B R U M A
Fragmento de
Sol de Sálgora
José
Rivero Vivas
José Rivero Vivas
SOL DE SÁLGORA – Obra: NL.18
(a.92) - Novela –
Ilustración de la
cubierta: Detalle, La torre roja de Halle.
Óleo sobre lienzo de Ernst
Ludwig Kirchner.
(ISBN: 978-84-16404-28-5) D.L. TF- 213 – 2015 –
Ediciones IDEA, Islas Canarias. (Año 2015)
_____________________________________
José Rivero Vivas
BRUMA
Sol
de Sálgora
(Fragmento:
Cap.
4; págs. 28-34)
_______________
Acacio se lamenta constante acerca de un grave problema que
tuvo, al cual no cesa de referirse, aunque nunca esclarece su naturaleza ni el
grado de afectación que lo atribula.
Así,
en el desarreglo de su causa triste, Acacio fue a residir en calle La Bondad,
ciudad de Sálgora, no lejos de su puerto, de primer orden, en el que hubo de
trabajar como aguador.
Nos
quedamos secos, decía compungido, por causa de este loco deseo de prender fuego
a las rocas, ya que no quedan bosques sobre la faz de la tierra. ¿Qué hacer
ahora? ¿Adónde vamos con la mala nueva?
Comprendemos que el agua es infinitamente necesaria; no
obstante, observamos que, inmersos en ella, prácticamente anegados, que es la
sensación que nos domina, después de años soportando la llovizna y la neblina,
el buen humor se acaba, o se esfuma, se irrita el genio, desaparece la cordura;
nos acucia la amargura, rebosamos melancolía y nos invade la tristeza.
Gritamos, entonces, cuando de conversación se trata, y queremos ahogar nuestras
penas en una jarra de cerveza. Es cuanto ocurre, al menos a quienes hemos
nacido en países de luz, de temperatura benigna e inclusive envueltos en cierto
grado de gratificante calor, y, por imponderables del destino, nos vemos
obligados a residir en zonas poco amables, como ocurre en este lugar de mi domicilio.
En
calle La Bondad no existen vecinos dispuestos a cumplimentar la norma impuesta
por los servicios urbanísticos de Sálgora, que tratan de reducir el caos global
aludiendo a simple desertización del medio en área próxima al municipio,
arropado tras la vara del alcalde, quien promociona impasible el acorde final
que concluye con el cierre de la Rosa de los Vientos.
No se trata de un fracaso, como de seguro han supuesto ustedes.
No es tampoco una frustración, porque nada más lejos de la intención de su
autor que buscar similitudes con la moda preponderante en la actualidad. Por
ello, me anticipo al presentador con el fin de hacerle entender su error al
considerar que mi escrito no es válido, por cuanto se aleja de la pauta marcada
por quienes son primeros en este deambular por las letras del universo, de la
nación, de la región, de la provincia, del país y aun del lugar que hoy
ocupamos, sin virtud ni oposición, sin examen ni cualificación que nos faculte
para el desarrollo de esta actividad, altamente estimada, y, sin embargo,
entorpecida en su curso por falta de espacio, libertad de movimientos y sincera
aceptación de su envoltura y concepto en estancia de variada tonalidad y plural
modo de su diversa escala.
-La preparé el otro día y no he vuelto a utilizarla.
-¿Qué haces hoy?
-Nada.
-Lo siento por los tres.
Cifras enteras establecen nuevo marco de negociación entre las
partes en litigio; de modo que, los accesos naturales quedan obstaculizados por
el ingrediente hallado luego de las pruebas realizadas esta misma noche, con
motivo del experimento llevado a efecto al caer la tarde.
Puesto que la operación ha sido practicada sin los instrumentos
quirúrgicos adecuados, el paciente se ha visto en la necesidad de colaborar con
el cirujano, lo que ha sido posible gracias a la mascarilla usada para soportar
los humos del director del hospital, que a buen seguro está todavía haciendo la
digestión de la barbacoa hecha en el jardín de su casa, soto llano y sencillo,
plantado de chopos y encinas alrededor, guardando la hermosa siembra que crece
pujante en el centro de la huerta.
