CASADO SE VA DE CURAS
DAVID TORRES
Con su lucidez habitual, Pablo Casado ha dado una nueva interpretación al dicho "no enterarse de la misa la media". Efectivamente, el pasado sábado no tenía otra cosa mejor que hacer que acudir a la iglesia del Sagrario en Granada, donde se celebraba una ceremonia religiosa por el alma de Francisco Franco, Antonio Primo de Rivera y otros ilustres matarifes de la Guerra Civil. Aunque la Fundación Francisco Franco ha agradecido la presencia del jefe de la oposición, la prensa amiga se ha apresurado a señalar que Casado no sabía dónde se estaba metiendo, una línea de defensa arriesgada pero coherente con la trayectoria del personaje. Del mismo modo, sin enterarse de nada, se sacó Casado dos carreras y un máster.
En cualquier caso,
resulta extraño meterse en una iglesia el 20-N, aniversario de la muerte de
Franco, ver las banderas con el pollo, los brazos en alto, y tragarse la misa
entera sin parpadear. Con el despiste que lleva encima Casado, a lo mejor se
pensó que era una misa rociera o que el cura era fan de Franco Battiato. A lo
mejor se pensó que después del Cara al sol que se marcó el personal a la salida
de la iglesia, con saludo hitleriano incluido, luego iban a cantar Cuccurrucucù
y Yo quiero verte danzar. Por pocas luces que se dispongan, cualquier español
sabe que lo que se celebra el 20 de noviembre es el Día de la Bestia, la
defunción oficial del mayor genocida de nuestra historia, un auténtico
Anticristo al que habría que consagrar misas negras. A Casado le faltó un pelo
para hacer un guiño al bueno de José María, "satánico y de
Carabanchel", y declararse "católico y de Aravaca".
El tropezón
franquista de Casado se suma en poco más de una semana a su pintura de los
agricultores levantándose a ordeñar a las cinco de la mañana y a sus hilarantes
explicaciones de cómo la energía solar no puede funcionar de noche. Entre
labriegos estrujando azadones a ver si sacan una gota de leche y astronautas
que viajan al sol cuando está apagado se va haciendo la carrera política de
Pablo Casado, un hombre que con su manía de protagonizar chistes está dejando
sin trabajo a los humoristas. De haber estado vivo Agustín de Foxá (aquel señor
que se declaraba de derechas porque siendo rico, aristócrata y gordo tampoco
podía ser otra cosa) probablemente habría dicho de Casado lo mismo que dijo de
un ministro de Exteriores muy beato que llegaba tarde a una reunión: "Se
habrá ido de curas".
De todos modos,
tampoco se entiende muy bien que Casado prefiera pasar por tonto antes que
pasar por franquista, después de haber visto el blanqueamiento sistemático del
fascismo en la prensa española y lo bien que queda el aguilucho en las fotos. A
estas alturas, cuando la guerra ideológica entre Vox y el PP consiste en ver
cuál de los dos es más facha, es posible que el despiste eclesiástico de Casado
haya resultado un gol por toda la escuadra. A ver quién se atreve con lo de la
derechita cobarde ahora. No olvidemos tampoco aquel sabio consejo de Foxá:
"Implantemos el fascismo en España y vayámonos a vivir a cualquier otra
parte".
Ja, ja... Anghel Morales García: tienes más guasa que la que se le atribuye a los de Lepe (que por cierto, en el año y medio que he vivido en La Antila, no la he visto / la guasa, por ningún lado).
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