EMBELESO José Rivero Vivas

EMBELESO

José Rivero Vivas

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San Andrés

Tenerife

Islas Canarias

Julio de 2021

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José Rivero Vivas

EL HÉROE DE VALAMOR – Novela -

Obra: NL.07 (a.29) –

(ISBN 85896-94-2) D. Legal: TF 59/2000 –

Cuadro de portada:

Julio Viera - Petrificada oreja de Neptuno -

Portraît autor: Julio Viera – JRV, Madrid, verano de 1959 -

Editorial Benchomo, Islas Canarias. (Año 2000)

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Para la ilustración del frontis de este volumen, siguiendo su línea argumental, el original artista Julio Viera, conforme su genio creativo, realizó El sueño de Crisanto: Un niño vuela su cometa, que es un barquito, el mar y la playa. Sucinta proximidad la descripción.

El cuadro desapareció, y no logro recordar si lo dejé en manos de alguien para ser enmarcado, con expresa instrucción del propio pintor, o si fue extraviado, sin ni siquiera hacerle una foto para su catálogo personal y correspondiente archivo.

Julio Viera, sin enojarse, grande y leal amigo, tuvo la amabilidad de enviar la pintura que luce la actual portada del libro.

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José Rivero Vivas

Tenerife - Islas Canarias

Julio de 2021

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José Rivero Vivas

EMBELESO

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Escrita entre Madrid y Canarias, hacia 1985-86, su título es una especie de homenaje al niño que, en San Andrés, Tenerife, en la década de los sesenta, decidido se lanzó al agua para salvar a otro que estaba en riesgo de perecer por ahogo.

Existe, sin duda, diversos aspectos que marcan diferencia en cuanto se cierne en torno al hecho narrado, lejos de especial importancia en su bosquejo; sin embargo, no sería sensato enjuiciar lo que, al margen de vaticinio, supone ser neta cualidad de quien apronta tierna ventura, sustanciada con un destino de expectación y asombro.

El relato muestra en parte el fracaso escolar, entendido, no del punto de vista técnico, sino desde el sentir humano. Crisanto no ha suspendido por poco diligente ni perezoso; al contrario, que es un chico consecuente con el mundo que le rodea, así como del esfuerzo desarrollado por sus padres para que él viva distintas circunstancias -pese a la estrechez de su casa-, que se cultive y logre mañana diferenciarse de su medio. Además, siempre ha tenido el apoyo de su abuela, que lo ha defendido a ultranza, al par que le recuerda la pericia de su abuelo, experto carpintero; ello enriquecido con genuinas peripecias acaecidas allende el mar.

Pero, este tropiezo ha supuesto el hundimiento de su padre, que no le reprocha ni se queja, pero ha entristecido últimamente y apenas le habla. Como consecuencia de este disgusto, Crisanto no va ya con la pandilla a bañarse, como solía antes de su desánimo.

En el muro de la Miramar espera anhelante la llegada de su progenitor, como si en su pecho abrigara un deseo inmenso de agrado y reconciliación.

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José Rivero Vivas

(Fragmento de Huerta 3)

San Andrés -Tenerife

Islas Canarias

Febrero de 2000

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SURTO

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Sumisión

EL LAURIMOR  - Obra: C.10 (a.10)- Cuento –

(ISBN 84-95657-25-7) D.L.: TF: 233/2007 –

Editorial Benchomo,  Islas Canarias. (Año 2007).

 

Tras oportuno examen, Sumisión fue de nuevo publicado, el día10 de mayo de 2020, en el Blog NACIÓN CANARIA, de Ánghel Morales. Enviado asimismo, en correo personal, a varios amigos, uno de ellos hizo esta alusión:

“Tengo la impresión de que este Federico –personaje- tiene bastante de José –autor.”

A lo que repuse:

“Cuanto plantea el protagonista, refleja cierta inclinación del autor; pero, en absoluto tiene que ver su motivo y Sumisión con quien escribe el relato.”

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Similar traspié tuve con mi novela El héroe de Valamor. Me encontraba de nuevo en Londres, donde pude tomar contacto con alguien de quien no sabía hacía mucho tiempo. Leyó la novela y vino a expresar cuán contento estaba del feliz hallazgo, hablando sin cesar de Crisanto –el niño narrador- en quien me veía con gran entusiasmo. Al final le expliqué, con fundamento, que aquel personaje no era yo. Su rostro reflejó el desencanto que le aportaba el derrumbe de su halo fantaseado, se ensombreció su figura y cayó presa de enorme decepción.

¡Tate!-me dije-No volverás a cometer tamaño error.

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José Rivero Vivas

Londres

Hacia 2001-02

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José Rivero Vivas

IMPRONTA

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Crisanto admira al héroe que hubo en su pueblo, un niño de corta edad, que se tiró al mar por salvar a otro niño, de sus años, en apuros de acabar ahogado en aguas de ese Muellito, símbolo emblemático, significativo para la gente de San Andrés.

De José Manuel Sosa Díaz -popular Chachito, entrañable para los suyos-, entonces agasajado en la Operación Plus Ultra, el paso del tiempo parece haber borrado todo vestigio. Tuve conocimiento de su proeza muchos años después, y, en cuanto autor, dado que soy, quizá por particular reflejo, a introducir personajes de negado sitio en la Historia, en sincero homenaje, consciente real de su magnitud, he tratado de incorporar en esta ficción su imponderable gesto, digno, sin lugar a dudas, de pasar a la posteridad. De modo que, sin más ambages, me propuse iluminar su hidalguía en páginas de esta trama que concierta El héroe de Valamor.

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PRIMA

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José Manuel Sosa Díaz, nacido en 1957, viajó de niño a Madrid, Roma y otras ciudades, cumpliendo la promesa de presentar el vivo paradigma de su audaz comportamiento. De regreso a Tenerife, obtuvo nuevos parabienes y galardones, aunque, al final del desfile, no llegó a estudiar, como estaba estipulado en el Premio de la célebre Operación Plus Ultra, tal vez por no residir en ambiente propicio, o falto de un seguimiento que pusiera en valor las ventajas al cabo perdidas.

El niño se hizo hombre, y, en su adolescencia, como era de prever, desarrolló rudos trabajos en torno a su quehacer marino. Transcurridos los años, formó su familia: esposa, hijo, hija, y continuó pechando en las tareas de pesca como medio de ingreso en favor de su economía. Claro es que, este haber no tiene parangón con la opulencia del acaudalado, presto a disfrutar de paraíso donde disfrazar su activo, y que el mundo se hunda en la sufrida base social. Es presente y devenir de un universo de redentores del suelo, en que el individuo zozobra por padecer carencia de holgura y de bondad.

Ya en última etapa, siempre atento a prestar altruista servicio a su semejante, José Manuel Sosa Díaz decidió por su cuenta zambullirse él solo a destrabar un rozón en el fondo de la ensenada, en playa de Antequera; bajó a pulmón abierto, y, cansado, casi sin aire, subió a la superficie. Los compañeros corrieron en su auxilio: rápido lo metieron en el barco y a toda prisa zarparon, transidos de angustia por salvar aquella vida que, celoso de su tácita pertenencia, siguiendo su destino, el mar le arrebató. Sus amigos, mientras, navegaban en pos de amparo del apreciado Chachito -tendido sobre las panas, en el fondo del barco, cual si en su tránsito intransferible invocara de Caronte la premura-, cuando él daba su adiós definitivo a este mundo de extrema dureza y honda tribulación.

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José Rivero Vivas

Tenerife - Islas Canarias

Julio de 2021

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