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martes, 7 de diciembre de 2021

VACUNARSE O NO JUGAR: EL DILEMA DE LOS DEPORTISTAS ANTIVACUNAS

 

VACUNARSE O NO JUGAR: EL DILEMA DE 

LOS DEPORTISTAS ANTIVACUNAS

Estrellas de diferentes disciplinas como Novak Djokovic, Kyrie Irving o Joshua Kimmich se pueden perder importantes competiciones o sufrir fuertes sanciones económicas por ser reacios a ponerse la vacuna contra la covid

RICARDO URIBARRI

El debate a nivel mundial sobre las restricciones que las autoridades imponen a las personas que deciden no vacunarse contra la covid-19 está afectando también al deporte y las consecuencias a las que se exponen los que se niegan a dar ese paso pueden ser muy perjudiciales para ellos. En esa circunstancia se encuentran estrellas tan destacadas como el tenista Novak Djokovic, el baloncestista Kyrie Irving o el futbolista Joshua Kimmich, a los que su decisión les puede suponer no poder participar en competiciones importantes y perder elevadas cantidades de dinero. Otros que seguían sus pasos han terminado cediendo ante esos riesgos. Ellos, por el momento, siguen firmes en su postura.

 

Djokovic tiene el próximo mes de enero la oportunidad de convertirse en el tenista con más Grand Slam ganados. Lo conseguiría si vence en el Abierto de Australia, que sería el décimo para él y el número 21 de los cuatro torneos más grandes, dejando atrás a Rafa Nadal y Roger Federer, que tienen 20. Pero el serbio puede perderse esa oportunidad histórica debido a que el estado de Victoria, al que pertenece la ciudad de Melbourne, donde se celebra el evento, exige a los jugadores que vayan a participar la doble pauta de vacunación. Ni siquiera el hecho de perder al actual número uno del mundo, lo que supondría un varapalo para el torneo, ha hecho que se relaje la medida, que también afectará al personal que trabaje en el recinto y a los aficionados que acudan a verlo. El máximo responsable del Gobierno de Victoria, Daniel Andrews, ha declarado que “al virus no le importa tu ranking ni cuantos grandes hayas ganado. Es completamente irrelevante. Necesitas estar vacunado para protegerte a ti mismo y a los demás”.

 

Novak, que pasó el coronavirus en junio de 2020, ha dejado clara su postura al respecto en varias ocasiones. El pasado año manifestó que “personalmente estoy en contra de la vacunación y no me gustaría que alguien me obligara a vacunarme para poder viajar”. En otra declaración más reciente hacía referencia concreta a los perjuicios que pueden sufrir los que no quieran ponerse la vacuna: “No se puede discriminar a alguien que decide por sí mismo si quiere vacunarse o no. Estoy muy decepcionado con la sociedad mundial en este momento y la forma en que los medios de comunicación transmiten y presionan a todas las personas”. Pese a estas afirmaciones, él no ha querido confirmar ni desmentir si se ha administrado alguna dosis. “Es una decisión privada e íntima y no quiero entrar en el juego de a favor o en contra de las vacunas que los medios están creando”.

 

Se calcula que solo el 70% de los tenistas del circuito ATP se ha vacunado

 

Su padre dejó entrever hace unos días que muy posiblemente el tenista balcánico no acudirá a Australia. “Él quisiera jugar allí con todo su corazón, porque es deportista. Nosotros también lo quisiéramos. Pero bajo estos chantajes y condiciones posiblemente no lo hará. Yo no lo haría. Y él es mi hijo, pues la conclusión se puede deducir”. Siendo el caso de Djokovic el más llamativo, por ser quien es, hay más tenistas que se encuentran en la misma situación. De hecho, se calcula que solo el 70% de los tenistas del circuito ATP se ha vacunado. Otro de los que ocupa uno de los primeros puestos del ranking, el griego Tsitsipas, parece haber modificado su postura de hace unos meses, cuando dijo que “la vacuna no se ha probado lo suficiente y no veo la necesidad que alguien de mi edad se vacune”, ya que hace poco señaló que lo haría “este año”. Tampoco se sabe qué pasará con el ruso Medvedev, número dos del mundo, que no ha querido aclarar si se ha vacunado o no, aunque ha manifestado su deseo de competir en Australia.

