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martes, 3 de mayo de 2022

EL CERVANTES, LA RATONERA DE LOS SUEÑOS ROTOS

 

EL CERVANTES, LA RATONERA DE LOS SUEÑOS ROTOS

POR MAITÉ CAMPILLO

Cultivamos la mente haciéndola cada vez más ingeniosa, cada vez más sutil, más astuta; menos sincera y más tortuosa e incapaz de afrontar los hechos. Lo que importa no es cultivar la memoria sino despertar el espíritu crítico y el análisis. La sabiduría no es una acumulación de recuerdos, sino una suprema vulnerabilidad a lo verdadero. El final es el comienzo de todas las cosas, suprimido y escondido. Esperando a ser lanzado a través del ritmo del dolor y el placer. No se comprende primero y luego se actúa. Cuando comprendemos, esa comprensión absoluta es la acción. El miedo corrompe la inteligencia y es una de las causas de la egolatría. No es signo de buena salud el estar bien adaptado a una sociedad profundamente enferma (Jiddu Krishnamurti escritor y filósofo hindú)

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‘Paz’ no es conducta rastrera en economía capitalista e imperio de guerra

Es al parecer la adaptabilidad hoy desencadenada al desenfreno sarcásticamente degradante y corrosivo, sin aprecio alguno a los estragos, una de las características por otra, humanas, que nos ha permitido llegar a ser una de las especies predominante en el planeta, sobre la que tanto se ha insistido en su evolución, mucho antes de que en Atapuerca se descubriera el paraíso de los huesos. Pero es lo que hay, y así me presento; soy la que soy, y no hay modo; mis dudas, al respecto, surgen de manera ya conocida a borbotones, como parte de un todo en instinto de clase (por supuesto) no petrificada, sino en reniego del vasallaje por bandera, ante cualquier tipo de superioridad humana que se presenta como ‘buena nueva’, casi siempre más allá de los hechos reales que en sí, nos liberan, del mentado vasallaje. Ya que si ser ‘predominante’ significa lo mismo en siglo diecinueve que en siglo veintiuno, en tener la capacidad absoluta del dominio oscurantista, como del destruir del ser humano su pensamiento a la vez que esclavizar su vida; del saber especular con todos y con todo, como arrasar nuestro entorno natural y del mundo en pos de la economía privada, como algo natural y ley de vida en antojo de derecho personal de privacidad; entonces sí, en eso, las democracias a las órdenes del capitalismo, han demostrado ser la mejor civilización, más incivilizada. Que ni Miguel de Cervantes podría perdonar nunca, y menos manipulándole como institución, enclenques escuálidos impresentables de la historia humana, en cuanto a leyes que dominan como denigrantes humillaciones, que nos envilecen, y desaparecen siempre que les interese. Pues ser son sus democracias, el vivo reflejo de la misma causa sátrapa que los considera, crea y recrea superiores; o sea, dominantes. Ellos son los que verdaderamente destruyen. Ellos son, los que, directa e indirectamente hacen desaparecer el comportamiento y naturaleza real, que brota, de nuestra existencia. Ellos son, y lo consiguen, con la incondicional colaboración de la estela humana seguidora de hinchas forofos, del dominio por el dominio y las guerras por las guerras. Ellos son, y representan, el salto al vacío impuesto donde agonizan sus fueros, del peregrinaje colonizador en alianza a la carnada mediática de los imprescindibles, amasada en la absoluta ignorancia como frente de paz, del perfil despótico, en dominio de técnicas de las mil formas de matar. Es lo que se ejerce como poder absoluto contra todo lo que desprecia contrario a sus intereses. Es lo que se impone; y, considera, cerrando todas las vías de paz reales (y no como ratonera mediática) en nombre de los monstruos de siempre ser menos que nada en alusión a (nosotros). Sin duda alguna adaptarnos encierra una evidente resistencia negativa, al avance, en pos del sometimiento; una capacidad, peligrosa y detonante, que nos ha permitido ir tirando “pa`lante” (a favor del tirano por supuesto) pues quién podría negar el… ¡ay, del que no se adapte! -¿Qué hacer?- Lo cosemos a balazos, lo desaparecemos, lo silenciamos, para que abandone de una vez por todas persistir sobre el acorde mayor que ensalza Sol predominante entre las sombras? De ahí que estemos -si por miedo, cobardía e intereses personales tratando de amoldarnos- de alguna manera a su dominio de normas, leyes, reglas sociales, entre prebendas y sentencias de ley mordaza, hasta ir vestidos como su decadencia marca, y olvidar todo atractivo como movimiento de vanguardia en lucha ¡Ah!, y, por supuesto, nunca robar a los ricos; y, por la misma regla de tres, perdonar a los asesinos y ladrones mayores que roban a millones de pobres; y, en ese mismo orden, imposible, de justicia alguna que ajusticie curas ni banqueros aunque, por injusticia en dominio de ‘superioridad’ ejerzan la pederastia, denuncien tanto en paz, como en guerra, y ayuden directa e indirectamente, a que desaparezcas del mapa.

