MISAS POR FRANCO EN MOVISTAR+
ANÍBAL MALVAR
Imagen de una misa en honor a Franco celebrada en Madrid en el año 2015
Me sucede cada vez que se acerca el 20-N por la autopista cruel del calendario. Vagabundeo de iglesia en iglesia, de catedral en humilde parroquia, en busca de un programa de mano, de un fotograma que me indique si en el templo en cuestión se celebrará uno de esos emotivos homenajes a Francisco Franco que tanto gustan a nuestra jerarquía eclesial. Y nada. Ni un ápice de publicidad. Ni un cartelón del generalísimo degollando herejes, cual Santiago Matamoros. Pareciera que nuestros sacristanes y obispos se avergüencen de sus querencias ideológicas. Y así no me extraña esta crisis de vocaciones que sufren los seminarios vacíos. Yo, de hecho, este sábado no iré a misa, pues ningún templo me garantiza un espectáculo franquista como dios manda. Un alma más que han extraviado.
Me entero por este periódico de
que la Fundación Nacional Francisco Franco sí ofrece una guía, una cartelera
con lugares y horarios para ir a rezar por el dictador y por José Antonio Primo
de Rivera. Alguien le tenía que hacer el trabajo sucio a nuestros perezosos
curitas. La Conferencia Episcopal pone la hostia de perfil: "No son un
homenaje", sino una simple celebración de difuntos. Se pueden encargar en
honor a cualquier persona con la unica condición de que haya muerto. Si yo
fuera periodista, y no un aleve vate vago, me acercaría a la iglesia de mi
pueblo a encargar una misa por el alma de Adolf Hitler, a ver qué me dice mi
párroco. En Alemania no estaría bien visto.
Y eso que el Vaticano apoyó
fervorosamente tanto a Franco como a Hitler y Mussolini. En Alemania, como
pierden el tiempo investigando aquellas cosas, está muy documentada la
persecución y muerte de cientos de sacerdotes antinazis. Los curas se delataban
entre ellos, y se ejecutó una razzia de sotanas muy organizada y aseadita. No
sé si en Italia ofician alguna misa por el alma de Mussolini. Lo dudo. Y es que
hay extraños países, seguramente poco cultivados, que se avergüenzan de ciertos
episodios de su historia.
Asisto estupefacto y divertido al
polémico debate que han suscitado los humoristas Bob Pop y Facu Díaz, que nos
han desvelado epifánicamente que en Movistar+ también celebran sus misas
franquistas a escondidas. Nos vienen a decir Bob y Facu que en la modernuqui
cadena televisiva de pago no se pueden hacer chistes sobre Franco, sobre Vox,
sobre la iglesia ni sobre la monarquía. "Los que hemos trabajado ahí, y
los que trabajan ahí, saben perfectamente que muchos chistes de Vox mueren en
los despachos de Movistar+, mientras que puedes decir Coletas, rata 45
veces", ha denunciado Facu. Y hay que poner en valor esta denuncia, pues
el cómico se ha cerrado muchas puertas profesionales solo por el hecho de
elevarla. Y lo sabe. Chapeau.
A su manera, nuestros grandes
medios de comunicación se comportan como la iglesia, con la única diferencia de
que unos exaltan el fascismo desde el altar y otros desde la censura en los
consejos de redacción.
No estaría de más que Movistar, o
cualquiera de nuestras cadenas generalistas, o todas a la vez, nos
retrasmitieran este 20-N una de esas misas en honor a Franco, con dos
sacristanes en el VAR para revisar las frases más polémicas de la homilía. Y,
en vez de ojo de halcón, se pone el que le quedaba a Millán Astray.
Uno percibe que Franco ha
sobrevivido mejor en los templos y en los medios de comunicación que en la
sociedad española, donde le quemaría tanto aire libre. Y quizá también
sobreviva bastante en un Ministerio de Justicia incapaz de actuar contra estas
ceremonias de exaltación del crimen y la muerte, pues desde Mariano Rajoy nadie
ha puesto un duro para aplicar con sensatez nuestra paticorta ley de memoria
histórica. Que dios vaya con vosotros, hermanos. Yo prefiero quedarme a mi
bola.
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