristi Cruz Reyes, María Teresa de Vega,
Cecilia Domínguez Luis, Pilar Escalona, Ana Joyanes Romo, Elízabeth López
Caballero, Mayte Martín, Fátima Martín Rodríguez, Maca Martinón, María
Candelaria Pérez Galván y Elena Puchalt Ruiz.
Pudieron
haber sido más, igual que el número de escritores del volumen editado la década
pasada, pero, en ambas propuestas, la elección se basó en las experiencias
narrativas anteriores o paralelas a la publicación de los respectivos libros,
aunque en el caso de los hombres hubo más donde escoger, quizá porque la novela
requiere de un contexto creativo que muchas autoras no disponen por las cargas
familiares y, por eso, se expresan dentro de la poesía, un arte contemporáneo
más libre y que no requiere de la estructura argumental prolongada y coherente
de un volumen de prosa próximo o superior a las doscientas páginas, aunque
existen excepciones y experimentos que han alterado también esta forma de
concebir la literatura que, no obstante, es la más vendida y, por tanto, leída.
El editor de
la colección, Anghel Morales, advierte en la introducción de 'Generación 21:
nuevas novelistas canarias' que “he intentado que estén representadas las que
marcan la pauta en el mundo de la novela escrita por mujeres en estas islas” y
que “para ofrecer esta compilación hemos tenido que esperar una década (…) para,
por fin, poder confirmar la existencia de un sólido conjunto de (…) escritoras
que apuestan decididamente por el género narrativo y que son capaces de
construir novela a novela, relato a relato, su propio mundo literario.”
La pandemia
ha obligado a retrasar la presentación de este preciado volumen en varias
ocasiones, pero ese esperado momento se producirá, si ningún nuevo imprevisto
lo impide, el martes 10 de mayo en el Casino de Tenerife, a partir de las 19:30
horas, en un acto en el que participarán la mayor parte de las autoras y que
contará con las intervenciones, junto al editor, de Sinesio Domínguez Suria,
doctor por la Universidad de Salamanca merced a la tesis titulada 'Generación
21: Los temas de la narrativa canaria del siglo XX al XXI', y de Myriam Z.
Albéniz, divulgadora y jurista que recientemente ha participado en dos
proyectos dedicados a difundir el legado de las mujeres en diferentes ámbitos
de la cultura, la sociedad y el conocimiento, uno de los cuales se desarrolla
dentro del área educativa y donde se destaca la trascendencia que han tenido
éstas en diferentes épocas históricas, civilizaciones y culturas, a través de
la puesta en valor de figuras no solo universales, sino también cercanas como
Gazmira, Francisca Spínola, Josefina de la Torre, María Joaquina Viera y
Clavijo, María del Carmen Betancourt y Molina, Carlota de la Quintana o Lola de
la Torre.
Parece que
se ha sembrado en tierra fértil, aunque la cosecha editorial futura va a
depender tanto del talento de unas y otros como del devenir de una sociedad
sobre la que se ciernen negros nubarrones, que anuncian tempestades que pueden
convertir en un páramo o desierto desolador un espacio vivo y dinámico que
pugna por convertirse en una rica, diversa, fructífera y nutritiva (para el espíritu
y la mente) selva literaria.
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