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domingo, 22 de mayo de 2022

¡BIENVENIDO, MISTER MARSHALL! (¿Rey emérito?)

 

¡BIENVENIDO, MISTER MARSHALL! (¿Rey emérito?)

POR MAITÉ CAMPILLO

Blas de Otero

Pregunto, me pregunto: ¿Qué es España?

¿Una noche emergiendo entre la sangre?

¿Una vieja, horrorosa plaza de toros

de multitud sedienta y hambrienta y sin salida?

El sexto mandamiento ¡No tiene sello!!

 

¿A qué obedece todo lo que estamos viviendo, dónde nos llevan, cuales son sus coordenadas, hacia qué encrucijada van dirigidas, acaso nos quieren tratar como seguidores de su horrendo mundo de monstruos ‘o con ellos o con nadie’: somos sus víctimas sus seres utilizables su carne de cañón –y con qué derecho– acaso los votos les autoriza incluso hasta los que no les votamos? Miren como nos hablan de libertad cuando de ella nos privan en realidad: las fundiciones dejaron de fundir, se pararon las fábricas y los tentáculos dieron semáforo verde a la servidumbre en cadena empresarial, donde la industria brilla por su ausencia; los sindicatos de clase pasaron a formar parte incondicional de la plantilla que representa la patronal, los desnaturalizaron, siguen cebándolos, ni corrientes asambleístas quedaron salvo algún que otro caso excepcional sin alterar la regla; aplastaron la política real y la ideología se descompuso como yéndose pal carajo; la revolución se aplazó, y la izquierda incuestionable queda fulminada, desaparece como guía de acción una base que había entregado toda su vida. Arropados entre nubes de algodón los intrusos ajenos a su naturaleza (pero dentro de ella) se resguardan en el caparazón que los sostuvo durante décadas hasta su desaparición viviendo del maná mercenario, e inusual, el siglo veintiuno les impone como líderes de historia, no como traidores a ella, acomodándoles una estela a medida “de futuro inmediato” entre estandartes en rojerío de gloria. Esculpidos a la causa construyen naipes sobre ellos, mediáticas alternativas de lo más denigrante contra la verdadera historia una y otra vez; vergüenza imperdonable, restregándonos la misma mierda como si de un rubí de cinco estrellas se tratase sobre la cima de la revolución. De la que una supuesta ‘parte de ella’ fue tragada por el monstruo, confortablemente institucionalizada; y los otros, los muy misteriosos, entre bases revolucionarias difuminándose cual si no pasara nada. La vanguardia más combativa quedó descalabrada con cientos de ella en las cárceles. Y posiblemente por ello, educada en familia como motor de historia, donde hasta las paredes nos hacían gigantes hablando de vida y causa reivindicativa, ni me veo ni me encuentro mirándome el ombligo, en el espejo mediático, de embriones laboratorio de una “izquierda” robotizada en el tira y afloja, vano, cansino y grotesco del insulto; como sacudiéndonos, confusión, para no reparar que al mundo están estrangulando y deformando en nuestras propias narices y manos, que están votando el pensamiento único de la tiranía, que toma la palabra, donde antes organizaciones y partidos de clase agitaban conciencias desde el centro álgido de los campos y fábricas hasta las entrañas de las minas; hoy potencia de masas mediática guiadas como en el nazismo –¿Acaso me falta la compresión, debemos dejar que las cosas sigan su cauce y sus días, o por el contrario no queda otra que protestar cuando en voz del propio presidente en cantos de sirena habla de <<calidad de vida>>, matando directa e indirectamente inocentes en venta y tráfico de armas cuando a otros de la misma condición que tu, y que yo, por gritar la verdad, los meten en prisión, acaso no hay pruebas evidentes suficientes?– Es indudable que la Transición para muchxs fue su oportunidad millonaria como sueño americano. Una gran escuela laboratorio que forjó ocio y remuneraciones a fondo perdido, sobre los grandes fondos financieros, a la medida exacta para que tu te distraigas –¿Sería algo extraño, en dicho panorama internacional, del que los pueblos del mundo nos vemos formado parte, ver a alguno de estos robotizadxs “izquierdistas” cultivados desde las últimas décadas del siglo veinte, abrazar, dar la mano, sonreír y platicar a sus anchas hasta fotografiarse con el Papa, Bush, Obama, o con cualquier yanqui representante de sus instituciones sea embajada, bandera y Casa Blanca, CIA, OTAN, Pentágono, o rey vigente, como rey emérito, con su ejército y fuerzas del orden impunes y sus bandadas de mangantes, con sus presidentes de gobierno en manos del imperio de Norteamérica, sionismo y neonazismo, hasta aplaudir como marionetas la trama oculta con Ucrania como bandera de paz, transformista en guerras: “al rescate de armás de destrucción masiva” como en Iraq?–.

