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jueves, 19 de mayo de 2022

DON ANSELMO

DON ANSELMO

JOSU AIZPURUA

Me dicen que ha fallecido D. Anselmo, descanse en paz, y lo siento muchísimo pues era un asistente a nuestro banco, y como único coaligado del mismo daba mucho juego en las polémicas.

Su principal baza electoral fue siempre el Balneario, al que Bermúdez aseguró por escrito electoral que haría una casa para ancianos, y nosotros seríamos los más beneficiados por cercanía y edad. D. Anselmo, que comió muchos bocatas de mortadela en la campaña electoral, se enojaba con nuestro escepticismo.

Bautista, que aún conserva su foto con Pasionaria, le increpaba duro recordando los numerosos incumplimientos del alcalde, lo que enervaba a D. Anselmo, que rojo de ira le respondía:

-        Antes de un año yo estaré en la puerta en la inauguración; ¡tú no entraras!

Don Anselmo paseo por la mañana desde entonces para ver signos de obra en el Balneario, pero su inmovilismo le provocaba indignación y desalentado; dejó de venir a nuestro banco.

Y como él, miles de chicharreros que se sienten acostumbrados al tejemaneje de su Ayuntamiento, al que se le ve la H (ayuntamiento).

La “ciudad del futuro”, la que en la Petrolera abrirá las puertas a una “capital”, sigue prisionera en la cabeza del alcalde sin el debate ciudadano necesario en democracia. Hay grupos especialistas en urbanismo que harían gratis sus proyectos de regeneración urbanística, pero el clientelismo municipal lo impide.

Los repartos de la tarta ya están dictados, como siempre, para los mismos, aumentando el cúmulo de barbaridades ciudadanas que arruinan esta capital.

Aquí falta una intervención urbanística que, con criterios sanos, incluya en el resto las parcelas petroleras. Esa intervención, del nivel de un Norman Foster, está siendo suplantada por “la cabeza del alcalde”, y eso supone el hundimiento definitivo de nuestra capital en beneficio de la vecina. Quizás es lo que se busca.

¿Cómo es posible la avenida de Anaga? Con horas intransitable, ahora se la recarga con la playa de Valleseco, que unida a los clubes, hospitales y CIE, Gasolinera, se convierten en un lio circulatorio de proporciones inmensas.

Poner una playa entre contenedores petroleros, no es buena idea, aunque esté junto al pueblo del alcalde.

Eliminando el pajarraco se daría principio a una nueva avenida en la que corregir sus enormes fallos, producto de la ineptitud y condicionamientos del alcalde, pues hoy sus paseos abandonados y sus carriles-bici, peligran ante los patines veloces que impiden el paseo anciano y rehabilitante que tantos chicharreros emprenden a diario, además de los deportistas.

Todo está manga por hombro.

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