 

Y es por ese mismo eterno ‘gran poder de Dios’ asediando sobre el itinerario del preciado, momento, a que aludas <<al perdón ‘porque en el fondo’ todos somos lo mismo, todos somos culpables y hacemos las mismas cosas>>. Y su democrático tiro de gracia caerá resbaloso de escrúpulo (como la paz que están forjando para Ucrania) convirtiéndote en masa, que comienza a extraviarse del camino real perdidos unos de otras de toda identidad; y, ahí sí, sin mayor trámite, formarás parte del desecho a la sombra indisoluble de la comunidad trazada por decreto. Y sin darte tiempo, siquiera apreciarlo, te habrán convertido en un robot, sin criterio propio; empezarás a creer, a los que manipulan la información y dan las órdenes más escalofriantes, tal y como las reciben; hasta a los que destacan como líderes puntuales del sistema alienante, en el que quieren que creas (e inconsciente has votado), ellos y no menos ellas, te irán convenciendo de que pese a todo, tú también cuentas; y, que en el fondo siempre que se encuentren en las urnas como “alternativa”, el capitalismo, no es tan malo (es lo menos malo) lo mejor para ti. O sea que el ‘voto’ (es la solución) por lo que dicen te identifican, te protegen y consideran… ¡ay, del que no se adapte! -¿Qué hacer?-. Es la sociedad del absurdo la que estamos viviendo, y nuestra vida, es la vida del absurdo haciendo todo lo contrario que deberíamos hacer. Pese a ello, metafóricamente hablando agacharás orejas, mirada, rodillas, y refinarás tus formas de vivir y vestir, asumiendo tu impersonal ya (personalidad), adaptada y sumisa con la época que te ha tocado vivir; olvidarás, como tantos otros y muchas otras a los exiliados republicanos que en tu caso, Cristina, conociste de pequeña y que tanto te marcaron; los miles de asesinados aún desaparecidos y las cientos de fosas ocultas y las encontradas, escarbadas y exhumadas, algunas de ellas como las más grandes de Europa Occidental, en una de ellas saliendo a luz de los vivos los restos de desaparecidos: 2.840 seres humanos de un solo golpe (de solo una fosa), que representa el odio más encarnizado de la historia, los terrores y tragedias de Andalucía que tanto fue utilizada en “paz” como potencia turística entre otras cosas por la dictadura, por la dictablanda, por la plutocracia y demás espíritus en gracia imperial, como la ‘democracia’, sobre ese gran río de sangre. Hechos ocurridos como ya tu sabes, durante la invasión nazi contra la República (1936-1939), como lugar de ensayo y criminalidad, en impulso arrasador de prácticas de exterminio a favor de la guerra, por la guerra, pariendo como aborto la II Guerra Mundial. Cuyo informe, recoge, con qué crueldad se mataba intentando no dejar rastro, trasladando los cuerpos a otros lugares sin dejar huella. Se que quien por encima de nosotros, y todas nosotras, están quienes directamente dan las ordenes de manipulación de seres humanos sobre oscuros intereses… prestarse a ofrecerse es algo, muy bajo, poco digno y nada aplaudible. Somos los que no renegamos de nuestra historia, los que no aplaudimos por aplaudir premios amañados ni consignas como ¡Franco, Perón, un sólo corazón!! La visita de reconocimiento al dictador (aislado políticamente por otro lado tras la II Guerra Mundial) fue como una puñalada grande y profunda, e inolvidable, aún hoy en respeto y recuerdo a nuestros padres y abuelos; la actitud de Perón, y Evita (su populismo) en arrastre del bien y del mal sobre la misma vía, alagó ésta, con su presencia y reconocimiento a la mayor masacre de seres y pueblos rurales hambrientos e indefensos. No puede existir, en una misma onda de elogio lo mismo para el verdugo que para la victima, para el patrón absoluto que para el esclavo paria sin tierra, sin nombre, sin nada, más diezmado que las amapolas con Franco. Hoy convertida su fértil tierra de braceros y campesinos sin tierra en culebras de asfalto. Y volviendo a la metáfora; de la misma manera, tan desenfadada y ‘natural’, que se construye -destruyendo- (olvidarás) los versos y aroma en nana de cebollas del poeta y pastor en su tierra: <<Ayer amaneció el pueblo desnudo y sin qué comer. Y el día de hoy amanece justamente aborrascado y sangriento justamente. En su mano los fusiles leones quieren volverse: para acabar con las fieras que lo han sido tantas veces. Que mi voz suba a los montes y baje a la tierra y truene, eso pide mi garganta desde ahora y desde siempre>>.