 

Miren como nos hablan del paraíso cuando nos llueven balas como granizo de penas: y es que la patronal y sus oligarquías miden el mundo a su medida sobre el peso de los esclavos, cuantos más afiliados a la sumisión del engaño, más líderes a la saca de la patronal se avecinan a ella; no olvides que el peso de sus arcas estimula al capital y no a las victimas que le padecen. Es pantomima piropear líderes de clase que no existen en ella, o aludir a revolucionarios en el seno de los pueblos, que solo vincular se podría a la cúpula banquera, al menos por ella apuestan, sin pedir consejo. Dejo claro que sus urnas, no forman parte de nuestra causa y lucha, sino de la corrupción en que se ven sometidos nuestros impuestos. El engaño es frívolo, el oportunista sin principios ni convicciones, nunca dejará de ser, un servil del capitalismo: la plutocracia anula derechos a degüello de gargantas, no es democracia, es la extensión de un brazo que baja al estómago oprimiendo la independencia del capitalismo, del imperialismo, como le pasa a Palestina del sionismo, a Iraq del yanqui, o como del español, tantos siglos, de yugo en África, Asia y América… Como resultado, optan hoy muchos “independentistas” dentro y fuera del Estado español, por un futuro con el sistema que triunfa del color que sea, cuando divide y globaliza, la degradación social. Los caminos de las conquistas de los pueblos, en la búsqueda de recursos que sustenten sus pies en la tierra –se relegan– y millones de seres deambulan por el espacio provocado astutamente por el propio sistema opresor. El ámbito de dominio es amplio –la unión que les une– disfruta del mismo estadio de imposiciones, a favor de las arcas, que clavan en los ojos del marginado como una espada afilada. El oscurantismo, cristianiza la ley que te ciega, que encubre entre metralla y cremallera mientras las cárceles y cementerios se van llenando. Los dinosaurios del desagravio revitalizan la hispanidad como nacionalismo de Estado: a favor de Europa y el Tío Sam. La democracia capitalista, se muestra en las cárceles, es la cara del sistema cuando se llenan y no de delitos por robo o abuso sexual, que si pueden encubren como la pederastia de la iglesia dependiendo del sector de clase y los hijos de ésta. El crimen es la impunidad, donde el capitalismo se hace fuerte, es su equilibrio sobre la balanza en farsa política correcta globalizando el mundo a su medida. La tortura forma parte de la columna, del infame sistema, achica el planeta dejando a los de abajo menos que nada; los que transitan la transición del brillo de su bota, así lo creen, mejoran en confort, los que se adhieren a su corrupción.

 

Miren en el entusiasmo, por la sentencia, sabiendo que mataban ya la inocencia: vivimos sobre un volcán político, en erupción permanente, para rematar la faena cual se degüella un toro y, tras el espectáculo, se pone a la venta en campaña de paz encubierta; así dinamitan la legalidad a favor de los abusos de poder. El capitalismo no duerme como las lenguas de un volcán en erupción, su diseño democrático, de tan educado y discreto representa el oscurantismo un mundo bélico de mente macabra. A las hojas de la primavera uno las de otoño a mi protesta, es mi avanzada, vertiendo su cólera en toneladas de dióxido de azufre, declarando la guerra contra la globalización mutiladora. Hablan de mugidos y aullidos que de sus propias lenguas sale, algo así como de la boca del lobo de imagen humana peligrosa, fundido en la herramienta de tortura psíquica y física, que van aplicando en leyes y medidas en favor de las extorsiones. El desequilibrio social es inmenso, alejan las flores entorno a las casas, regalándonos fronteras abiertas al crimen de las navajas, pistolas, puños de fierro, sus caras pintadas, su vestuario temeroso, sus ojos locos, dientes, patadas feroces de movimientos temerarios, sembrando el dolor y esos ‘hombres’ vestidos de guerra, fomentando ocupaciones y desahucios. Hay capas sociales cada vez más amplias, despreciadas, desatendidas, maltratadas a todas las edades y lo más grave, hay impunidad; desafían, sin querer definir su aterrador lenguaje, en siglos de historia. Nos encontramos soportando temperaturas de más de mil grados de explotación y especulación precipitándose sobre el mar, usurpando entre lenguas de fuego la dignidad reivindicativa en eco contra la explotación y, ocupación de tierras, culturas, fronteras. Gota a gota como un enjambre sobre el canto de la victoria del imperio anglosajón, pretenden amasarnos las fieras, como oferta en masa madre: dejen de joder, de entrometerse, donde nadie les llama y confiesen de una vez sobre qué pilares de clase sustentan los templos de guerra y ubican su absolutismo demócrata (de izquierdas). Sabemos que lo que estamos viviendo, no es leyenda, sino la más cruel realidad.