La expectativa, sin embargo, no aparenta ser grata; el caso es
que el infante no desea sino partir, surcar los mares y cruzar el espacio rumbo
a una constelación por él imaginada. Su sueño es prefabricado, como en almacén
de muebles económicos y caros, modernos y de época; durmió profundo, la noche
del domingo, hasta que de pronto se despertó: secuencias de la película, vista
por la mañana, se le aparecieron en la oscuridad del cuarto, colmando su alma
de inaudito terror. Gritar era imposible; podría despertar a sus padres, que
acudirían solícitos en su auxilio, prodigándole mimo y consuelo. Así que, hubo
de callar y perseverar en su torturador silencio.
Los exámenes de fin de curso serán distintos a las anteriores
pruebas de capacitación; ello lo lleva a estudiar cada día más, aunque le
parece ridículo, pues, desecha libros que nunca se le ocurrió abrir, pese a que
la proyección del filme no fue apropiada ni mucho menos elegida entre las cintas
presentadas a premio cinematográfico.
*
Ahora
toca leer el expediente de Barbato, su otro hermano, quien suele multiplicar
por mil el dinero que hace en el comercio del agua. Este hombre piensa de su
negocio que, si gusta, bien; si no, lo lamenta, pero no se arrepiente de amasar
su ganancia. Es consciente de que su acción se valora por cuestión de simpatía,
como en el arte, que depende de la atracción que genere su autor, tanto como en
el deporte depende del ardor que muestre el campeón.
Acacio, por su parte,
se exime de hacer comentario al respecto. Sabe que este análisis de su hermano
Barbato es erróneo, tanto si es objetivo y sereno, cuanto si se halla teñido de
eufemismo y primor.
De aquí que el
expediente esté precisado de ser de nuevo elaborado, valiéndose de letra
granada, con caligrafía elegante y clara, de modo que pueda ser leída por
cualquiera que tenga interés en descifrar el intríngulis del escrito, llevado
que será a la estampa para distraer el tiempo de quien se encuentre abrumado
por el ocio.
Pero, vayamos por partes en este comentario, en absoluto
crítico, que arriesgo ante un público, sin duda, entendido, ilustre, docto y
sabio. En literatura no es cuestión de parecerse a..., de seguir por... ni de
refugiarse en..., sea obra, autor o simplemente moda impuesta a través de la
publicidad que una editorial ha propagado para éxito de su programa, lanzado
con fuerza a los cuatro vientos; así, el autor percibe, en el mercado, pingües
beneficios, lo cual reafirma la valía de su obra, que pasa a ser considerada
básica en el concierto nacional, cuya extrapolación futura logrará su
implantación allende nuestras fronteras, lo que mañana la convertirá en símbolo
y orgullo de consagrada creatividad. Es la finalidad de este acto, el objeto de
esta escena, la meta de este producirse en comedia, tratando de fortificar la
postura del privilegiado, del favorecido por el establishement cultural,
para quien la crítica aboga por el apoyo que proporciona al petauthor de
turno. Así me lo dijo aquel galés, que se pasaba el día girando en Oxford
Circus, mientras gritaba: I am the best. Intrigado por su
actitud, le pregunté por qué reivindicaba su ser único. El individuo me miró extrañado por
mi nulo conocimiento de la causa por la cual se comportaba de la suerte; suspiró
paciente, esgrimió ante mis ojos una cuartilla llena de versos y, resignado,
musitó: No llego a escribir como mi paisano Dylan.
__________________
José
Rivero Vivas
BRUMA
Sol de Sálgora
(Fragmento:
Cap. 4; págs. 28-34)
_______________
José Rivero Vivas
SOL DE SÁLGORA – Obra: NL.18
(a.92) - Novela –
Ilustración de la
cubierta:Detalle, La torre roja de Halle.
Óleo sobre lienzo de Ernst
Ludwig Kirchner.
(ISBN:
978-84-16404-28-5) D.L. TF- 213 – 2015 –
Ediciones IDEA, Islas Canarias.
(Año 2015)
_________________________________
Tenerife
Islas Canarias
Febrero de 2022
___________
No hay comentarios:
Publicar un comentario