 

NOTA

 

Es mi desencanto total con la escritora uruguaya Cristina Peri Rossi; sus palabras, me han herido profundamente: <<Los motivos de las guerras son siempre los mismos: el ansia de poder y la ambición económica. Algo típicamente masculino>>. Lo dijo a través de la actriz argentina Cecilia Roth como bufona de la Corte. Temo disentir de dicha afirmación de un simplismo garrafal que creo, en boga mediática del momento, ajeno a las sufragistas históricas del feminismo revoltoso y hasta dinamitero además de justiciero, con la escritora uruguaya, sobre dicha afirmación de ese ‘algo típicamente masculino’. Pues muchas reinas y demás urracas princesas se han visto particularmente implicadas, en el crimen de la ambición económica, entre el dominio político y subyugación como bien representó dichos intereses Isabel la católica, entre muchas otras a escala internacional (mujeres incluso dentro de la iglesia católica). Cristina recordó a los exiliados, de la República, que huían tras tres años de continuos combates de un caudillo impuesto como dictador, de una crueldad de ejemplos escalofriantes mucho más allá de esos miles que tu reconoces como: ”una terrible dictadura que había matado a miles y miles de personas y hecho huir a otras miles”. El problema no radica en plasmar literariamente a forma de novela narrada o poemario, un hecho social; el problema, es y será siempre un problema, cuando aceptas un premio de los verdugos (no depurados) entre nuevas generaciones integradas en ellos que los representan y defienden en sus instituciones antagónicas, de dichas víctimas que describe la escritora, y por igual el Cervantes otorgado, por un rey heredero (del dictador) impuesto al pueblo. Que sigue representando, de manera impuesta, en todos sus estamentos esa terrible dictadura de la que apasionada describes sus exiliados; y, con el agravante, de la presencia directa de un gobierno belicista, que no deja de enviar armas a Ucrania, a Arabia Saudí, al sátrapa rey de Marruecos (entre otros) para que aniquile al pueblo saharaui; y, también, como no, acepta que en la ceremonia de entrega del premio Cervantes, estén destacados siniestros personajes de la ultraderecha fascista incrustada en su España (inmovilista). Disiento una vez más por lo que me permito decirte de que (NO) no todas las guerras son iguales Cristina. El ansia de poder y la ambición económica, es el motor, objetivo de las guerras que despliega de forma encarnizada, ruin y generosa, el imperialismo yanqui. Como mujer de izquierdas, supongo bregada en dictaduras, como la de Franco (pues llegaste en una fecha, 1972, que nuevos miles tuvieron que salir por piernas donde la pena de muerte se mantenía como el garrote vil y el cóctel de la verdad asesinando a quien un jornal exigía; fíjate, no más, que aún hay presos políticos rallando algunos los cuarenta años de secuestro pues no es justicia, su condena, ni premio su Cervantes); o dictaduras como la de tu propio país (Uruguay) y por ende en la vecina (Argentina) y del mismo modo sangriento allá en (Chile) y sobre el horizonte vecinal tengamos en cuenta (Brasil) y por nada podríamos olvidar otro ejemplo más como el de (Paraguay)… y, la memoria palpitante no más, sin esfuerzo, sale; y, surge a borbotones, deberías de saberlo. Pero hay otras guerras, Cristina. Me atrevería a decirte como en otro tiempo ‘compañera’; pero claro, ya con el agravante de ser parte, del original de Cervantes, y no de la farsa en fotocopia al que le han convertido utilizándole como a tantos intelectuales… de uno de los países que, bien tu sabes, más han contribuido y ensalzado (no de verborrea) el antifascismo a escala internacional, en lucha directa, por ser este un camino único leal de liberación de los pueblos.

