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lunes, 21 de marzo de 2022

LAS PROMESAS NUNCA CUMPLIDAS AL PUEBLO SAHARAUI

 

LAS PROMESAS NUNCA CUMPLIDAS AL PUEBLO SAHARAUI

MIGUEL URBÁN

Imagen de archivo de dos hombres sujetando la bandera

del Frente Polisario en el Sáhara. AFP

"Sentimos vergüenza de que el Gobierno de España no solo haya hecho una mala colonización, sino una peor descolonización, entregando el territorio en manos de gobiernos reaccionarios como los de Marruecos y Mauritania. Sabemos que vuestra experiencia es la de haber recibido muchas promesas nunca cumplidas. No prometeros algo, sino comprometerme con la historia. Nuestro partido estará con vosotros hasta la victoria final". Estas eran las palabras de un joven Felipe González, pronunciadas desde los mismos campamentos de refugiados saharauis en Tinduf. Toda una declaración de intenciones que según llego el PSOE al gobierno serían una vez más "promesas nunca cumplidas". Y el "gobierno reaccionario de Marruecos" se convertirá desde entonces en un sólido aliado de los diferentes gobiernos socialistas.

 

"España cumplirá sus compromisos y deseamos proteger los legítimos derechos de la población civil saharaui[1]". Estas palabras las pronunció desde El Aaiún Juan Carlos de Borbón, como jefe del Estado en funciones, pocos días antes de que la marcha verde ocupara el territorio del Sáhara. Los compromisos españoles no eran otros que culminar el proceso de descolonización del Sáhara Occidental como exigía la ONU y el gobierno franquista se había comprometido a realizar. Quince días después del viaje de Juan Carlos a El Aaiún se celebró el llamado Acuerdo Tripartito de Madrid, el nombre simplificado de la Declaración de principios entre España, Marruecos y Mauritania sobre el Sahara Occidental, que serviría para justificar la entrega del territorio a Marruecos y Mauritania e intentar  liberar a España de sus responsabilidades como potencia colonizadora. La ocupación marroquí del territorio saharaui supone uno de los episodios más oscuros de la política exterior española sin la que no podemos comprender la Transición y la restauración borbónica. Una más de las promesas nunca cumplidas de las que el pueblo saharaui tiene una dolorosa y dilatada experiencia.

 

A pesar de los intentos de dar un barniz jurídico a la ocupación marroquí del Sáhara, la ONU nunca ha reconocido la validez de los acuerdos tripartitos de Madrid que se consideran ilegales. Lo que significa que, a todos los efectos, España sigue siendo hoy la potencia colonizadora y, por lo tanto, el Sáhara sigue siendo un territorio pendiente de descolonizar. Esto transfiere al Gobierno español una responsabilidad que ha sido sistemáticamente obviada en los últimos 46 últimos años, en los cuales se ha situado siempre del lado de la ocupación marroquí al defender públicamente una supuesta equidistancia entre las partes en conflicto. Pero en los hechos siempre decantándose por el ocupante y beneficiándose económicamente del expolio de los recursos de territorio ocupado.

 

Las promesas nunca cumplidas del gobierno español hacia el pueblo saharaui no solo han supuesto una violación flagrante de la legalidad internacional, sino también una guerra, miles de muertos, el desplazamiento forzoso de cientos de miles de personas y el dolor de un pueblo que sigue preso de una promesa de descolonización y de una ocupación criminal de su territorio. Una guerra que se interrumpió en 1991 gracias a un plan de paz supervisado por la Misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental (MINURSO). Que, como su propio nombre indica, tenia como misión la realización de un referéndum de autodeterminación para el Sáhara ocupado, más de treinta años después sigue sin llegar ante el silencio y la pasividad internacional en una nueva y vergonzante promesa nunca cumplida.

 

La última de estas promesas nunca cumplidas ha llegado en forma de carta esta misma semana. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha enviado una carta al rey Mohamed VI en la que asegura que la propuesta de un régimen de autonomía para el Sáhara que Marruecos hizo en 2007 es la propuesta "más seria, realista y creíble" para la resolución del conflicto. La posición la ha confirmado en una rueda de prensa el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, que ha usado esas mismas palabras respecto al plan de autonomía de Marruecos. De esta forma, el Gobierno español modifica su tradicional equidistancia publica de defensa de "una solución política, justa, duradera y mutuamente acordada en el marco de Naciones Unidas" para apoyar la propuesta de la autocracia marroquí para perpetuar la ocupación del Sáhara Occidental y que lleva tiempo apadrinada por el expresidente socialista Rodríguez Zapatero.

 

Esta nueva puñalada al pueblo saharaui se da en el contexto de la ruptura unilateral del alto al fuego por parte del gobierno marroquí en noviembre del 2021 en el paso del Gergerat; las tensiones regionales entre la monarquía alauita y Argelia con tambores de guerra resonando; las necesidades europeas del gas argelino ante la invasión de Ucrania; y el constante chantaje migratorio que tuvo su máxima expresión en mayo del año pasado cuando Marruecos dejó su tradicional papel de guardia de fronteras y miles de personas accedieron de forma irregular a Ceuta. En este contexto, el posicionamiento del Gobierno español no solo es una nueva traición al pueblo saharaui tomando partido por la autocracia marroquí, sino que además supone una decisión que desestabiliza aun más la región con consecuencias desconocidas.

 

La llegada del gobierno de coalición de PSOE y UP hace dos años no solo rompió la tónica monocolor del bipartidismo reinante durante cuatro décadas, sino que levantó también esperanzas de cambio en la política exterior española y, en concreto, en la asunción definitiva de una responsabilidad histórica con el pueblo saharaui que ni hoy ni nunca debería ser negociable. Sin embargo, por el momento la entrada de Unidas Podemos en el Consejo de Ministros no ha modificado un ápice la posición española cómplice con la ocupación marroquí; mas bien todo lo contrario. La asunción por parte del Gobierno de la propuesta de autonomía para el Sáhara no solo supone un espaldarazo a la autocracia alauita en su ocupación ilegal del territorio sino también el abandono de cualquier esperanza de un cambio desde el Consejo de Ministros. Estamos una vez mas ante una nueva promesa nunca cumplida.

 

[1] Barbulo, Tomas: "La historia prohibida del Sáhara Español." Península 2017 pp 289

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