 

 

Hasta siete bajas relacionadas con el virus tuvo el Bayern alemán en el partido de Champions que le enfrentó al Dínamo de Kiev. Dos de ellas eran por contagio, pero otros cinco jugadores, Kimmich, Gnabry, Choupo-Moting, Musiala y Cuisance, tampoco pudieron jugar por tener que guardar cuarentena al ser contactos estrechos de los anteriores y no estar vacunados. Agarrándose a una ley establecida el pasado 1 de noviembre por el estado de Baviera, donde se ubica Múnich, que permite recortar el sueldo a los trabajadores en caso de que tengan que someterse a una cuarentena por no estar inmunizados, el club ha decidido quitar a los jugadores citados una parte de su sueldo proporcional a los días que han estado de baja y que no ha podido contar con ellos.

 

El Bayern de Múnich ha decidido quitar a los jugadores citados una parte de su sueldo proporcional a los días que han estado de baja

 

Uno de ellos, Kimmich, referencia indiscutible del equipo, ha tenido que pasar dos cuarentenas consecutivas, de siete días cada una, y hace unos días ha terminado por dar positivo, lo que le tendrá dos semanas más de confinamiento. Teniendo en cuenta que su sueldo anual es de 20 millones de euros brutos, la rebaja que va a sufrir es de 384.000 euros semanales, es decir, más de un millón y medio de euros en total. Esa amenaza ha surtido efecto en dos de los que se resistían a dar el paso, ya que Gnabry y Musiala se han puesto finalmente la vacuna hace unos días. Kimmich no cambia, de momento, su idea: “Sigo teniendo mis reservas hasta que no haya estudios a largo plazo. Creo que debe respetarse mi postura, especialmente si te ciñes a las medidas de higiene, pero eso no significa que sea un negacionista. No digo categóricamente que no me vacunaré, pero a menudo tengo la sensación en nuestra sociedad de que, si no estás vacunado, de alguna manera te tachan directamente”.

 

Es cierto que el número de futbolistas que se resisten a ponerse la vacuna es cada vez más pequeño, aunque sigue habiendo diferencias significativas entre países. En Italia, el porcentaje de vacunación entre jugadores y entrenadores es del 98%. En Alemania es también muy alto, del 94%. Sin embargo, en la Premier League inglesa el porcentaje de los que han recibido las dos dosis estaba hace unas semanas en el 68% y en la liga argentina apenas el 16% tenía la pauta completa en octubre. En España, la Liga de Fútbol Profesional no ha facilitado ese dato a este medio. El FC Barcelona anunció en el pasado mes de septiembre que el 99,9% de sus deportistas estaban vacunados.

 

El porcentaje en la NBA, la liga estadounidense profesional de baloncesto, es también muy elevado, de un 96%, faltando, según los últimos datos conocidos, apenas 25 jugadores sin vacunarse de un total de 450. Entre los que se oponen está Kyrie Irving, base de los Brooklyn Nets, que ha justificado así su decisión: “Me voy a mantener firme en lo que yo creo. No tiene que ver con ser antivacunas o estar en un lado u otro. Es sentir que de verdad estás haciendo lo que es mejor para ti. Si voy a ser demonizado por hacer más preguntas y tomarme mi tiempo para decidir, pues es lo que hay. Estoy del lado de quienes han perdido sus trabajos por este mandato y estoy del lado de quienes han elegido vacunarse y han elegido estar a salvo. Apoyo y respeto la decisión de todos. No he hecho daño a nadie ni he cometido ningún crimen. Esta es mi vida y me están diciendo lo que tengo que hacer con mi cuerpo. Esto tiene que ver con todo lo que está pasando hoy en día en el mundo. Y estoy metido en algo que es mucho más grande que el baloncesto. Nadie va a secuestrar esta voz”.