 

Si partimos de Indoamérica, doy por hecho que entenderás, que esas guerras de defensa, de resistencia e independencia eran imprescindibles e inevitables. Única forma (pues no te dejan otra) de librarse de la opresión, esclavitud y robo de recursos naturales entre ellos los de ‘tu propio país’; y, hasta podemos seguir con Vietnam, China, Argelia, Cuba, Nicaragua… ¡ay, Cristina, del que no se adapte! -¿Qué hacer?-. ¿Qué hubiera sido de estos pueblos si no se hubieran levantado contra sus opresores y, qué seria de Siria, si no se defendiera del acoso belicista de los integristas islamistas dirigidos por EEUU? ¿Acaso el pueblo palestino no merece un Cervantes y más que un Pulitzer a la resistencia en lucha, durante decenas de décadas de tortura, sangría y usurpación de su país; que todo el mundo asume a Israel como poder sionista?… y, por qué (Palestina) no tiene derecho a defenderse de la ocupación de su territorio, por dichos criminales? ¿Y el pueblo saharaui, acaso no tiene el mismo derecho a defenderse de las mil formas que pueda, de la ocupación marroquí de su tierra y del negocio creado de estos intereses entre la España (en farsa de Cervantes) y Marruecos? ¿Acaso Rusia, su pueblo, no tenía derecho tampoco a rebelarse contra un estado medieval que mantenía a su gente inculta y muerta de hambre, y es por ello en conciencia y memoria histórica, no reniega, de hacer frente al todo poderoso ejército nazi, para dejarse aniquilar y ser arrasado totalmente ¿Y acaso hoy, por igual derecho, no va a poder enfrentarse a los neonazis de Ucrania unidos al imperio de la OTAN y su UE con millones de dólares a favor, arsenal bélico a destajo, tropas de toda índole hasta civil con todos los medios oficiales cubriéndoles las espaldas? Insisto aún siendo consciente de repetirme (Es la sociedad del absurdo la que estamos viviendo y nuestra vida es la vida del absurdo, haciendo todo lo contrario, que deberíamos hacer). Sinceramente no se que ocurre, a los que por otro lado presumen, de haber combatido dictaduras, golpes de estado, defendido guerrillas… me asombra lo que pasa por esas cabezas, de ciertos intelectuales que durante su vida han defendido unas ideas revolucionarias, republicanas de izquierda e independencia, y, de pronto, ondean escudos y coronas, como un camaleón cambian de color. Quizá, Cristina, hayas vivido demasiados años en este estado monárquico, donde es difícil encontrarse con un Julio Cortázar de tal talla, y grave sería presumir, de su traje, utilizándole como utilizan aquí a Cervantes y tantos otrxs; a los que han cosido, sino a balazos, al abandono sepultándolxs en sus mazmorras. Hasta un Benedetti sería muy difícil, de encontrar por estas tierras; el mismo, en un momento puntual, tuvo sus contradicciones con respecto a Euskadi, y dignamente decidió cambiar, abrazar y morir en su tierra; o encontrarte por ejemplo, con un Galeano, que por cierto, y no es casual, nunca les dieron ningún premio Cervantes, ni Novel les dieron a otrxs que también estuvieron y mucho escribieron de este país del absurdo, como Neruda y Gabriela Mistral, por poner un ejemplo de otro país Indoamericano. Y, sí, Cristina, queramos o no reconocerlo, es más fácil encontrarse en sus calles, plazas y rincones… con palanganeros mediáticos de la monarquía utilizables (y siento decirlo) como Cecilia Roth. Sentí más que rubor al verla rebajarse hasta ese extremo, no tenía ninguna necesidad de ello. Vergüenza ajena su sonrisa esplendida, acogedora y abierta; y también pena, por el mucho cariño sentido, por cientos de seres de alguna y otra manera que habían hasta ahora sido ejemplares. Pena y de alguna manera (desprecio) me da ver a una (mujer) a la que he sentido tan cerca llegar a esto. Por lo que, indiscutiblemente, prefiero morir y vivir recordando a Julio Cortazar, tal y como él era antes de morir y poder manipularle; vayan pues, por delante sus propias palabras: <<Me río de una honradez sospechosa que tantas veces sirvió para la desgracia propia o ajena, mientras por debajo las traiciones y las deshonestidades tejían sus telas de araña sin que pudiera impedirlo, simplemente consintiendo que otros, delante de mi, fueran traidores o deshonestos sin que yo hiciera nada por impedirlo, doblemente culpable>>. [No es pedantería ni egocentrismo decir que sus palabras tanto me recuerdan al padre y mayor de sus muchos hijos (mi hermano), sobre el que más se cebó la represión francófona y española] ¡Cuánta dignidad!! -¿Verdad Cristina?- La de Julio Cortazar, me refiero… Y Luis Cernuda gritó ante el asesinato del ser querido: ¡¡Furia color de amor, amor color de olivo!! A Federico García Lorca y otros miles de “paseados”: <<¡¡”Enterrar a los muertos”… que los han matado mil veces!!>>.

 

Maité Campillo (actriz y directora d` Teatro Indoamericano Hatuey)

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