LAS PELIGROSAS AMISTADES DE PABLO CASADO
JUAN TORTOSA
El líder del PP,
Pablo Casado, y quien fuese su mentor, el ex presidente José María Aznar (d),
saludan al presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno (i), a su llegada
a la convención nacional del partido que tiene lugar hoy en Sevilla. EFE/Julio
Muñoz
Cada vez que monta un circo le crecen los enanos, aunque tanta salida de tono junta no puede ser una casualidad. Más que para reforzar su posición, las "estrellas" que a lo largo de la semana que ahora acaba han ido interviniendo en la convención itinerante del Partido Popular parecen haber sido elegidas para dinamitarla.
El primer tiro en
el pie de Pablo Casado lo disparó un resucitado Mariano Rajoy el lunes en
Santiago de Compostela cuando vino a reconocer que la corrupción (algo con lo
que, como es bien sabido, él no tuvo nada que ver) está en el origen del
crecimiento de lo que llamó "partidos populistas y partidos contagiados
por los populistas".
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El martes 28 en
Valladolid Vidal Quadras, fundador de Vox tras abandonar el PP en 2014,
reapareció en la convención de su antigua casa para insistir en las tesis que
en su día le hicieron marcharse: "Cuando todavía escucho a destacados
dirigentes del PP afirmar que el Estado de las autonomías es la historia de un
éxito –dijo-cuesta sobreponerse al estupor, a estas alturas de la historia, de
semejante ceguera".
Ciego no sabemos
pero sordo desde luego sí que pareció Casado ante "semejante
cuestionamiento" de la Constitución. Permaneció tan impasible y se quedó
igual de callado que este verano en Ávila, en otro cónclave pepero, cuando
Ignacio Camuñas, también fundador de Vox, proclamó que "lo que ocurrió en
el 36 no fue un golpe de Estrado" y a continuación se despachó a gusto
proponiendo la desaparición de los partidos autonómicos del Congreso de los
Diputados e instando a Casado a conseguirlo cambiando la ley de Régimen
Electoral apenas el PP vuelva al gobierno: "Es muy fácil, Pablo, solo
tienes que añadir un parrafito en la ley de Régimen Electoral, artículo 5-6
creo que es, luego te lo digo. Para hacerlo basta con 176 votos".
Suma y sigue: el
miércoles en Madrid el as en la manga del día fue Nicolas Sarkozy, a quien
Pablo Casado presentó así: "Lo que queremos hacer es tomar los buenos
ejemplos de gestión –dijo sin pestañear mientras miraba arrobado al ex
presidente francés-, los buenos ejemplos siempre basados en los principios y
valores compartidos…". 24 horas después, un tribunal francés hacía pública
la condena de un año de cárcel contra semejante adalid de "los buenos
ejemplos" por financiación ilegal de la campaña electoral del 2012. A
partir de ahora tendrá que llevar durante ese tiempo un brazalete electrónico
que monitorice sus movimientos. Aunque se libre de la cárcel, con esa medida
queda señalado como un delincuente. Se trata de la segunda sentencia de cárcel
en los últimos siete meses contra Sarkozy, que ya fue condenado a tres años de
prisión –uno de ellos, firme– por haber intentado corromper a un juez en otro
asunto judicial. "Principios y valores compartidos", ¡qué estupenda
ocasión para permanecer callado desperdició una vez más el líder del PP!
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Por si no era
suficiente el jueves, en Sevilla, José María Aznar y Mario Vargas Llosa
elevarían un poquito más el listón de los desafueros. El primero mofándose del
presidente de México: "Dice usted que España tiene que pedir perdón… y
usted cómo se llama? Andrés Manuel López Obrador, ¿Andrés por parte de los
aztecas, Manuel por parte de los mayas? ¿y López qué es, una mezcla de ambos?,
¿y Obrador? Y remató: ¡Hombre, es que es que si no hubiesen pasado algunas
cosas, perdone, usted no estaría ahí!".
El festival de
despropósitos sevillano lo cerró un Vargas Llosa cada vez más desmelenado y con
menos filtros, si es que alguna vez los tuvo: "Lo importante de unas
elecciones –se despachó el insigne Nobel- no es que haya libertad en esas
elecciones, sino votar bien y votar bien es algo muy importante porque los
países que votan mal como ha ocurrido con algunos países latinoamericanos lo
pagan caro; entonces no hay que engañarse, las elecciones libres son muy
importantes pero también es muy importante que quienes votan voten bien. Votar
bien no es fácil".
Según aseguran en
el partido, el objetivo de Casado con esta convención era "ensanchar al PP
a su izquierda y derecha". Menos mal. No quiero imaginarme quiénes habrían
sido los invitados ni qué cosas hubiéramos llegado a oír si solo se hubiera
propuesto ensanchar por la derecha.
Vas a ser un buen
presidente, le dijo Aznar, vas a gobernar bien, le aseguró Sarkozy, te votaré,
le prometió el novelista peruano, dentro de poco habrá que cambiar otra vez la
ley de pensiones, supongo que la tendrás que cambiar tú, le advirtió Rajoy.
Igual te hacen otra huelga, añadió este, pero es que no te va a quedar más
remedio.
También se han
deshecho en halagos Donald Tusk, ex primer ministro de Polonia y del Consejo
Europeo, o Anders F. Rasmussen, ex secretario general de la OTAN y ex primer
ministro danés. Este domingo cierra en Valencia Sebastian Kurz, que consiguió
ser canciller de Austria gracias al apoyo de la ultraderecha.
Menos mal que el
volcán de La Palma le ha robado protagonismo mediático en las escaletas de
radio y televisión y en las primeras páginas de los periódicos porque con
amigos así, ¿para qué quiere Casado enemigos, no te parece, Isabel D. Ayuso?
J.T.
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