 

Estados como Nueva York o San Francisco impiden jugar en los pabellones a los jugadores que no tengan puesta la vacuna

 

Esta postura le está ocasionando importantes consecuencias, debido a que estados como Nueva York, donde juega su equipo, o San Francisco, impiden jugar en los pabellones a los jugadores que no tengan puesta la vacuna. Los Brooklyn podría haberle utilizado cuando ejercieran como visitantes, pero en octubre anunciaron que le apartaban del equipo “hasta que sea elegible para estar disponible en todos los partidos”. Además, la NBA decidió que no se pague a los jugadores el 91,6% de su salario por cada partido que se pierdan por culpa de no estar vacunados, una medida a la que se opone el sindicato de jugadores, de la que Irving es vicepresidente.

 

Si finalmente esa medida se llevara a efecto, las pérdidas para el jugador serían millonarias. Dejaría de ganar 381.181 dólares por partido, lo que supondría una suma total de 17,5 millones de dólares (solo por los partidos de la fase regular) si no se vacuna en todo el año. Además, de prolongarse esa situación, los Nets ya no le ofrecerían una extensión de contrato por la que podría asegurarse 186 millones de dólares. “Sé las consecuencias financieras que tiene mi decisión”, ha reconocido Irving. Este riesgo hizo que otro conocido jugador que también se había significado en contra de las vacunas, Andrew Wiggins, cediera en su postura, ya que pertenece a Golden State Warriors, equipo con sede en San Francisco, por lo que se veía en la misma tesitura. “No es algo que quisiera hacer, sino que de alguna forma me veo obligado. Era vacunarse o no jugar”, ha explicado.

 

El perjuicio que ocasionan esas ausencias a los clubes se está traduciendo en que éstos tomen medidas de presión a posteriori

 

Ninguna de las grandes competiciones en el mundo prohíbe participar a un deportista que no se haya vacunado, pero las medidas restrictivas tomadas por algunos gobiernos provocan finalmente el mismo efecto, el que no puedan tomar parte en ellas. El perjuicio que ocasionan esas ausencias a los clubes que pertenecen, cuando se trata de deportes de equipo, sí se está traduciendo en que éstos tomen medidas de presión a posteriori, como pueden ser las sanciones económicas, para incitarles a que cambien su postura, algo que no siempre tiene resultado, como se está comprobando. Tampoco parecen tener efecto las recomendaciones que las autoridades hacen a estos deportistas bajo el argumento de que son referentes públicos seguidos por millones de personas. El ministro del interior alemán, Horst Seehofer, por ejemplo, dijo públicamente a Kimmich: “¡Piénsalo de nuevo y vacúnate! Eres una personalidad y un modelo para seguir. Si te vacunas, otras personas dirán ‘yo también lo haré’”.

 

En un momento en el que cada vez hay más empresas en el mundo que imponen a sus trabajadores la vacunación, cabe preguntarse qué postura tienen que tomar los clubes y los organizadores de eventos deportivos en los lugares que no están sujetos a restricciones políticas relacionadas con este asunto. ¿Deben obligar a los deportistas a estar inmunizados o debe primar la decisión individual de cada persona sin que su decisión tenga consecuencias laborales?

 

Quizá el mejor resumen de la compleja situación que se está viviendo en muchos vestuarios es lo que dijo Thomas Muller, compañero de Kimmich en el Bayern, sobre la postura de éste: “Es una fina línea. Una discusión moral o ética. La decisión es entendible desde un punto de vista humano. Como amigo, creo que es una decisión aceptable. Pero como compañero de equipo, la vacunación sería lo mejor”.

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