 

NOTA

 

(¡Bienvenido, Mister Marshall!!!)

 

Hoy, Rey de su corte -emérito- más descompuesto que la propia corrupción invade las cortes, e instituciones, que derivan recolectando al compás que ensalzando corruptos ¡Cuanta farsa en continente invade en contenido la ignorancia!!! Cuanto que consiente, porque de corrupción, institucionalizada vive… y cuantos a todas edades, que ni piensan ni presienten, lo que su estela súbita amanece enredándote e involucrándote, en el antojo de sus garras bélicas de rapiña que impone y asienta y descompone. Cuanto derroche cagándose, en el que padece, y no entiende y quiere saber y se revela contra, a los que a otros, les resbala encasillados “en que de política no entienden” soltándolo como bofetadas. Cuanto cauce sin río y cuanto río sin agua, cuanta tierra sin labrar, tan lejos de aquél mar y de aquél río; cuanta montaña segada y culebras de alquitrán; y cuantas “más medidas” más farsa, contra el calentamiento global. Cuanto que les sostiene como buitres de la especulación, contra la otra historia, ensalzando el golpe de estado golpeando nuestros días su legalidad vigente. Siguen distorsionando y cargando sobre el gran río de sangre fresco que les custodia en grito permanente, de legiones enteras explotadas, junto a poetas de su misma condición, como docentes labradores e ingenieros del verso, y la pedagogía, en filosofía científica resumiendo la palabra guerrilla, ajena a las guerras imperialistas y el crimen de los estados, involucrados, como la UE en Ucrania como en todo Oriente Medio y, del mismo modo que en siglos pasados, sobre África, Asia, América… Y es que tanta profundidad y riqueza educativa, claridad ideológica y vida entregada, no puede sumirse en la traición ni aceptación, de borrar su manantial de naturaleza íntegra de un soplido, en engaño reivindicativo: <<Los borbones a las elecciones>> aun siendo cierto su nombramiento a dedo y, la otra en pregunta, tanto o más aberrante: <<monarquía o República>>. Pretendiendo legalizar el tiro de gracia final, como colofón de historia, manipulando su legalidad y derecho inalienable (suspendido por las armas), el sufragio universal que la precedió y de todo control en nuestras manos, y consignas de la razón; donde una estrella roja y un nuevo puño emerja en su defensa en eco de ventanas, casas, calles y tejados agitando azoteas sobre los campos de batalla, iluminando siempre a los de abajo; ojalá, como dijo Eduardo Galeano, podamos ser desobedientes, cada vez que recibimos órdenes que humillan nuestra conciencia o violan nuestro sentido común.

 

PD.

 

El y la espía amparada por la ley de datos anda suelto como ojo supremo calculando victimas, le introducen en todo como sopa humeante sobre la mesa, entre las toallas de baño y armarios, acecha entre cortinas y hasta debajo de la cama otea, escruta entre mirillas y entre cajones. Pega el cante, téngalo en cuenta, su hedor es nauseabundo, cruel asesino esperando el momento oportuno tras la presa: los hay de todo tipo, disfrazadxs de Caudillo, Isabel la Católica, Hitler o Mussolini y similares agitadores unos, otros van de rojeras creando las condiciones para el reviente, que si dirigentes que si agentes, que si la paz de Roma, que si la guerra en Ucrania, todo por la vía hermana del escapulario morado con castañuelas de chivo, si cabra con trompeta y pandereta o cofradía de asunción redimiendo perdones. La canalla no descansa se ha colado como sombra fugaz camuflada –¿ésta gente que querrá… que llaman de madrugada?–. Mis vecinas Talía y Argi encienden todas las luces para intentar localizarlo: ¡Ya!, ya te he visto pendejo gusano; y, la veterana Argi, cogió la zapatilla… ¡¡zas!! lo estampa contra la pared; nos mira (un intruso menos), dijo, y se fue a dormir tranquila.

 

Maité Campillo (actriz y directora d` Teatro Indoamericano Hatuey)

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