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lunes, 3 de enero de 2022

LA DESFACHATEZ DE ESTADOS UNIDOS

 

LA DESFACHATEZ DE ESTADOS UNIDOS

ARTHUR GONZÁLEZ.

Estados Unidos conforma matrices de opinión negativas contra aquellos que desafían su política imperial y no se dejan someter a sus designios, como es el caso de Cuba.

Por esa razón, Washington lleva 62 años mintiendo sobre la realidad cubana y para ello ha reclutado y comprado a periodistas, editores de importantes medios de comunicación, cineastas y escritores, con el fin de que reflejen en sus artículos una situación caótica en la Isla, nación que no se rinde a pesar de estar sometida a la criminal guerra económica, comercial y financiera más larga de la historia humana.

 

En este tiempo, el llamado país de la “libertad y la democracia”, no ha dejado de ejecutar siniestros planes de terrorismo, introducción de plagas y enfermedades, reclutar a mercenarios para asesinar a dirigentes, obreros, maestros y campesinos cubanos, colocar bombas en cines, teatros, escuelas y centros comerciales, con la mal sana intensión de sembrar muerte y terror en el pueblo.

 

Nada de eso ha disminuido el apoyo mayoritario a la Revolución, que resiste estoicamente las macabras pretensiones de Lester Mallory, subsecretario de Estado, cuando en abril de 1960 afirmaba: “El único medio previsible que tenemos hoy para enajenar el apoyo interno a la Revolución es a través del desencanto y el desaliento, basado en la insatisfacción y las dificultades económicas, a fin de causar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno”.

 

Ante el desafío cubano de continuar con su sistema socialista, Estados Unidos desata su furia con mentiras, como la más reciente campaña comunicacional de que Cuba encarcela a niños, a partir de los disturbios estimulados por las redes sociales el pasado 11 de julio 2021, donde algunos menores ejecutaron actos terroristas contra la policía, saquearon centros comerciales y otros delitos.

 

Esos comisores fueron detenidos y enviados a centros para menores y escuelas de conducta, pero no a cárceles de adultos como sucede en los Estados Unidos. Sin embargo, como parte de la campaña mediática, sus medios de prensa divulgan que “La represión cubana llega a un nuevo nivel: encarcelar a menores disidentes”, algo totalmente falso, primero por no ser disidentes y segundo que los hechos delictivos cometidos fueron grave y presentados en la TV nacional.

 

Para alimentar su campaña, el subsecretario de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento, Brian A. Nichols, declaró: “Más de 150 cubanos pueden pasar los próximos 25 años en la cárcel, condenados en juicios simulados entre el 13 y el 24 de diciembre”.

 

Cinismo sin límites de Estados Unidos, al ser ellos el único país del mundo que condena a menores de edad a cadena perpetua, donde actualmente hay 3.000 de ellos sancionados, sin esperanza alguna de lograr una libertad condicional y se harán hombres y mujeres encerrados de por vida en prisiones junto a adultos.

 

Otro tanto hacen con los niños migrantes que llegan a la frontera norteña, solos o junto a sus padres, donde son separados y enviados como animales a centros de reclusión con condiciones muy difíciles, realidad expuesta en una investigación efectuada por periodistas de la cadena BBC, los cuales denunciaron que Estados Unidos posee un amplio complejo de centros de detención para esos niños, repartidos por todo el país, donde se encuentran recluidos más de 20.000 menores.

 

En Texas crearon enormes carpas diseñadas para encerrar, supuestamente, a250 personas, pero realmente tienen hoy más de 4.000, lo que desborda las capacidades del diseño y por tanto la vida de esos niños se hace muy difícil, física y emocionalmente. 

 

Esos niños son amontonados en locales con temperatura fría, muchos se enferman con virus respiratorios y contagian a los demás, unido a los piojos ante falta de higiene, al no tener posibilidades de bañarse diariamente, verificado en entrevistas a trabajadores de esos centros y a los propios niños, quienes relataron que por las noches, el llanto de los menores es el único sonido de esas prisiones improvisadas, incluido el de bebitos de dos años o de un año y medio, porque quieren estar con sus madres, de los que los separaron inhumanamente.

 

Esa realidad violatoria de todos los derechos humanos es omitida por el subsecretario Brian A. Nichols, y lo mismo hace la plataforma Change.org. fabricada solo para acusar falsamente a Cuba.

 

¿Por qué no hay denuncias contra Estados Unidos ante esa realidad que viola los derechos de los niños? ¿Dónde están los preocupados por los D.H. de Cuba, que no acusan a los yanquis de las condenas a cadena perpetua de menores estadounidenses?

 

Estados Unidos juzga a niños de solo 13 años como si fuesen adultos y enviados a cárceles sin tener en cuenta su edad, donde son víctimas de abusos sexuales y violencia física.

 

En ese país, que tanto se “preocupa” por Cuba, han sido ejecutados 365 menores de edad, 22 de los cuales después de 1985, año en que el Tribunal Supremo decidió poner fin a la pena de muerte de menores, instaurada a nivel federal a inicios del siglo XX.

 

¿Por qué el Departamento de Estado no reclama una reforma del sistema jurídico estadounidense y apoya las críticas sobre el mismo, incluida la realizada recientemente por la Organización de Naciones Unidas, por ser Estados Unidos el único país que sanciona a cadena perpetua a sus menores?

 

Por esa y otras razones Bárbara Walter, académica de la Universidad de California de San Diego, politóloga y consultante de la CIA y de la Political Instability Task Force, desmonta el mito que los Estados Unidos son una democracia, y los categoriza como una anocracia, condición intermedia entre democracia y autocracia.

 

Para dicha académica su país es “una vulgar plutocracia, el gobierno de los más pudientes, que sería todavía mejor definida, en su fase actual, como una ciberbancocracia, donde predominan los giga bancos, que controlan las joyas tecnológicas digitales de Wall Street y Silicón Valley”.

 

Esa triste realidad, la ocultan quienes pretenden satanizar a Cuba que tanto hace por sus niños, porque como aseguró José Martí:

 

“Los niños son la esperanza del mundo”

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