PORRAZOS
AIZPURUA tar JOSU Mª
Y hablo de oídas,
pues nunca me dieron uno, (hacía los 100 m. en 11 segundos). Pero he visto
masacrar a golpes entre varios “valientes” que solo tenían odio y nada de
profesionalidad. Es la hora de acabar con ello.
Los últimos fusilados del franquismo, lo fueron por pelotones de “voluntarios”: ¿qué pudo motivarles a voluntarios para fusilar a un joven idealista como Txiki, que murió cantando el himno de los gudaris vascos aun nacido extremeño? Lo recuerdo en los cursillos de formación y nunca podré olvidarle, ni agradecer su ejemplo y generosidad para con sus vecinos. Apenas dos años después, muerta la bestia fascista, los “jefes” de Txiki circulaban libremente. Nadie se responsabilizó de aquella salvajada.
Ha pasado mucho
tiempo, pero, la DEMOCRACIA, no consigue sitio en el 2021 del Estado78.
No se entienden sus
conceptos básicos, lógico, pues la dirigen las gentes procedentes del
franco-fascismo, que odiaron desde niños esa democracia judeo-masónica propia de
europeos cobardes que envidiaban la sana doctrina del Caudillo.
Al que se sale del
tiesto: leña.
Es la consigna que reza en los cuarteles y
comisarías, y lo peor del caso es que el agente de base tiene en sus manos la
porra y los criterios de utilización. Seguramente ni sabe por qué unos
ciudadanos libres se unen para reivindicar derechos, presentes o futuros, que
personas de gran preparación intelectual han decidido reivindicar ejerciendo su
libertad de expresión y manifestación. Pero al porrista corresponde
decidir si arremete a porrazos o no.
Este concepto es
intolerable, y ver su ejercicio; lamentable. Qué honorables ancianos se vean
aporreados por un uniformado las más de las veces poco documentado, y ver como
su rabia va en aumento y golpea en las cabezas, es algo inasumible y lo hemos
visto en la TV los que hemos querido mirar. Los porrazos a los catalanes; no
los olvidaremos ni su “a por ellos oé”.
Europa de UE 2021, señores: ¿no se dan por enterados?
Esa ligereza de
porra debe terminarse, encauzarse y fijar bases para su desaparición. Su
ejercicio es vengativo y germen antidemocrático. No hay una mayor dignidad en
el porrista que en el manifestante, y la UE lo recordará en su momento al
porrista de rodilla sonrosada frente al manifestante Alberto, hoy representante
del Congreso expulsado por la palabra de un porrista amparado en el concepto
erróneo judicial y policial. DEMOCRACIA.
Los derechos y
libertades de un ciudadano, no se alteran por qué decida unirse a una
manifestación, y nada hay (democrático) que permita a un porrista
atacarlo. Los jueces decidirán si el manifestante está usando adecuadamente sus
libertades o se excedió, pero el criterio del porrista no puede anularlas y
menos agredir a quien expresa su concepción en uso de su libertad.
Estas fuerzas de
intervención anti-manifestación encubren a partidarios de un concepto erróneo
de la libertad y la democracia, y no son el sentir común de los cuerpos,
si no de los voluntarios de aporrear, ¡vaya usted a saber por qué! Pero por
nada que apuntale la Democracia ni la armónica convivencia social.
El respeto, la
igualdad, la libertad y la democracia están reñidos con que un uniformado te
pueda aporrear en la manifestación.
Debe terminarse el
concepto falso de prevalencia del porrista sobre el manifestante; ni jurídica,
ni interpretativa, ni física, pues si para entrar en un domicilio se necesita
orden judicial, para aporrear, aún es más evidente su necesidad.
A un grupo de
protesta enfrentarlo con uno especializado de porristas, es fomentar la
violencia innecesaria.
¿Son trabajadores
de uniforme o fuerzas represivas? Que la sociedad decida.
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